Jaime Arizmendi
Segunda de Tres Partes
Argonmexico / En las últimas semanas se han publicado notas y reportes respecto al aumento de nuevos inmigrantes en México. En el caso particular de España, se aduce que desde el inicio de la crisis en Europa, que golpeó con mayor severidad a naciones como la ibérica; cada vez es más frecuente hallar bares y restaurantes mexicanos atiborrados de españoles.
“Piden cañas en vez de chelas, o el montadito en lugar del taco con guacamole”, indica una crónica difundida en El País, periódico español de circulación en México. En barrios del Distrito Federal como el de la Condesa, ya no es extraño escuchar a alguien hablando de “coger” el Metro. Su presencia se deja notar en las actividades más cotidianas.
“En los restaurantes y en la calle se escucha mucho acento español”, dice Alejandro Santos, un gallego que vivió en México de 2009 a 2010 como becario de la Cámara de Comercio de A Coruña y que este año ha vuelto para trabajar, quien expresa: “Cuando llegué, en 2009, nos conocíamos todos, ahora te pierdes”.
En Pilates Condesa, centro deportivo situado en ese barrio de la capital mexicana, su coordinadora, Elena Morales, afirma que en lo que va de 2012 se ha duplicado el número de alumnos españoles. Lo mismo percibe Guadalupe Díaz (31 años), fundadora de GDS México, una empresa dedicada a facilitar la instalación a expatriados.
Refiere que “para ampliar mi cartera de clientes, antes tenía que salir a buscarlos. Asisto a eventos, voy a embajadas. Últimamente, con irme a una cafetería de Polanco me voy con tres o cuatro contactos”.
Admite que no hay cifras oficiales del número de jóvenes españoles que han llegado a México desde el inicio de la crisis; pero el incremento en el número de entradas puede verse en los datos parciales. Según la Secretaría de Gobernación, siete mil 630 ibéricos han conseguido un permiso de trabajo (FM3) por primera vez en los últimos cuatro años.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) afirma que de enero a octubre 2012, habían salido de España 54 mil 912 nacionales, 21.6% más que en el mismo período del año anterior. Al 1 de enero, el INE contabilizaba que 17 mil 956 jóvenes de 20 a 34 años vivían en México, cuando cuatro años antes eran 11 mil 258.
“Al ser una economía emergente y en crecimiento (aunque lento) y tener un mercado enorme, hay múltiples motivaciones para auto-emplearte con creatividad y empeño. Eso ahora en España, por muchas ganas que tengas, es muy complicado”, apunta Cristina Cabrero, de 40 años, quien labora en el equipo de prensa de la Consejería de Información de la Embajada de España en México.
La opinión generalizada es que este país da más oportunidades. Añade que para Carlos Welti Chanes, del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), esta es “sin duda” una tercera oleada de inmigrantes españoles, después de las sucedidas a fines del siglo XIX y tras la Guerra Civil, en 1939.
“Se trata, eso sí, de una inmigración con características absolutamente distintas a las anteriores, debido al cambio en las interacciones que se dan ahora entre los países, como resultado de la globalización.
“En este sentido, una parte importante del nuevo flujo de inmigrantes es resultado de las conexiones españolas con las empresas mexicanas, a través de la importación de productos de consumo popular como puede ser el comercio textil”.
Para Welti, la cualificación de los jóvenes españoles que van hacia América -“fundamentalmente a Panamá, México y Brasil”, es menor que la de aquellos que se dirigen hacia otros países de la UE. “Cuando llegan, la labor de los españoles se orienta hacia el sector servicios” -Comercio y Turismo, en muchos casos”.
¿Qué lleva a los españoles a México? En el contexto de crisis actual, con la recesión azotando a las economías desarrolladas y el ascenso de los países emergentes, el Fondo Monetario Internacional prevé que México se convertirá, antes de 2017, en la primera economía de habla hispana.
Aclara que el hecho de que junto con Brasil, México es una de las potencias más pujantes de América Latina; así como la proximidad lingüística, o “una tasa de paro” de apenas el 5% -aunque el empleo informal ronda el 30%-, hacen de éste, un destino atractivo para los jóvenes que buscan trabajo.
Según datos del Eurostat, en octubre de 2012 la tasa de desempleo juvenil en España se situó en el 55.9%, la segunda más alta de toda la eurozona, después de Grecia, que tiene un 57%. “Después de concluir un posgrado en la universidad tuve la oportunidad de hacer prácticas en un periódico mexicano durante tres meses. En España llevaba meses buscando algún trabajo remunerado, y era imposible que la combinación de prácticas, periodismo y salario fueran compatibles más allá de los 300 euros. Así que hice la maleta”, narra Almudena Barragán, periodista madrileña de 24 años, instalada en el DF desde hace ocho meses.
La opinión generalizada es que México da más oportunidades. Lo dice Sandra Durán, interiorista madrileña de 40 años, que no trabajaba de lo suyo en su país de origen pero que ahora ha montado una empresa con un socio local.
“Definitivamente sí, en México hay trabajo”, dice. Lo corrobora Lorenzo Baladrón, coordinador de Gestión Financiera del programa Escuelas de Calidad en la Secretaría de Educación Pública de México, de 36 años.
“Tanteando el mercado, no solo encuentras más oportunidades laborales, sino de mayor responsabilidad, peso y proyección. En México se valora mucho la formación de calidad, así como el hecho de tener experiencia internacional, idiomas, etcétera”.
Toni Marí, periodista valenciano de 36 años, llegó en septiembre al quedarse sin trabajo en España y en diciembre empezó en su nuevo puesto. “En casi tres meses he tenido más entrevistas en México que en dos años en España”.
Alejandro Santos, quien se marchó en 2010, se suma: “Las empresas tienen más margen de crecimiento, lo que se refleja en rápidas promociones y más responsabilidades para el empleado. Además, si llegas con una empresa española, como es mi caso, eres la persona de confianza”. Sin embargo, no todo es color de rosa. Barragán tardó tres meses en encontrar un nuevo trabajo.
“La imagen que a veces se da de América Latina es que en cuanto pones un pie en ella te llueven las ofertas de trabajo y no es así. Hay que moverse y buscar… el sueño latinoamericano es complicado de lograr. La ventaja que sigue existiendo, por lo menos en México, es que todavía se crean puestos de trabajo”.
Para los extranjeros hay un antes y un después desde el mes de noviembre. “El día 10 entraron en funcionamiento los cambios en la ley de migración que hacen necesarios más trámites para obtener el permiso de trabajo en México”, explica el abogado Omar Fesh.
“Antes de esa fecha lo habitual era que el extranjero ingresase como turista y una vez en territorio nacional constituyese una sociedad o fuese contratado por una empresa, con lo que, sin salir de México, podía solicitar al Instituto Nacional de Migración el permiso.
“Ahora, quien entra como turista y desea realizar una tarea lucrativa debe constituir una sociedad, inscribirla en Migración, salir del país y solicitar desde el consulado la internación. Una vez obtenido el visado, regresa a México y ya en el país cambia su fórmula migratoria obteniendo el permiso de trabajo”. Estas modificaciones han provocado un retraso en el proceso de dos meses.
Continuará…
España-México, Tercera Ola de Inmigrantes
TERCERA PARTE
Argonmexico / A fines del siglo XIX, México experimentó la primera inmigración económica contemporánea de españoles. Ahora, casi una centuria posterior, la historia se repite; pero “los nuevos gachupines” (como los llama el diario El País), añaden las cualidades académicas de los refugiados en el continente americano a causa de la Guerra Civil Española.
Así inicia la nota publicada en el diario La Razón con el título: México recibe tercera gran migración de españoles. Añade que el Instituto Nacional de Migración (INM) de la Secretaría de Gobernación, dio a conocer que en el primer semestre de 2012 mil 31 españoles solicitaron el documento FM3, requisito para poder trabajar en nuestro país.
Y en un periodo de cuatro años, el número se ha incrementado a siete mil 630, aunque la cifra podría ser mayor, al no existir un recuento formal de quienes llegan en calidad de turistas, y se quedan a trabajar, lo cual significa oportunidades laborales para los españoles en México, como en la primera oleada de emigrantes (de 1880 a 1930), según la historiadora del Colegio de México, Clara E. Lida.
A principios del siglo XX, el continente americano recibió a los migrantes europeos que huían de la crisis económica; casi 100 años después, la historia se repite con jóvenes de 20 a 35 años que arriban al país; segunda ola tras la Guerra Civil. “Llegan como los viejos emigrantes de fines del siglo XIX: en busca de trabajo, de fortuna, al pensar en un paréntesis que les permita volver a España de nuevo”.
Entre 1880 y 1930, cerca de 30 mil españoles llegaron al país con la intención de mejorar su condición económica. A ese periodo de inmigración se le conoce como la primera oleada, la de los antiguos residentes. Los que llegaron se beneficiaron de las oportunidades económicas que daba México, ellos no trajeron el capital. Se establecen y crean capital en este país.
Se insertaron sobre todo en el mundo de los negocios de los españoles del siglo XIX y, a su vez, acabaron siendo también comerciantes, negociantes. Gente que se dedicó más que nada al quehacer económico de México. España era un país pobre a comienzos del siglo XX, México era un país en expansión.
Estos europeos incursionan en el sistema bancario, Agricultura, Minería y en ferrocarriles, uno de los medios de comunicación más importantes de la época. Con recursos suficientes reforzaron los negocios en que participaban, o emprendieron por su cuenta los propios, y no tardaron en sumarse a nuevos mercados y empresas.
El comercio fue uno de los más importantes de este sector. Los tenderos con sus Ultramarinos dieron pie a empresas que despegaron con la economía mexicana. Aurrerá, Bimbo, Soriana, Euzkadi, tiendas fundadas por los nuevos residentes. Su perfil cambió para la segunda oleada, con los republicanos traídos por el gobierno de Lázaro Cárdenas.
De 1939 a 1950 arribaron a México 20 mil ibéricos. No venían en busca de beneficios económicos, salían de España buscando seguridad física u oportunidades que les permitieran, ante todo, salvarse de la represión que existía en la península. Llegó gente desde catedrática hasta obreros especializados.
Además, quienes llegaron en la segunda oleada: migrantes republicanos, llegaron por mediación de México, que dispuso tres barcos para ese fin. Niños, jóvenes y adultos, representaban un moderno microcosmos español.
“Los exiliados pasaron de una España que iniciando su modernización en la industria y los servicios años antes de la guerra, a un México que, después de la Revolución y del apuntalamiento del nuevo Estado, apenas apuntaba sus transformaciones materiales y culturales futuras”.
Los jóvenes de la tercera oleada, a la par de la primera, no encuentran trabajo o posibilidades de desarrollo en España. La gran diferencia es que ésta nueva oleada tiene mayor capacitación, nivel universitario, cuyo perfil socio-laboral coincide con los refugiados políticos.
Los primeros españoles del siglo XX crecieron con la economía mexicana; los de la segunda, impulsaron el sector cultural y académico del país. En la tercera oleada, no sólo los ciudadanos europeos llegan a México, también sus capitales.
Según la Secretaría de Economía, la Inversión Extranjera Directa proveniente de España en 2011 superó los tres mil millones de dólares. México se convirtió en uno de sus destinos de inversión preferidos, pues de 1999 a 2012, se instalaron cuatro mil 44 empresas.
Además, nuestro país, como economía emergente –según Goldman Sachs–, es parte del bloque MIST (México, Indonesia, Corea del Sur y Turquía), como de las naciones con mayor crecimiento en próximos años; lo cual hace de la nación azteca un refugio para los europeos en crisis.
Concluye su análisis con una interrogante, con esta nueva oleada ¿A quién se beneficia? “México en estos momentos tiene una capacitación técnica, académica, profesional perfectamente equiparable con la española; de modo que no necesita estos nuevos inmigrantes. Los recibe, pero no los necesita”.
Flujo Migratorio
Primera Oleada. »Llegaron 30 mil españoles de 1880 a 1930.
Segunda Oleada. »Arribaron 25 mil en una década, de 1939 a 1950.
Tercera Oleada. »En cuatro años se han registrado siete mil 630 con permiso de trabajadores.
Españoles en México
Desde el siglo XX, los españoles llegaron por cuestiones políticas o económicas
• »Los antiguos residentes: gente que llegaba a hacer fortuna con flujo continuo hasta los años 90, llegan en edades reproductivas.
• »Exiliados republicanos: intelectuales, empresarios, académicos y de profesiones liberales.
• »La tercera oleada está compuesta por jóvenes de entre 20 y 34 años que llegan a ocupar puestos directivos o ejecutivos en empresas hispanas o mexicanas.
Empresas, al Nuevo Mundo
Cerca de 315 empresas españolas se han asentado en el país para proteger sus inversiones; para 2013 otras como Grupidea arribarán al territorio mexicano. Para Anabel Clemente Trejo, como hace 500 años, los españoles viajan al nuevo mundo para quedarse, muchos de ellos con capital. El agravamiento de la crisis en España ha llevado a sus empresarios a buscar nuevos horizontes, y uno de ellos es México. Son empresas españolas que ven en México “la oportunidad de mantenerse en el mercado y seguir creciendo”, pues reúne “condiciones óptimas. Hay clientes de grandes marcas allí que ya nos encargan cosas. Tenemos buenos arquitectos mexicanos que ya trabajaron con nosotros; además de la proximidad por el tema de la lengua”.
Reportes de la Cámara Española de Comercio de México, revelan que en México hay 315 firmas originarias del país europeo establecidas. Destacan: Aerocomidas, BBVA Bancomer, Grupo Santander, Diario El País, Gas Natural de México, Herbalife, Hostería del Conde, Hotel Meliá, Hotel NH, Hoteles Iberostar, Hoteles Ríu, Zara, Iberia Líneas Aéreas y Terra Networks.
Al igual que editoriales como Bilbao, Océano, Planeta, Santillana, Tusquets, Eulen, Joma, Mapfre, Concentra Agente de Seguros y Fianzas, Seat, Telefónica, Eco México Sanidad Animal y hasta Repsol Exploración.
Y aunque para el senador petista Manuel Bartlett Díaz ésta última es una empresa que nada debía enseñar en México, si el Instituto Mexicano del Petróleo hubiese mantenido sus acciones antes reconocidas a nivel mundial; para las empresas que huyen de la crisis europea México es la mejor salida.
Como sea, el arribo a nuestro país de grupos de migrantes extranjeros, sobre todo en los muchos casos de quienes vienen convocados por directivos de empresas hispanas o nacionales, desplazan con la facilidad de “una recomendación” a mexicanos que bien podrían continuar o conseguir ese empleo.