Por Jacobo Cruz
Han aumentado los problemas que afectan a los mexicanos, ya no solo se trata de la pobreza y los bajos ingresos económicos con los que las familias satisfagan las necesidades materiales-espirituales; está claro que los pobres carecen del alimento diario, del vestido, la salud, el esparcimiento, etc., provocando que millones estén en condición de supervivencia en los tiempos de la 4t, cuando se esperaba lo contrario.
Pero el tema que más lastima y provoca miedo manifiesto es el de la inseguridad, tan solo el octubre pasado cerró como el mes más violento del 2022, al registrarse dos mil 481 homicidios dolosos, según datos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).
En el mismo mes a nivel nacional se cometieron 80 homicidios al día, Guanajuato es el estado con más casos al presentar 302; en el Estado de México fueron 170; en Michoacán 144; en Zacatecas 132; Jalisco registró 120; Baja California 94 y Chihuahua 90.
Eso no es todo, en nueve meses asesinaron en México con arma de fuego a 627 menores de edad, de acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), un incremento de casi 7% respecto al 2021.
Este problema es reconocido y criticado por personajes emanados del mismo proyecto político del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), así lo hizo diputado federal petista, Gerardo Fernández Noroña: “El gobierno de David Monreal le ha quedado a deber a la ciudadanía zacatecana, su gobierno, para no ser tan duro, ha sido infame; es una decepción absoluta, de incapacidad manifiesta”, dijo en su visita al estado.
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), dio a conocer en su informe que el citado octubre se convirtió en el segundo mes más mortífero en Zacatecas por los 132 homicidios dolosos; y en la suma de lo que va del 2022 son mil 152 homicidios dolosos los registrados aquí con el gobierno de Morena.
La violencia que se vive aquí ha provocado escenas de terror, como el que un perro haya paseado con una cabeza humana por las calles del municipio de Monte Escobedo, sin embargo los problemas de inseguridad son hechos cotidianos, los zacatecanos se niegan a acostumbrarse a vivir en un ambiente de miedo, y a pesar de que llegan más fuerzas de seguridad no se nota que con su presencia haya baja en el índice delincuencial.
Las cifras oficiales demuestran, otra vez, que la estrategia de seguridad defendida por el presidente no sirve en Zacatecas, pues el mes anterior se cometieron 30 homicidios más que en septiembre, que cerró con 102 hechos lamentables.
Pero la cosa no para ahí, pues van 51 elementos de seguridad asesinados, el ataque a oficiales es directo y si eso pasa con los responsables de cuidar la integridad de la gente, ya imaginamos el calvario del resto de la población.
Por otra parte, el dato es muy preocupante en cuanto al número de personas desaparecidas: en 2021 hubo 830 reportadas bajo este rubro y en 2022 ya son 430, aunque la cifra es menor esto es de dar miedo, mientras que hay 25 municipios sin policías.
Las declaraciones del petista Fernández Noroña son importantes, porque a final de cuentas también tiene una responsabilidad social toda vez que él, como otros políticos contribuyó a que López Obrador se haya quedado con la Presidencia de México, quien no presta atención a estos puntos de vista.
El legislador federal sabe la situación de los guardianes del orden: “Y luego donde hay policía traen unos uniformes todos raídos y una pistolita pedorra, les pagan tres pesos, y enfrentando a toda la potencia económica, militar, del narco o sea, es evidente que no es un problema privativo de Zacatecas, es un problema nacional”.
El del PT aseveró: “Hay resultados, hay disminución en los índices de inseguridad pero estamos lejos de pacificar al país, y en Zacatecas hablar de los resultados positivos sería un contrasentido, sería chocante para la gente porque están prácticamente en el ojo del huracán, en una situación dramática, terrible, donde se necesita… pero el tema de fondo es abrir la discusión sobre la legalización de todo tipo de drogas”, argumentó el legislador.
Pero AMLO no escucha, al contrario, el dicta línea a secretarios de estado, a gobernadores, legisladores, a presidentes municipales, y claro que muchos mexicanos del pueblo raso también defienden, apoyan y aplauden sus locuras propiciando el linchamiento político contra aquel que se atreva a cuestionarlo.
La postura del presidente no contribuye a la reconstrucción del tejido social y a la pacificación del país, a cada día tiene un nuevo oponente al que se le avienta con el aparato de gobierno, la alevosía y ventaja, al igual que la agresividad de López Obrador crecen para defender su palabra como la única válida.
Cuando los mexicanos buscamos paz, tranquilidad y empleo para sacar adelante a nuestras familias, contemplamos que muy lejos quedó el anhelo de primero los pobres y nada fuera de la ley; lo que vemos a diario es abuso de poder, prepotencia, incapacidad, despreocupación y deseos verdaderos por aniquilar a las voces críticas como si con eso se resolvieran los problemas que generó su gobierno.