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Cumplidas las formas y protocolos, el gobernador Javier Corral Jurado toma las riendas de la administración pública de Chihuahua. Comienza una nueva época de la que se generó mucha expectativa post elección; incertidumbre cerca de la toma de protesta y, dudas a partir de ejercer el mando.
Apuntes.- Pese al distintivo discurso beligerante de condenar los excesos de quienes ostentan el poder político, Corral celebró durante tres días la asunción al cargo de primer magistrado del estado.
1.- He escuchado voces que se cuestionan qué tan diferente pudo ser el actual gobernador de sus antecesores al arranque de su gestión, cuando organiza una carrera por la liberación de la tiranía duartista; el conjuro de los demonios de palacio terciaron otros; “histórico, se inscriben 3 mil a la carrera”, soltaron desde la nueva trinchera; sin embargo, el cheque de la donación a un organismo civil (AMANC) apenas si alcanzó los 125 mil pesos. El gesto es positivo, aunque la cantidad es simbólica si consideramos que la promoción, difusión y los premios, rebasó en metal lo que se donó. Está pendiente conocer al detalle el gasto por la organización de la carrera y el origen de esos recursos.
2.- El cambio de sede del poder legislativo (congreso estatal) para la toma de protesta del nuevo mandatario fue anunciada con mucha antelación a la instalación de la nueva legislatura, que una vez consumada, torció el rabito y por conducto del coordinador de la primera minoría, Miguel La Torre, secundaron la petición del ahora primer inquilino de palacio.
El lucidor evento en el centro de convenciones de Chihuahua albergó a miles de invitados que ocuparon por secciones y en grado de importancia, toda la nave del recinto habilitado como sede del poder legislativo. Así lo hicieron en su momento Pancho Barrio, Patricio Martínez, Reyes Baeza y César Duarte. La diferencia puede estar en que esta administración sí transparente los recursos y dé a conocer el costo total de la ceremonia de toma de protesta.
3.- La verbena popular organizada para el público en general, sobria y sencilla a simple vista, sirvió como preámbulo a la salutación del flamante gobernador que abrió las puertas de palacio, en franco contraste al sitio desde el atentado a Patricio Martínez.
Obvio que algunos amigos me han compartido, parte en broma y otros con cierta preocupación, la comparación con la asunción de los emperadores romanos y las festividades del imperio que se prolongaban por días con el circo romano, las sangrientas batallas en el Coliseo y los bacanales que el emperador organizaba para sus invitados más exclusivos. Exageradas me parecieron estas comparaciones porque el derroche de recursos con los Césares en los primeros tiempos de la era cristiana nada tiene que lo invertido por el nuevo régimen chihuahuense. Al menos en los dineros.
Destaco que durante la hora y media de su discurso, Corral dejó en claro el respeto a la democracia; la pluralidad e inclusión de su gabinete; la invitación al debate a la legislatura local para tratar los temas de interés para la sociedad y contener la enorme fuga del grifo de comunicación social que ha sido utilizado para cultivar la imagen de sus antecesores.
De los nombres del gabinete legal y ampliado que acompañan al recién estrenado gobernador de Chihuahua, puedo decir que es una mezcla de experimentados en la administración pública. Hay jóvenes maduros con talento; hay otros con expedientes abiertos de sospechosismo en sus conductas ético- políticas y, unos más son consumados chambistas. Pero ninguno, quizás una excepción, ha creado algún organismo civil, con recursos propios, para promover y defender los intereses de los menos favorecidos o de los olvidados del presupuesto, los destinatarios de los buenos propósitos de esta nueva administración; que no sea a través de lógica de un cargo de representación popular.
Percibo que la etapa de la expectativa se encuentra entre azul y buenas noches. Esta administración tiene la obligación moral de responder a los planteamientos originales de campaña y no matizarlos. Subrayo el de encarcelar al vulgar ladrón que lo antecedió, otorgar educación gratuita a los universitarios, resolver la bronca del transporte público y reintegrar la Junta Central de Aguas y Saneamiento, así como la dirección de vialidad y transporte a los ayuntamientos.
Por otra parte, la incertidumbre surge porque se quiere estirar todavía más el mentado bono democrático ( la diferencia de votos que les dio el triunfo) y anteponerlo como excusa frente a las comprometidas finanzas públicas que reciben, las que seguramente se conocerán con certeza a final del mes de noviembre a propósito de las auditorías que se practicarán en todas la áreas gubernamentales.
Está claro que cuando se compra boleto para la rifa del tigre, hay que estar conscientes de la buena apariencia física del animal, sin embargo es probable que internamente se encuentre con padecimientos crónicos; además de alimentar al tragón.
La duda razonable descansa en la posibilidad de que esta administración sea solo un cambio de nombres y colores, y ceda a la tentación de emular a los anteriores titulares del ejecutivo estatal para controlar a su partido, a las instituciones educativas, al poder judicial y al poder legislativo.
Yo espero sinceramente que haya cabida para un verdadero nuevo comienzo. Que la transparencia total sea el común denominador del gobierno de Javier Corral y no una joya discursiva más de su experiencia parlamentaria.
Los chihuahuenses estaremos muy pendientes para que este nuevo amanecer no se descomponga y se adelanten las cabañuelas. Sería muy triste y decepcionante que los nombres de este nuevo amanecer resulten al final de cuentas un puñado de burgueses con ínfulas de Bartolomé de las Casas. Es cuanto.