Esta inseguridad pública nos tiene secuestrados.
Esta inseguridad pública nos tiene a su merced.
Esta inseguridad pública me ha obligado, por ejemplo, a guardar mi vehículo en una pensión… y cada mañana y cada noche caminar de ida y de regreso desde un absurdo tercer piso lleno de otros patrimonios de miedosos como yo.
Esta inseguridad pública nos tiene encerrados en la desconfianza.
Esta inseguridad pública nos impide dar “aventones” en carretera.
Esta inseguridad pública nos impide pedir “aventones” en carretera.
Esta inseguridad pública nos impide pernoctar en cabañas, en medio de las hermosas sierras de nuestro estado.
Esta inseguridad pública ¡ah cómo joroba!
Esta inseguridad pública remueve, poco a poco, nuestros orgullos antes tan preciados.
Esta inseguridad pública, sin cercana ni más o menos remota “vuelta en u”…