Por Marco Antonio Flores Zavala
Al gobernador Trinidad Cervantes Román le colaboraron dos hombres que andando los años también serán gobernadores: Fernando Sansalvador y Ambrosio Romo. En diciembre de 1914 ejercían la consejería sabia para hacer gobierno.
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Cierto es que Cervantes Román representaba y ejercía el poder. Pero los consejeros indicaban las rutas para hacer el gobierno en Zacatecas. Eran dos, entre otros más.
Los consejeros reunían casi todas las filias civiles: antirreeleccionistas, liberales, antimaderistas, positivistas y antihuertistas.
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No ignorar, en este período no laboraba el Poder Legislativo. Los consejeros eran eso: hombres que aconsejaban al Poder Ejecutivo.
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Sansalvador y Romo eran hijos de la amplia clase media. El primero era un abogado casado e integrante de una familia de propietarios de Jerez. Estudió en el Instituto de Ciencias y fungió como sinodal en los exámenes anuales. Entre 1912 y junio de 1914 fue diputado por el inmenso territorio de Mazapil.
Como diputado hizo gobierno con los ejecutivos huertistas. También ejecutó jugadas legales para excluir políticamente a los representantes católicos en el Congreso local.
Sansalvador colaboró al gobernador Cervantes en la reorganización del Poder Judicial y en la proyección de la Comisión Agraria, ésta fue la instancia que operó la primigenia reforma de la propiedad en Zacatecas.
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Ambrosio Romo era un ingeniero casado. Su padre y hermanas fueron profesores. Su padre fue director de la Biblioteca Pública del Estado. Ambrosio fue director de la Escuela Normal.
El ingeniero Romo estudió en el Instituto de Ciencias y fue profesor y sinodal en los exámenes anuales.
En 1911 dio cuenta de su fobia con el catolicismo militante que entonces gobernaba el estado. Lo hizo al oponerse y criticar las reformas antipositivistas que programó el gobierno maderista de J. Guadalupe González.
Romo le colaboró a Cervantes en la Comisión Agraria y en la discusión del presupuesto general del estado.
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El 7 de diciembre de 1914 el director general de Rentas, Silverio Esparza, firmó los presupuestos de gastos de los municipios donde se ejercía dominio político.
Los gastos contemplados eran papelería, vigilancia, obras materiales, pago para el personal de trabajo de sanidad, panteones, aguadores, albañiles, entre otros.
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En los gastos no se incluyó la compensación para los regidores. La ausencia de la retribución estaba vinculada a la honorabilidad de las personas, éstas intervenían como hombres reconocidos de su comunidad.
Imagen: Santuario de la virgen de Guadalupe, San Juan Bautista del Teul. El edificio fue construido en la primera década de 1900, entonces Cervantes Román se dedicaba a actividades comerciales en el pueblo.