Marco Antonio Flores Zavala

En memoria de Juan Carlos González Ramírez

Sumario: Los del C matutino, generación 1986-1991 son los mejores abogados. Son parte de la clase media que balancea los extremos, trabajan para estar en la justa medianía, son propietarios y ciudadanos sin mancha en su hoja de vida. Laboran en torno a lo jurídico, las instituciones y hacer Estado.

Este 6 de julio se cumplen 33 años de que un grupo de estudiantes de Derecho, de la Universidad Autónoma de Zacatecas, recibieron la respectiva carta de pasante. Este sábado una parte de ellos se reunieron para celebrar el aniversario. Antes del brindis acudieron a un servicio religioso católico, en el hermoso templo del Sagrado Corazón de Jesús –confieso: no conocía el interior del edificio-.

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Los recuerdos concurrentes fueron los estudios, los vínculos con los profesores, la ceremonia de entrega de documentos y las labores profesionales. Hubo desvelos y recuerdos. La memoria estuvo prodiga.

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Entre los rasgos del grupo C está que apenas rozan el medio siglo de vida. Unos son hijos de campesinos-propietarios, otros de obreros urbanos, algunos participaban en el comercio, los menos sus padres eran profesionistas. La mayoría eran, entre su familia, de los primeros inscritos en la educación superior.

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Hay un referente insoslayable: estudiaron en el período de la “reforma de la revolución” que emprendió el gobierno federal para colocar en otro espacio el “nacionalismo revolucionario”. Pocos tenían nexos con el PRI o el gobierno estatal; incluso Andrés participaba en el sinarquismo y Solís en el PAN. Quizá sólo Mireles y Yolanda entonces sabían inglés, uno por vivir un período breve en Estados Unidos, Yolanda era hija de un ciudadano estadounidense.

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Un dato del singular grupo C: al iniciar la proyección de la graduación y su fiesta, Juan Carlos, Irene, Olivia, Marcela y yo gestionamos ante Miguel de la Madrid, director entonces del Fondo de Cultura Económica, que fuese el padrino de la generación. Don Miguel respondió por escrito que no podía, en razón de las reglas del sistema -palabras más, palabras menos-. Quien colaboró para acercarse al expresidente fue Francisco Javier Acuña (el actual presidente comisionado INAI).

Ante la cortés negativa se decidió no portar o estar bajo la tutela de algún padrino. La ausencia del tradicional padrinazgo la destacó el maestro Virgilio Rivera Delgadillo, director de la Escuela de Derecho: era la primera, acaso única, generación de abogados que egresaba sin padrino –éste era un medio para el acceso a algún cargo o inicio de una red política-.

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Si la memoria no se extravía: como no había matrimonios en el C, noviazgos sí, el traje –rentado o no- fue de los primeros que usaron los hombres. Mireles nos ayudó a la mayoría a colocar la pajarita. Ellas con su vestido nuevo de cóctel y fleco levantado.

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En la ceremonia de graduación, como orador dije: “Hoy culminamos una etapa decisiva, los estudios formales del Derecho. Con esto se inicia una nueva fase: ser los buscadores de la justicia. No hay tarea más esencial para el abogado, que alcanzar en las tareas que realice, la búsqueda más anhelada para el hombre: la justicia. Vivimos tiempos en que se dan cambios vertiginosos y la estructura social va modificando sus actitudes, y al profesionista que le ha correspondido la asistencia ante el Estado y la sociedad es indudablemente el licenciado en Derecho. En los momentos que desempeñemos la profesión en la sociedad, veremos que los usos de la ley no son para memorización –eso denota limitación a alguien que tiene por obligación en ser un buscador social por excelencia. Es necesario tener conciencia histórica y reconocer que sólo en la igualdad y libertad se puede alcanzar un estado de Derecho […]”

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En treinta años ninguno del C ha sido político profesional ni consorte de tal. Son trabajadores en el Poder Judicial federal y estatal (Obdulia, Bety Almanza, Mariano); en la docencia (Mireles, Solís, Flores, Rocha); litigantes (Olivia, Aurora y su hermana Margarita, Felipa, Adela, Josefina Carmen, Yolanda, Jaime, Juan Antonio, Rosita, Lety Márquez, Marcela, Soraya, Carolina, Pedro). Los abogados especialistas son Irene y Juan Carlos (patrimonio histórico); Matías (electoral); Claudia y Olivia (fiscal). Todos ejercen de alguna forma la profesión y tienen su reconocimiento público.