En encuesta realizada por el periódico Imagen (brazo armado del gobierno en turno, en cuestiones de periodismo “imparcial y libre”), vía internet, el día 26 de junio de éste año, ,en la que se sondea a los zacatecanos y zacatecanas con respecto a la visita de los reyes de España a México, en especial a la entidad zacatecana, el 9% de l@s zacatecan@s opinó que “es un orgullo que hayan elegido nuestro estado (para visitar)”, el 7.1% opinó que su visita “tendrá repercusión positiva para zacatecas”, el 47.7% creyó que “es sólo un evento social más” y al otro 36.1% “le da igual” dicha visita.
Sabemos bien que las encuestas son como cheques al portador (lo han demostrado las elecciones), son hechas a la medida o a la conveniencia de quien las paga, mucho más si quien la llevó a cabo es un medio de comunicación que defiende a capa y espada las posiciones del gobierno en turno; es decir, que no es imparcial y que mucho menos obedece a una posición ideológica clara, sino que se acata a una percepción económica que expide en su favor el gobierno del estado por “no hablar mal de él”, sin importar si hace mal.
Aunque pagado, el sondeo demuestra dos cosas: en primer lugar, el desinterés de l@s zacatecas@s sobre tal visita, quizá porque saben que el beneficio será poco o nulo; y, en segundo lugar, pero no con menor importancia, el refrendo general de que el gobernante en turno tiene un MARcado modo de administrar de manera solemne y majestuosa las cenas, las ceremonias religiosas pomposas, las coronaciones, los bailes de gala y las otras galas de la oligarquía fiestera estatal, nacional y hasta internacional; mas no así al estado (cuestión que se repite en todos los gobiernos del mundo).
Por su parte, Miguel Alejandro Alonso Reyes (que es quien toma las decisiones en el reino de la plata), quien es quizá mejor conocido en las europas con el nombre de Miguel I, o Alejandro de Zacatecas, o Rey MAR, y de quien cuentan quienes lo conocen que es un hombre “de buena estatura, rehecho y de gran pecho… recio, porfiado, …que gasta liberalísimamente en guerra … por amigos y en antojos, mostrando escasez en algunas cosas; por donde le llamaban rico de avenida.” Que viste “más polido que rico” y así es “hombre limpísimo.” Que deléitase de “tener mucha casa y familia, mucha plata de servicio y de respeto.” Quien trátase “muy de señor, y con tanta gravedad y cordura “, que no da pesadumbre ni parece nuevo. (“Cuentan que le dijeron, siendo muchacho, cómo había de ganar muchas tierras y ser grandísimo señor.”[1]); por su parte don Miguel, como decíamos, cree que traer a los reyes es necesario para calmar las aguas en Zacatecas. ¡Y es que ha llovido tanto…!
Para mí, la venida de los reyes representa un retroceso y un fracaso: las vejaciones, las humillaciones y el saqueo a los que fuimos expuestos durante la colonia son hechos que, por mucha civilidad que se presuma tener, son imposibles de borrar de nuestra memoria, sapiencia y sensibilidad colectivas, podríamos decir que es necesario tatuarlos en ellas, para mirarlos no ya con rencor, sino con prudencia.
Dice Miguel I que ha invitado a los reyes (palabras más, palabras menos), para que reconozcan a una ciudad con una arquitectura parecida a la de sus ciudades (“¿¡estando tán lejos!?”), a una ciudad que les brindó mucho para que la “Madre España” haya podido ser lo que es hoy. Así lo dice el Rey MAR, quien se lo cree y quien olvida que no somos huérfanos de Historia, que aún nos estamos levantando de tanta explotación y saqueo. Ignora el reyecillo que para ellos no éramos personas, éramos seres sin alma, inferiores. Y sobre todo ignora que él ya está ayudando a imprimirle fuerza a la segunda bofetada, a aquella que habrá de ponernos morada la otra mejilla.
La visita de los reyes va a pasar sin mayor revuelo, la prensa vendida y la que no lo tomarán como una “ocho columnas”, y nosotr@s la seguiremos viendo como un evento social más o, simplemente, la visita nos dará igual. Pero cabe preguntarnos si en verdad es justo este reconocimiento a una oligarquía putrefacta y tan dañina; cabe preguntarnos quién está allá arriba, diciéndose gobernar, y cabe preguntarnos qué estamos haciendo..
“Para conocer el quilate desta gente mexicana el qual aun no se ha conocido porque fueron tan atropellados, y destruydos, ellos y todas sus cosas, que ninguna apparentia les quedo de lo que eran antes. Ansi estan tenidos por barbaros, y por gente de baxissimo quilate: como según verdad, en las cosas de politia, echan pie el pie delante, a muchas otras naciones: que tienen gran presuntion de políticos…”
Fray Bernandino de Sahagún
[1] López de Gómara, describiendo a Hernán Cortés.