PEPENA DE CREDIBILIDAD

Share on FacebookTweet about this on TwitterShare on Google+Pin on PinterestShare on TumblrShare on LinkedInEmail this to someone

direccioneszac_mini_02Por: Manuel Narváez Narváez

Email: mnarvaez2008hotmail.com

La casta política mexicana se dispone este fin de semana a manifestarse en la frontera con los Estados unidos para protestar en contra de las posturas xenofóbicas y racistas de Donald Trump.

También harán lo propio pero en territorio norteamericano los dirigentes partidistas, quienes se reunirán con grupos de mexicanos residentes en las ciudades de Chicago, Los Ángeles y Nueva York.

Por su lado,  el presidente Enrique Peña Nieto recibió hace unos días en el aeropuerto de la CDMX a un grupo de connacionales que fueron expatriados del vecino país. Todos, es decir, senadores, dirigentes partidistas y el titular del poder ejecutivo federal aprovechan los reflectores y el momento de repudio en contra del presidente estadounidense, para configurar una imagen de solidaridad y unidad con el pueblo de México.

Dichas acciones mediáticas tendrían un significado genuino y legitimo si en la cotidianidad los gobernantes y representantes populares expresaran a través de sus obras y acciones el reclamo popular de honestidad y buenos gobiernos.

Desafortunadamente las supuestas muestras de repudio de la casta política mexicana en contra de la postura radical de Trump obedece más a un cálculo político para pepenar credibilidad, que ha una acción solidaria con referentes tangibles de unidad y respeto hacia los mexicanos.

Las movilizaciones que los senadores de la república tienen planeadas el fin de semana se enmarcan en la antesala de las elecciones presidenciales del 2018 y, previo al relevo de gobernadores a mitad de este año en los estados de México, Coahuila, Veracruz y Nayarit.

Tampoco es extraño que los senadores y dirigentes políticos se ajusten la cachucha de la unidad nacional. Bien medido tienen el descontento generalizado de la sociedad mexicana por el fracaso de las estrategias económicas del gobierno de Peña Nieto y por el brutal impacto a nuestros bolsillos con el gasolinazo de enero y los que vendrán a partir de marzo del año en curso.

Estos insufribles políticos y consumados vendepatrias se ofenden y ofuscan por las actitudes temerarias del desTRUMPado Donald, sin embargo, no se tentaron el corazón cuando levantaron el dedo para aprobar las empobrecedoras y apátridas reformas en materia laboral, energética y fiscal. De gran calado y soporte para Mover a México, se ufanaban priístas, panistas, perredistas y ecologistas.

Además, la incongruencia de los senadores y dirigentes partidistas reflota como el excremento. Convocan los primeros a construir un cadena humana a lo largo de la frontera, lo que sin duda traerá molestias al tráfico en los puentes internacionales y en las ciudades donde se congreguen; por otro lado se acalambran y amenazan con el uso de la fuerza para disolver a manifestantes que exigen marcha atrás al gasolinazo; justicia para los desparecidos de Ayotzinapa; reducción de legisladores; reducción de salarios en los tres poderes de la unión y en los tres órdenes de gobierno, y freno a la corrupción galopante.

Mientras tanto, los gerentes del PRI, PAN y Morena se preparan para ir a dialogar con los compatriotas en ciudades estadounidenses, sin un objetivo claro que no sea el de medrar con la situación delicada en la que se encuentran. Ah, pero eso sí, pegaron el grito en el cielo cuando Trump vino a dorarle la píldora a Peña Nieto y reclamaron intromisión electoral y política en nuestras narices.

Ciertamente los desplantes y amenazas del magnate y presidente gabacho son preocupantes y no deben tomarse a la ligera. Pero, ¿son los estadounidenses responsables de los malos gobiernos que padecemos en México?; ¿en quién recae la obligación de generar condiciones de desarrollo y bienestar en nuestro país?; ¿cuáles han sido las razones para que millones de compatriotas hayan tenido que emigrar al norte?.

En lo personal no me quita el sueño que Mr. Copetín naranja construya un muro en la frontera o se exprese despectivamente de nosotros. Que se preocupen las bandas criminales dedicadas al tráfico de personas. Que se pongan a trabajar titulares del poder ejecutivo federal, gobernadores y munícipes; que generen las condiciones suficientes para que la raza no tenga que ir a buscar a otro lado lo que aquí se le niega.

Si queremos respeto, prediquemos con el ejemplo. Qué necesidad hay de agredir verbalmente a los jugadores de futbol con el grito de: eehhhhh puto, en estadios mexicanos y en el extranjero. Este es solo un ejemplo que nos coloca en una situación de incongruencia. Si queremos que nos traten con respeto y dignidad, vayamos en la conquista de esos valores, pero iniciemos en casa antes de farolear allende las fronteras.

Concluyo que las movilizaciones convocadas por los senadores, las visitas que harán los dirigentes partidistas a Estados Unidos y el recibimiento que Peña hizo a los expatriados es un oportunismo en aras de pepenar credibilidad y desentenderse de los profundos y arraigados problemas domésticos. Todo este show mediático obedece a un cálculo político para medrar con el pretexto de la unidad nacional.

P.D. Expreso mis condolencias a las familias de Don Jaime Creel Sisniega y de Don Lorenzo Servitje Sendra, dos entusiastas mexicanos que crearon empresas exitosas y generaron miles de empleos para el país.

Deja un comentario