Por Gabriel Contreras Velázquez
La aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación 2019 ha acelerado los tiempos de definición política dentro y fuera de la Cuarta Transformación. A diferencia del recorte de participaciones a los estados por el orden de los 108 mil millones de pesos, la información que difundió el día de ayer el diario Reforma sobre una posible disminución al presupuesto de las universidades públicas fue desmentida por el equipo de transición del presidente electo.
Vía Twitter, el próximo subsecretario de egresos del gobierno electo Gerardo Esquivel Hernández, detuvo las presiones de la comunidad estudiantil, plasmadas en un primer pronunciamiento del Consejo Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México como reacción a lo publicado por el rotativo de circulación nacional.
La filtración aludía a un probable reducción por el orden de los 19 mil millones de pesos al Programa U006 “Subsidios Federales para Organismos Descentralizados”, del cual se han ayudado los organismos educativos descentralizados especialmente para el pago de plantillas laborales.
De acuerdo con los resultados de la evaluación a la Cuenta Pública Federal 2016, la Auditoría Superior de la Federación consignó que al menos el 85.7% de los subsidios totales a la educación media superior y superior en los estados, soportó el gasto de nómina.
Del total del subsidio programado en 2016, superior a los 52 mil millones de pesos, a la Universidad Autónoma de Zacatecas le fueron otorgados mil 502 millones. Ese presupuesto, sin embargo, no le ha permitido saldar la deuda que mantiene con los trabajadores en el pago de cuotas de seguridad social.
Sus incrementos anuales permanecen en el margen inflacionario normal. En este 2018, la UAZ recibió mil 850 millones de pesos de recursos federales: 150 millones menos para amortizar los adeudos de la parte patronal. Cualquier disminución llevaría a la universidad a un escenario de acelerado deterioro.
No sin contar la pérdida de confianza de la comunidad estudiantil al proyecto de Andrés Manuel López Obrador, el cual riñe con la creación de nuevos centros educativos del nivel superior sin antes solventar la crisis presupuestal por la que atraviesan al menos 10 universidades estatales (Chiapas, Estado de México, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Sinaloa, Tabasco, Veracruz y Zacatecas).
No obstante, en los hechos el rescate financiero a esos diez centros educativos, que en total concentran el 32.6% del total de la matrícula universitaria a nivel nacional, corre por dos vías: 1) auxiliar en el cierre de año a la decena de universidades con recursos extraordinarios, y 2) diseñar un proyecto de reestructuración financiera y administrativa para cada institución.
Las gestiones para el cierre de año se realizan en las oficinas de José Antonio Gonzáles Anaya, actual Secretario de Hacienda y Crédito Público del gobierno de Enrique Peña Nieto. Son 4 mil millones de pesos los que las universidades estatales, vía los legisladores en la Cámara de Diputados, buscan apartar en una bolsa extraordinaria previo a la conclusión del sexenio.
Restarían otros 14 mil millones para concretar el anhelado rescate financiero. El filtro para lograrlo estaría en los programas de rediseño interno en las universidades con merma de recursos. Dicha información fue publicada también el día de ayer en Reforma, y no fue desmentida por Gerardo Esquivel.
Según lo publicado por el periódico, La Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados tiene en sus manos el estudio “Situación de Universidades Públicas y Estatales con Problemas Financieras”. No es una novedad para la UAZ lo que ahí se concluye: el déficit financiero universitario viene de la contratación de personal sin respaldo presupuestario, así como el pago de prestaciones por encima de lo convenido con las autoridades educativas y hacendarias.
Pero, es una realidad que el diagnóstico de reestructura ya se comparte entre los centros de estudio y las autoridades educativas. La reticencia que habrían mostrado algunas universidades a la intrusión en su vida interna ha modificado su planteamiento. Ahora reconocen que el rediseño es parte de un proceso de congruencia financiera y administrativa si se quiere evitar futuros endeudamientos.
En su momento lo anticipó el gobierno de Enrique Peña vía Luis Videgaray Caso, cuando comandó la Hacienda Pública. Lo mismo advirtieron los gobiernos de Miguel Alejandro Alonso Reyes y de Alejandro Tello Cristerna por separado: la reestructura financiera tendría que atravesar por un saneamiento interno en el caso de la máxima casa de estudios de Zacatecas.
La Cuarta Transformación ha sido consecuente con el panorama objetivo que pintan los números deficitarios en las universidades estatales. Vía el diputado Alfredo Femat Bañuelos, el proceso de reestructura en la UAZ ofrecería señas concretas una vez iniciado el nuevo gobierno.
Su bandera de lucha ha sido el rescate financiero, aunque será en el terreno de los consensos universitarios donde pondrá a prueba su capacidad para aterrizar un proyecto que afectaría intereses creados. El 2021 es la meta.
#Casualidades: No pasó desapercibido el silencio de la senadora Geovanna del Carmen Bañuelos de la Torre, en la ventajosa reasignación presupuestal que los diputados de la LXIII Legislatura determinaron para las extintas Herramientas Legislativas.
Fiel promotora de la eliminación de la partida de “gestión legislativa” en la LXII Legislatura, hizo oídos sordos al voto de sus compañeros de bancada, José Dolores Hernández Escareño y Gabriela Pinedo Morales, para redirigir los recursos al bolsillo de los diputados locales.
Probablemente sea porque como senadora, la austeridad no le sienta del todo bien. Contrario a las directrices del presidente electo y de su partido en la Cámara Alta, la de Monte Escobedo confabula con Dante Delgado Rannauro, de Movimiento Ciudadano, para que en las “extenuantes” reuniones de Comisión legislativa regresen las viandas y los bocadillos, entre otras cosas.
De ahí que, por la libre, busque consenso con partidos distintos a los de la Cuarta Transformación para incidir en el cambio de presidencia de la Comisión de Administración que encabeza su paisana Soledad Luévano Cantú.
Ya sin muchos reflectores y trabajo para figurar, la política de ligas mayores ha opacado la presencia de Geovanna. Su exclusión durante la gira de López Obrador por Zacatecas le enseñó que en Morena no había mucho futuro político, pues llega a ser un estorbo a las aspiraciones de David Monreal Ávila.
Twitter: @GabrielConV