La exposición Gesto, identidad y memoria. La escultura, un lenguaje para la Historia de México, es a decir de la especialista Eloísa Uribe Hernández, una muestra que desentraña cómo es que los héroes se constituyen, llegan a estar presentes entre nosotros y por sus presencias podemos reconocerlos. Como parte de los festejos por el Bicentenario de la Independencia de México, será exhibida a partir de próximo 29 de septiembre en el Museo Nacional de San Carlos.
La muestra está formada por alrededor de 110 obras, entre escultura, pintura, grabado, dibujo, fotografía, libros, manuscritos, algunas revistas y video que en su mayoría fueron realizadas en el siglo XIX en México y Europa. A través de éstas se ofrecerá un análisis del lenguaje plástico académico empleado para la recreación de episodios y la representación de personajes de la historia nacional.
Los detalles de Gesto, identidad y memoria. La escultura, un lenguaje para la Historia de México, fueron ofrecidos este jueves en conferencia de prensa en la que participaron Teresa Vicencio Álvarez, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA); María Fernanda Matos, directora del Museo Nacional de San Carlos (MNSC); el arquitecto Antonio Tosca Fernández, quien participa con un texto en el catálogo de la exposición; Eloísa Uribe Hernández, investigadora de la Dirección de Estudios Históricos del INAH; y Ana Catalina Valenzuela González, investigadora del Museo Nacional de San Carlos.
Vicencio Álvarez informó que en el contexto de las conmemoraciones por el Bicentenario del inicio de la Independencia de México, esa institución tiene programadas alrededor de 100 actividades culturales, entre exposiciones, puestas en escena, publicación de libros y conciertos musicales, entre otras.
“Esta es una de las exposiciones más relevantes que se inscribe en estas fiestas. La muestra Gesto, identidad y memoria. La escultura, un lenguaje para la Historia de México, analiza el lenguaje plástico académico empleado para la creación de episodios y la representación de personajes de la historia nacional que a partir de 1846 fue promovido en México, en gran medida por el catalán Manuel Vilar”, señaló.
La curadora Eloísa Uribe Hernández, explicó que pensando en la vocación del MNSC, que tiene a su cargo una colección fundamentalmente de obras europeas, consideró que era necesario hacer uso del material y relacionarlo con el tema del Bicentenario.
“Para todos es sorprendente pensar que lo que aquí se va a mostrar es el proceso de creación de los héroes. Aprendemos a convivir con ellos en los libros de texto, en las fiestas patrias y nunca pensamos que hay un proceso por el cual se convierten en héroes. Esto se hace a través de las discusiones entre historiadores, de los escritos de los literatos y de escenas en los libros de historia.
“Visualmente, a veces las personas no saben nada de la historia, pero son capaces de reconocer a Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc, Cristóbal Colón. Esta tarea correspondió a escultores, grabadores y pintores del siglo XIX, ellos tuvieron que generar efigies creíbles con un lenguaje que no fuera cruento ni agresivo, tenía que ser un lenguaje heroico, sublime”, aseguró.
El arquitecto Antonio Tosca Fernández ofreció una visión sobre la relación tan importante de la escultura con la arquitectura mexicana del siglo XIX. El especialista recordó que la ciudad de México era considerada como la joya de la Corona española, por lo que se edificaron varios palacios en los que la escultura siempre estuvo presente de manera muy trascendental.
“La presencia de la escultura en el siglo XIX en México fue fundamental. Hay obras que merecerían ser mejor conocidas, como la tumba del Benito Juárez, en el cementerio de San Fernando; la escultura de Cuauhtémoc y la escultura de la Independencia de Antonio Rivas Mercado, un arquitecto mexicano que en la fiestas patrias de 1910 inauguró el extraordinario monumento bien conocido por todos”, precisó.
El conjunto de obras procede de diversos acervos del Patrimonio de la UNAM, como la Escuela Nacional de Artes Plásticas, Academia de San Carlos, Facultad de Arquitectura, Fototeca del Centro de Estudios de la Universidad y el Museo Manuel Tolsá-Palacio de Minería; del Instituto Nacional de Antropología e Historia: Museo Nacional de Antropología, Museo Nacional de las Culturas y Museo Nacional de Historia.
Asimismo, del Instituto Nacional de Bellas Artes: Museo Nacional de Arte, Museo de Arte Moderno y Museo Nacional de San Carlos; de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal: Sala de Cabildos y Biblioteca de la Secretaría de Cultura. También incluye obras procedentes de la Biblioteca Ernesto de la Torre y Villar del Instituto José María Luis Mora, y de algunas colecciones particulares.
La muestra inicia con una sala introductoria en la que se presentarán las líneas generales de la exposición y en donde el público conocerá dos de las principales obras de la muestra: el Tlahuicole, de Manuel Vilar, y la escultura de Vicente Guerrero, de Miguel Noreña.
La siguiente sala, dedicada al primero de los cuatro núcleos temáticos, Manuel Vilar, un nazareno en la Academia Nacional de San Carlos (1846-1860), presentará una revisión de los modelos artísticos bajo los que se formó Vilar, quien es considerado aquí un personaje central por su actividad pedagógica en la Academia de San Carlos.
Así, se mostrará cómo fueron asimilados estos modelos en nuestro país a mediados del siglo XIX, destacando piezas como el óleo titulado Giotto y Cimabue (Museo Nacional de Arte), del mexicano José Obregón; la acuarela de Friedrich Overbeck, conocida como La Anunciación y la Visitación; así como la escultura de San Carlos Borromeo protegiendo a un niño, de Manuel Vilar, estas dos últimas del MNSC.
El segundo núcleo, La enseñanza de la escultura en la academia de México, se centrará en la exploración de los procesos educativos y de aprendizaje desarrollados por Manuel Vilar. Destaca el modelo en yeso tomado de la escultura de la antigüedad clásica, La lucha de Florencia procedente del Museo Nacional de las Culturas, además de bustos en mármol de los principales personajes de la vida académica mexicana de la segunda mitad del siglo XIX, entre los que se encuentra el busto de Bernardo Couto, tallado por Felipe Sojo.
La imagen del indígena y la escultura académica es el tercer núcleo y analizará la forma en que Vilar y sus discípulos integraron a sus obras elementos del pasado prehispánico, sin abandonar los cánones académicos basados en el lenguaje clásico grecorromano y romántico. Sobresale el relieve El Tormento de Cuauhtémoc (Museo Nacional de Arte), de Gabriel Guerra, y una copia del Apolo del Belvedere (Galería Windsor).
Finalmente, Héroes y alegorías, recreación de la Historia Nacional, es el título del último núcleo, el cual buscará promover la reflexión sobre cómo se representaron y seleccionaron a los personajes de la historia de México.
Entre las actividades alternas que la exposición ofrecerá al público, el Departamento de Servicios Educativos ha preparado visitas guiadas caracterizadas, talleres familiares, cuentacuentos y un espacio lúdico durante los fines de semana de los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2010 y de enero de 2011, con el propósito de acercar a los más pequeños y a sus familias al mundo del arte.
La muestra irá acompañada de un catálogo que se presentará el 6 de octubre a las 19:00 horas, en el MNSC, el cual contiene textos de Eloísa Uribe, Ana Catalina Valenzuela González y Antonio Toca Fernández, además de las presentaciones de Consuelo Sáizar, presidenta del Conaculta, y de Teresa Vicencio Álvarez, directora general del INBA.
Gesto, identidad y memoria. La escultura, un lenguaje para la Historia de México, permanecerá en exhibición del 29 de septiembre de 2010 al 17 de enero de 2011, en el Museo Nacional de San Carlos, ubicado en Puente de Alvarado 50, colonia Tabacalera.