Por Jacobo Cruz
Quiero compartir con mis posibles lectores, que el Movimiento Antorchista Nacional está cumpliendo los primeros 49 años de existencia y en este tiempo hemos estado trabajando de manera organizada con el propósito de encauzar el desarrollo de pueblos y colonias de toda la geografía nacional.
Nosotros tenemos claro que el más grave problema del país es la desigualdad social que sigue imperando en México, lo que no se acaba con calumnias a los luchadores sociales ni con periodicazos, por eso buscamos que estos flagelos sean menores con la construcción de obra pública, con la introducción de servicios básicos y con la creación de escuelas y hospitales, que son algunas de las peticiones que desde nuestro surgimiento hemos enarbolado.
Nuestra labor se ha caracterizado por la gestión en los tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal. Desde luego que no ha sido fácil, toda vez que a pesar de que la atención de los problemas relacionados con obras, servicios públicos y apoyos asistenciales, temas que están contenidos dentro de los derechos constitucionales, siempre hemos encontrado resistencia para materializar los anhelos de las familias por lograr condiciones dignas para el desarrollo.
La cerrazón ha existido siempre, pero ha tomado matices particulares en el gobierno federal que encabeza el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que centró su atención sobre nuestro movimiento con una campaña de aniquiladora: cerrando toda posibilidad de atención a las solicitudes, desprestigiando la lucha de Antorcha y sus dirigentes; emprendiendo la cooptación de nuestros militantes para minar la presencia electoral del movimiento, y por último, aplicó todas las medidas para acabar con la estructura financiera que con mucho esfuerzo hemos creado.
En el gobierno del estado las cosas no marchan bien, pues ya han transcurrido los primeros 17 meses desde que tomó posesión el Gobernador de Zacatecas David Monreal Avila, pero las solicitudes del año pasado no se resolvieron a pesar de tratarse de obras de carácter elemental como agua entubada, red de energía eléctrica, drenaje sanitario para diversas comunidades y acciones sociales que redundaría en el bienestar de los zacatecanos.
Por eso es que seguimos pidiendo audiencia con el Gobernador Monreal Avila, pues hasta el momento no se ha podido hablar con él y necesitamos exponerle personalmente una serie de asuntos de interés de la militancia.
En tanto, creo que resulta indispensable llamarlos a que apuremos el paso para hacer la entrega del pliego petitorio de 2023 en los municipios de la entidad; ya lo han hecho los compañeros de Fresnillo, Vetagrande y Villanueva, y en próximos días haremos lo propio en los municipios de Guadalupe, Trancoso, Calera, Valparaíso y Cañitas, por citar algunos.
Quiero destacar que hay alcaldes con oídos receptivos, es el caso de Saúl Monreal, de Refugio Avitud, de Jorge Miranda y Eleuterio Ramos Leal, quienes a pesar de las dificultades económicas por los recortes presupuestales de la federación, han hecho un esfuerzo encomiable para resolver parcialmente a la gente de su demarcación.
A nosotros nos queda claro que no somos los únicos y que tampoco puede ser resuelto el cien por ciento de lo que requiere la ciudadanía, pero los ejemplos anteriores sirven para decir que también cuenta la voluntad política, que es lo que hace distintos a los gobernantes en los tiempos de la cuarta transformación.
Insisto en que el marco constitucional da derecho a que presentemos por escrito las demandas sociales a las autoridades, a la vez que obliga a que estas les resuelvan a sus gobernados, por eso compañeros zacatecanos, quiero animarlos para que acudan con ímpetu a llevar sus solicitudes en sus respectivos municipios, seguros de que nos asiste la razón y el derecho, porque es una aspiración legítima ser contemplados en los programas que el gobierno tiene para aplicar en favor de toda la población de forma individual, pero también colectiva.
Finalmente, quiero adelantar que esto puede desatar la ira de los enemigos del pueblo organizado y que estamos propensos a sufrir ataques, descalificaciones y el desprestigio de siempre: “ya no hay atención a los antorchistas porque son unos corruptos”, pero nosotros ya conocemos esa vieja fórmula que también nos aplicó Morena cuando llegó al poder federal, pero el decreto de nuestra desaparición no tiene efecto y puedo decir que hay Antorcha para rato.