A menos de tres días de la premiación más mediática en la industria del cine, los llamados Oscar, los medios que cubren la fuente se vuelcan en hacer análisis, predicciones y apuestas sobre los vencedores de cada terna de nominados. A diferencia del año pasado, en el que hubo categorías realmente reñidas como la de mejor actor donde todos tenían méritos para alzarse como ganadores, este 2015 se caracteriza por ser un año flojo y disparejo. Cineastas independientes como Wes Anderson por fin llaman la atención de la Academia cuando en el pasado sus mejores películas apenas y habían sido tomadas en cuenta. Por otro lado, los RR.PP de diversas productoras lograron meter cintas que en otras ediciones no habrían tenido oportunidad alguna. En resumen, un año de calidad mediana que, como es tradición, dejó fuera a filmes y actores que merecían a toda luz al menos una nominación.
Bajo este marco, no hay que ser un experto para adivinar que tal vez no haya lugar para la sorpresa y que, como ha pasado en las últimas entregas, los premios se repartan sin dejar que una película arrase. Por eso, en esta ocasión quiero enfocarme en analizar cinco categorías de las llamadas principales para hacer una anti-predicción, es decir, hablar sobre los que tienen la mejor oportunidad de ganar contra los que en realidad se lo merecerían. Y de paso, claro, mencionar una que otra ausencia grande.
Nota: esta definitivamente no es una guía para quien piense apostar, sino un simple ejercicio de justicia imaginaria.
Categoría: Mejor Película.
Predicción: Boyhood.
De acuerdo a las encuestas y los medios más importantes en el tema, Boyhood lleva una ligera delantera sobre Birdman, de Alejandro G. Iñárritu. Lo que el filme de Richard Linklater tiene a su favor es ser el tipo de producción, digamos, académicamente amigable debido a su temática. Y mención aparte a la titánica producción y su propuesta. Tomarse tantos años para realizar una historia más plausible es sin duda una labor no sólo de premiarse, sino que lleva el quehacer cinematográfico a una nueva y desafiante frontera de hiperrealismo.
Por su parte Birdman no se queda atrás en cuanto a propuesta, pero experimentar (con gran éxito, eso sí) las posibilidades de la puesta en escena con un leguaje tan extremo podría ser, aunque no debería, su talón de Aquiles. Ambas cintas compiten fuertemente por el codiciado premio de la noche y no sería sorpresa su victoria, en cambio…
Anti-predicción: Whiplash.
Si la Academia ya tuvo el acierto de nominar The Grand Budapest Hotel y Whiplash, dos filmes independientes que ampliaron su público recurrente gracias a su calidad, sería de esperarse y hasta agradecerse que terminara de romper su solemnidad premiando a uno de los dos; al mejor, que en este caso es la cinta de Whiplash, la tremenda y pura cinematografía musical que dirigió Damien Chazelle.
Categoría: Mejor Actor.
Predicción: Eddie Redmayne.
Las posibilidades de este chico británico son altas y por partida doble. Su trabajo de interpretación del científico Stephen Hawking es, discutiblemente, el mejor de toda la terna. Por otro lado, tampoco tiene una competencia fuerte. Exceptuando la merecida nominación de Steve Carrell como el excéntrico millonario John du Pont, la cual sin duda ya es su premio, Benedict Cumberbatch y Bradley Cooper se metieron en la terna por dos biopics que en un año más competido se hubieran quedado fuera. Alan Turing y Chris Kyle ofrecen pautas específicas que ambos actores usaron sin aportar algo más a su personaje, como en cambio sí lo hizo Michael Keaton con Birdman.
En el camino: Jake Gyllenhaal fue ignorado por su aprensivo y siniestro personaje del reportero de nota roja Louis Bloom en Nightcrawler (Dan Gilroy, 2014), un trabajo superior tanto al de Cumberbatch como el de Cooper y que bien puedo ocupar el lugar de cualquiera de ellos.
Anti-predicción: Michael Keaton.
Atención: si bien es difícil que gane, sus posibilidades tampoco son del todo bajas. A los miembros de la academia a veces les gusta reconocer a actores que estaban alejados y regresan a los primeros planos de la forma como lo hizo Keaton. Es, digamos, una especie de bienvenida. Y aunque la mayoría se queda en la simple nominación, el trabajo de Keaton es tan complejo y bien construido que bien podría ganar. Por otro lado, su fama y localía pueden ser la ventaja sobre un joven Redmayne. Difícil, pero no imposible.
Categoría: Mejor Actriz.
Predicción: Julianne Moore.
Al igual que en la terna de mejor actor, Julianne Moore suena como una apuesta segura por su papel de Alice, la profesora universitaria que sufre de Alzheimer. Relegada por muchos años y nominada sin victoria otras tantas, Moore parece que por fin se hará de la codiciada estatuilla. Y así de paso resanará a esas otras interpretaciones por las que no fue ganadora.
Anti-predicción: Rosamund Pike.
Y así como Julianne Moore tuvo en su pasado personajes bien complejos y osados por los que debió haber sido reconocida antes que por el clásico enfermo, ahora es Pike quien hace su debut en esta premiación con una actuación intensa y hasta polémica que la lleva a ser prácticamente tres personas diferentes en un mismo personaje y filme. Me refiero a Amy Dunne, la inescrutable y vengativa esposa de Ben Affleck en Gone Girl, una de las películas que tampoco llenó el ojo de los sindicatos y asociaciones el año pasado. Y si bien Gone Girl no es de ninguna forma de los mejores trabajos de su director, David Fincher, Rosamund Pike sí que la ha representado con creces por su formidable actuación.
Ojalá la Academia se atreviera a premiarla hoy que se lo merece, y no en unos años cuando interprete el convencionalismo de la enfermedad o la biopic de superación.
Categoría: Mejor Dirección.
Predicción: Alejandro González Iñárritu.
La carrera por el Oscar a mejor dirección es una muy cerrada entre El Negro Iñárritu y Richard Linklater. Ambos señalados como favoritos y representando dos películas muy distintas, pero igualmente grandiosas. Dos trepidantes semanas de filmación, en el caso de Birdman, contra 12 contemplativos años de Boyhood. La competencia no podía ser más diversa, pero sólo uno debe ganar, y en ese sentido, Iñárritu tiene dos elementos a su favor: el premio del sindicato de directores y que Birdman posiblemente no sea la película ganadora de la noche.
Mientras que el premio sindical es el indicio más confiable para saber cómo votarán los miembros de la Academia, el hecho de que esta premiación se vislumbre repartida hace suponer que una cinta como Birdman difícilmente sería reconocida, lo cual pone a Iñárritu automáticamente como vencedor casi a forma de consolación. Suena ilógico, pero es una práctica común y apenas el año pasado fuimos testigos de cómo Alfonso Cuarón se llevaba el reconocimiento a mejor dirección, pero en cuanto a película, 12 años de Esclavitud, de Steve McQueen, fue la verdadera ganadora. Algo que, esperemos, ya no se repita.
En el camino: La película Selma sonaba para ser una fuerte competidora de esta 87 edición de los Oscar. Al final, se quedó en la carrera con muy pocas nominaciones a su favor, y eso incluye la flagrante ausencia de Ava DuVernay, su directora. Y ni hablar de Damien Chazelle.
Anti-predicción: Richard Linklater.
Así como Julianne Moore tuvo grandes papeles sin que fuera reconocida, Richard Linklater ha hecho una carrera prácticamente impecable del lado de la industria que no suele tener tanta atención. Un Oscar por Boyhood no solo sería un premio a la ambición y visión de contar una historia de vida como nunca antes se había hecho, sino a una filmografía que ha retratado a Norteamérica desde todos los ángulos y bajo diversas generaciones como pocos cineastas.
Guión adaptado.
Predicción: The Imitation Game.
Una de las categorías más flojas de este año. No solo por la fuente de algunos de los guiones nominados, sino porque la mayoría, al igual que sus películas, son derivativos. No hay en ellos un riesgo o factor tergiversador sobre las historias que cuentan. Son solemnes con sus protagonistas, y hasta los encumbran de forma irreal, como el caso de Chris Kyle en American Snipper. The Imitation Game tiene las de ganar por poseer una estructura que hemos visto ganar una y otra vez, y también por estar basado en un personaje que desde hace un buen rato ya pedía una buena adaptación cinematográfica. A muchos les gustó esta cinta, y el premio a guión adaptado sería un buen reconocimiento. Aunque no hay que descartar a Anthony McCarten con The Theory of Everything. Un guión que de un libro que en realidad parece diario, hace una película aceptable.
Anti-predicción: Whiplash.
Este es un caso curioso. Whiplash es un guión original, sin embargo, por estar hecho a partir del cortometraje con el que Damien Chazelle hizo su pitch para los estudios, la Academia decidió que había una fuente anterior y que Whiplash, por tanto, era guión adaptado. Así. Sin más. Pues en ese caso, con mayor razón merecería ser el ganador de esta terna. Extender a más de 100 minutos una historia de 17 con tal intensidad y flow, quisiera ver a uno de los guionistas nominadas hacerlo.
Estas no son las únicas categorías que podríamos mencionar, pero sí las más obvias. A favor de la ceremonia también se reconoce que en otras hay un consenso y con toda justicia, como las de actor de reparto o guión original. Pero a pesar de ello, está seguirá siendo una de las premiaciones más grises en los últimos años. Aún así, para los amantes del cine y los no tan aficionados, siempre será un entretenimiento verla.