La Minera Peñasquito dejará miseria y en el abandono a los habitantes del semidesierto, terminan con la vida, flora, fauna y el agua, además de que comienza a crear un escenario de muerte y contaminación a los mantos freáticos, afirmó Felipe Pinedo Hernández, miembro de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA).
En conferencia de prensa, José Narro Céspedes, dirigente nacional e la CNPA, lamentó que en el ejido no haya un centro de salud de primer nivel, refirió que en tres siglos de la colonia, se extrajeron 200 toneladas de oro, mientras que en los recientes veinte años, y con la llegada de Peñasquito, se han extraído un mil 150 toneladas de oro.
La explotación y el método extractivo han desgastado, atropellado y aniquilado la vida silvestre y las aguas, y el semidesierto está condenado a un estadio de contaminación por los residuos químicos mortíferos.
Felipe Pinedo reiteró que “la Minera Peñasquito arrastra la muerte consigo”, pues los altos niveles de contaminación no sólo de selenio, sino de plomo, cianuro, mercurio y otros metales pesados, por el método de lixiviados, son cosa de todos los días, por la irresponsabilidad y el contubernio con las instancias ambientales nacionales y estatales.
Por ello, insistió en que se realice una investigación internacional, pues en pocos años del semidesierto desaparecerá la vida, porque siempre se hay actuado al margen de la ley.
“La minera sólo quiere vender a la sociedad zacatecana ‘espejitos’ por empleos, para distraer la atención de su contaminación y muerte que han provocado, porque los dueños se sienten intocables, y lo demás es pura demagogia del gobierno y la transnacional al decir que todo está bien”, dijo.
Dijo que el contubernio es más obvio cuando al interior del complejo minero hay oficinas de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y de la Procuraduría Agraria (PA), mientras que a los funcionarios les tienen hoteles y áreas para irse a divertir.
Refirió que la CNPA siempre ha tenido la razón al estar denunciando la devastación que ha generado Peñasquito, pues ha desaparecido la fauna; ya no existe el águila real, el venado, los zorros y los coyotes en aquella región, y ello lo único que ha generado es riqueza para unos cuantos.