Por Jaime Arizmendi
Primera Parte
Argonmexico / A pesar de que la creciente violencia en México con ejecuciones, secuestros y tiroteos en varias entidades, ha ocupado en los últimos años destacados espacios en los medios de comunicación del orbe; día a día es mayor el número de extranjeros que arriban a nuestro país en busca de la bonanza económica que no encuentran en sus naciones de origen.
Basta abrir un buscador de la Red y escribir la frase: oleada de extranjeros en México, y de inmediato se hallarán reportes de inmigrantes rusos, argentinos, asiáticos, españoles y otros. Son, sobre todo, grupos de jóvenes que incluso llegan con diplomas o títulos académicos bajo el brazo, atraídos por algún coterráneo aposentado en nuestro país hace años o décadas.
Reportes del Instituto Nacional de Migración (INM) indican que esta dependencia de la Secretaría de Gobernación, brindó asistencia social consistente en alimentos, refugio, atención médica menor, traslados a centros hospitalarios y/o asesoría en diversos trámites administrativos, a 276 mil 855 migrantes y 242 servicios de asistencia jurídica.
Más aún, señala que 305 mil 662 migrantes, en su mayoría de países de centro y sudamérica, recibieron algún tipo de orientación. En 147 casos, los migrantes presentaron alguna queja y 95 de ellos emprendieron una denuncia penal; además de haber repatriado este año a 154 mil 480 extranjeros. Casi todos con el fin de llegar a Estados Unidos.
Casos de Inmigración
La diáspora rusa en territorio mexicano es relativamente pequeña, aunque está diseminada por todo el país. En el año 2000 los rusos constituían el 0.3% de los residentes en México nacidos en el extranjero, de acuerdo a datos del Inegi, para el 2010 se estima que unos 15 mil rusos vivían en nuestra nación.
Los estados de Baja California y Quintana Roo, con el Distrito Federal, Toluca, Cuernavaca y Puebla, son las zonas con mayor concentración de gente proveniente de Rusia y de repúblicas exsoviéticas como Ucrania, Belarus, Armenia, Azerbaiyán, Letonia, Lituania, Estonia y otras.
La ola de inmigrantes rusos llegó a México en la época de la perestroika del gobierno de Mijaíl Gorbachov en la URSS. Nuestro país acogió a periodistas, científicos, entre ellos Alexander Balankín (Premio Nacional de Ciencias 2002), escritores, músicos, actores y empresarios, que se diseminaron por todo el país, desde Ensenada hasta Cancún.
El desmoronamiento del sistema soviético generó creciente empobrecimiento que obligó a muchos ciudadanos de sus exrepúblicas a emigrar hacia naciones muy distantes como México. Ahora, en años recientes se ha incrementado vertiginosamente el número de turistas de esa transformada región a territorio mexicano.
Tan sólo en el año 2010 el número de turistas rusos se incrementó en más del 135 por ciento al superar los 27 mil; monto que para el 2011 casi se duplicó al ser más de 50 mil. A Cancún vuelan las aerolíneas rusas Aeroflot9 y Transaéreo.
Según el censo del 2000, en ese año mil 293 ciudadanos con pasaporte ruso residían en México, pero la diáspora rusa incluye también a algunos miles más, descendientes de viejos inmigrantes rusos de terceros países y a rusos nacionalizados mexicanos.
De Argentina. En el siglo XX, a finales de los años 30, los argentinos empezaron a migrar hacia México. Eran sobre todo actores y actrices de cine y teatro, quienes llegaban a nuestro país atraídos por la producción cinematográfica mexicana de la llamada “época de oro”.
La siguiente ola de inmigrantes argentinos llegó entre 1976 y 1983. Eran exilados políticos que salieron de su país durante la dictadura militar. Esta migración enriqueció a las universidades públicas, pues muchos escritores y estudiosos de las ciencias sociales se incorporaron a sus aulas.
Pero durante la última década ha llegado una nueva ola de inmigrantes argentinos a México, jóvenes y empresarios que a consecuencia de la severa crisis económica que atravesaba su país, salieron en busca de oportunidades de empleo. Se estima que ahora superan los 10 mil 500, y constituyen la comunidad extranjera más numerosa de sudamericanos en territorio mexicano.
Desde EU. La inmigración de estadounidenses a México se inició durante el siglo XIX, y aumentó durante el gobierno de Porfirio Díaz. En ese entonces hubo gran afluencia a nuestro país de misioneros de iglesias protestantes: luterana, anglicana, metodista, bautista y presbiteriana.
Después del movimiento armado en México, entre los años 20 y 30 del siglo pasado, llegaron escritores, artistas plásticos, periodistas e investigadores estadounidenses, quienes sintieron atracción por la arqueología, las artes y las artesanías. A partir de 1950, los estadounidenses ya representaban la primera población de origen foráneo avecindada en los estados mexicanos.
En los últimos años zonas como Los Cabos, Mazatlán, Chapala y San Miguel de Allende se han convertido en lugares altamente atractivos para los estadounidenses jubilados. Actualmente, más de un millón de ellos radica en México, por lo que es la mayor comunidad extranjera que reside en nuestro país.
Provenientes de Corea. Los primeros inmigrantes coreanos llegaron a México en 1905. A bordo del barco Ilford, 802 hombres y 231 mujeres y niños, zarparon del puerto de Chemulpo. Su destino final eran las haciendas henequeneras de la península de Yucatán. Cuando llegaron, fueron prácticamente esclavizados, aunque tras el estallido de la Revolución y el descubrimiento de nuevas fibras, sobre todo sintéticas, el cultivo del henequén se vino abajo y las haciendas fueron abandonadas.
Una nueva ola migratoria coreana llegó al país a mediados de la década de los 90, y se ubicaron en la ciudad de México, Yucatán, Baja California, Estado de México, Tlaxcala y Puebla. En los últimos 10 años han llegado a nuestra nación muchos ejecutivos de Corea para laborar en las más de mil 700 empresas con capital coreano instaladas principalmente en Tijuana y Mexicali.
Actualmente, en el territorio nacional se estima viven más de 17 mil coreanos, de modo que después de Brasil y Argentina, México es el tercer lugar con inmigrantes coreanos.
Otros asiáticos. A fines del siglo XIX y principios del XX, 30 mil chinos de la clase trabajadora llegaron a México huyendo de la pobreza y de la inestabilidad política, procedentes del sur de China (Cantón) o de Estados Unidos.
Trabajadores chinos fueron contratados por diversas compañías estadounidenses para la construcción de vías férreas, la minería y la agricultura; pero al concluir esas labores los empezaron a rechazar. En 1904 se emitió una ley que prohibía su entrada al vecino país del norte, por lo que huyeron a territorio mexicano, principalmente a Baja California.
Se estima que el número de jornaleros chinos que había en el valle fluctuaba entre siete y ocho mil. En esa época era tan grande la presencia e influencia de los chinos, que a Mexicali se le llamaba “el pequeño Cantón”, y el barrio del antiguo centro comercial de la ciudad aún es conocido como “La chinesca”.
Actualmente, en la capital residen unos nueve mil chinos. En todo el país unos 15 mil provendrían de ultramar y 40 mil mexicanos de origen chino, quienes se distribuyeron sobre todo en las ciudades de México, Tijuana, Mexicali y el estado de Chiapas. Con todo, la oleada de inmigrantes extranjeros en territorio mexicano crece, crece y crece…
Continuará…