ADIÓS, PATRÓN
Mario Padilla
Lecumberri no era tan malo, estar en el bote te permitía leer a madres, estudiar, me platicaba un amigo de mi padre, alto, en ese tiempo, a mis ojos, con calvicie, fornido, se quejaba constantemente de migraña, y me impreisonaban sus cejas, no sé por qué, por lo levantadas tal vez.
¿Qué se puede pensar a los 16 o 17 años? Que se estaba frente a una figura en verdad histórica.
1968 a muchos nos refiere al año de nacimiento, acaso a las olimpiadas y a todos al dos de octubre, poco antes de esa fecha Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca fue detenido y torturado por militares.
Platicaba de una cicatriz en el escroto cuando le hicieron creer que lo habían mutilado. Tenía paciencia para un adolescente curioso que del movimiento estudiantil no entendía –ni entiende- gran cosa.
Era muy joven cuando lo conocí, estaría en secundaria.
Me impresionaba estar frente a un hombre que, me había dicho mi padre, era de los líderes del 68 -remotamente, acaso, entendía lo del 68-, me impresionaba, pero él no le daba mayor importancia al hecho.
Tuvo paciencia, alguna ocasión, para contarme, sin abundar en detalles, del movimiento, siempre estaba más concentrad en sus clases, en su trabajo, en buscar el sustento. En la grilla.
Asiduo visitante a El Mesón de la Mina, ahí con muchos a quienes no quisiera omitir, pero el propio Mario Padilla, mi padre, don Jorge Carmona, Melaquíades, Pancho Esparza y un muy joven Juan Carlos Guerrero.
“Adiós patrón”, “Hola patrón”, siempre, o ahí viene el cabezón, como le llamaban por su apellido, similar al de Alvar Núñez Cabeza de Vaca.
El tiempo pasó, no lo volví a ver con la misma frecuencia, y un día de plano le perdí la pista; hace unos añpos me lo topé, pero no me reconoció, supe que era él, dirigente del movimiento estudiantil de 1968, que pasó tres años preso cuando muchos paneas caminábamos y hablábamos, él fundador del PMT con aquél lema de “una patria nueva vamos a hacer”.
Pemex para los Mexicanos, salario mínimo al presidente para que vea lo que se siente; no somos uno no somo cien, pinche gobierno, cuéntanos bien… todo tiene origen mocosos rebeldes de hoy.
Patrón, como dijo alguna vez, ni muerto lo damos por muerto.