Manuel Narváez Narváez
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Twitter: @manuelnarvaez65
Ya inició el 2013, es tiempo de pasar de las pachangas y la euforia por el retorno del PRI a los Pinos, a “Mover a México”.
Sus razones tuvieron los bisnietos de la revolución para festejar el fin de doce años de sequía de gobiernos revolucionarios, de dos sexenios sin el “sufragio efectivo, no reelección” y justicia social”. Es tiempo de que los mexicanos comiencen a gozar del regalo divino de tener un gobierno que sí sabe cómo hacerlo.
Ya hay ley de ingresos, sin contraer deuda, lo cual es bueno, y disponen del presupuesto que pidieron. NO hay pretextos para no comenzar a desatascar el desarrollo del país, al menos eso es lo que sugiere el lema gubernamental del nuevo titular del poder ejecutivo: “Mover a México”.
En lo que se diseña, se presenta y arranca el Plan Nacional de Desarrollo 2012-2018, el gobierno de la república ya tiene el ordenamiento legal para echar a andar la maquinaria que genere el millón de empleos comprometidos este año que inicia, aunque el Centro Coordinador Empresarial haya dicho que serán menos, muchos menos de la apuesta oficial.
Mientras se reglamenta, a exigencia de los estándares internacionales, o a contentillo de la lideresa del sindicalismo magisterial, la reforma educativa; la nueva administración pública federal cuenta con la venia constitucional para mover, que digo mover, para acelerar el tránsito de México a los primeros planos en materia de educación. A ese sitio a donde nos va a llevar el recientemente desempacado presidente de la república.
Con la reforma laboral ya aprobada, el titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, ya cuenta con las herramientas legales para detener y contrarrestar el comercio informal del que viven casi 20 millones de mexicanos.
Según Alfonso Navarrete Prida, el crecimiento económico del país en 2013 está proyectado para un 5 o 6 por ciento, de tal suerte que esa la escalofriante cifra en la que vive poco más del 55% de la población económicamente activa, va a disminuir sustancialmente, pues se deduce que habrá “más y mejores empleos”, ahora sí, para quienes “trabajan” en la informalidad, ya que encontrarán más atractivo emplearse que continuar en su actual estatus.
En política social se destinó el mayor presupuesto de la historia para el Desarrollo Social. Con ese presupuesto robusto Rosario Robles y el presidente arrancaron en Tlaxcala la entrega de cobijas y paquetes de materiales de construcción con miras a atenuar las inclemencias de la temporada invernal. De los pisos de tierra ya no tendrán que preocuparse, si no de la vigilancia en las entregas y la transparencia con que se hagan.
Por lo que respecta a la calamidad heredada en materia de seguridad, el rediseño de las funciones de la secretaría de gobernación, avanza. Parecidas o mejoradas a las que tuvieron en su momento Luis Echeverría, Manuel Bartlet, Fernando Gutiérrez Barrios o Emilio Chuayffet Chemor, estas atribuciones extraordinarias otorgarán al titular de la política interior el poder absoluto para manejar la gendarmería que sustituirá a la Policía Federal; mejor aún, para disminuir la violencia relacionada con el crimen organizado. Hay destreza, experiencia y oficio político para encarar el desafío.
Y por lo que refiere a la política exterior que pretende el presidente, está en marcha el recambio de embajadores de carrera en lugar de los ajenos al servicio diplomático mexicano designados por los gobiernos anteriores.
Por el bien de las relaciones bilaterales con Estados Unidos, deben desnarcotizarse los asuntos con esa nación, dijo Manlio Fabio Beltrones; y se suaviza el lenguaje con respecto a la exigencia de frenar la introducción ilegal de armas a México por su frontera norte.
Apreciables lectores, el flamante gobierno de la república No puede quejarse de haber sido ignorado en sus demandas, ya que cuenta con las reformas exigidas, tiene el presupuesto solicitado y consolidó un gabinete con los mejores prospectos.
Para mover a México, el presidente necesita hacer a un lado la tableta desde donde envía las condolencias a los deudos de personajes públicos y de tragedias internacionales, y las felicitaciones de toda índole.
No van a ser las portadas en las revistas del corazón ni las fotos con sus fans las que traigan consigo el millón de empleos, tampoco la reforma migratoria. No son las frivolidades ni la retórica las que van a reducir la pobreza ni a contener la inseguridad en Michoacán, Guerrero, Chihuahua, Coahuila o Jalisco.
Es con hechos como se honra la palabra. La palabra seduce, el ejemplo arrastra. Obras son amores y no buenas razones.