Perros gemelos

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logo direccionesPor: Manuel Narváez Narváez

Email: mnarvaez2008@hotmail.com

Twitter: @manuelnarvaez65

Si tiene cuatro patas, cola larga o mocha, orejas caídas o paradas y ladra como perro, seguramente será un perro; pasado por el bisturí por estética y vanidad de su dueño, pero seguirá siendo perro.

Uso esta introducción para hacer una analogía de la simbiosis, similitudes, parecidos o cómo prefieran llamarle, a lo que hoy en día guardan todas, absolutamente todas, sin excepción, las casas regenteadoras del peculio azteca; conocidos legalmente como partidos políticos.

En esta ocasión no voy a abarcar todos los cubiles, únicamente me voy a referir a los gemelos PRI y PAN, no antes, sin dejar en claro que los partidos restantes son sus carnales de teta porque ordeñan de la misma ubre.

El tema lo traigo a colación porque recientemente tuve una charla con amigos que todavía militan en Acción Nacional. Entre sorbos de bebidas espirituosas y el gusto de departir con ellos, desmembramos realidades, desde mi punto de vista y virtudes desde la óptica de ellos, de lo que le depara al PAN en las elecciones federales del 2015.

Mis camaradas ven una ruta muy crítica para el partido en el poder (PRI) y la posibilidad de robustecimiento panista, dadas las circunstancias de hartazgo y hostilidad social en contra del gobierno de la república que todavía encabeza Enrique Peña Nieto. Lo que para el priismo fue el efecto Peña en 2012, el panismo visualiza el desastre Peña en 2015.

Ciertamente el panorama luce desalentador para el Revolucionario Institucional, toda vez que las condiciones políticas tan deplorables en que tienen al país, sugiere que se traducirá en resultados electorales adversos para ellos en la renovación de la Cámara de diputados en el 2015.

El escenario de confrontación social hacia el Status Quo, ánima a mis compas que se atreven a pronosticar un marcador de 3 a 9, es decir, aseguran que obtendrán tres de las nueve diputaciones federales en juego para el estado de Chihuahua. Esto como consecuencia del endeudamiento del gobierno estatal, el presunto enriquecimiento ilícito del gobernador y el pleito entre éste y el Vocal Ejecutivo del Fovissste; escenarios que favorecen una victoria del PAN en un tercio de los cargos en disputa.

Ya entrada la tarde, mis estimados amigos elevaron sus apuestas y llenaron el saco navideño con la alcaldía de Chihuahua y la gubernatura del estado en juego en el 2016. “Tenemos a dos mujeres muy guapas que jalarían los votos para ganar”, me argumentaron sin sustentarlo en méritos que no sean el de haber ocupado asientos en el congreso local o federal.

La sonrisa desapareció de sus rostros cuando esgrimí mis puntos de vista, opuestos para desgracia del electorado, porque ni con uno ni con otro, las cosas van a ser mejores. En efecto, el regreso del PRI al poder vino a confirmar la remasterización de los actos más deleznables en el ejercicio de ese poder, pero dicho regreso obedece a la enorme decepción de los mexicanos con el fallido cambio que representó el PAN desde los Pinos y a las traiciones internas y desde la presidencia en perjuicio de la excandidata presdiencial Josefina Vázquez Mota.

Entrados en calorcito, les recordé que todavía insatisfechos por las puñaladas traperas, las dirigencias panistas, las locales y la nacional guardaron silencio y optaron por la visión de tubo ante los escándalos de los “moches”, que el coordinador parlamentario en San Lázaro de las huestes azules y el subcoordinador interno, originario de Chihuahua al igual que Madero, orquestaron desde sus cargos para cobrar cuotas a los gobiernos emanados del PAN por los recursos gestionados en el presupuesto de egresos de la federación. Impune.

Dada la confianza y la franqueza entre nosotros,  amplié mis realidades y las comparé con su entusiasmo, a grado tal que reconocieron la capitulación de los ideales de los fundadores del partido a manos de dirigentes, legisladores y gobernantes sin escrúpulos que adoptaron las mismas mañas que cuestionaron por años del Revolucionario Institucional.

Pero la traición y la transa no son las únicas “cualidades” que adoptaron los nuevos gerentes del panismo desde que se implementó el financiamiento público a los partidos políticos, sino que también desarrollaron la misoginia, porque a excepción de Cecilia Romero que se encargó del despacho de la dirigencia mientras Gustavo Madero se reelegía, prácticamente todas las presidencias y secretarías generales, tanto estatales como la nacional misma, son ocupadas por varones, al igual que las coordinaciones parlamentarias. No es casualidad entonces que el Partido Acción Nacional ocupe el tercer lugar entre las fracciones parlamentarias con menor representatividad femenina.

Esta misoginia, expliqué a mis camaradas, se acentúa cuando se reparten las candidaturas para cargos de elección popular y las consejerías locales y nacionales. De ser una cuestión de equidad y género, paso a ser un pago de cuotas de género, donde unas cuantas acaparan todos los puestos de interés que se les asignan.

Ha sido tal el degenere de la dignidad de la persona como el principal principio de doctrina, que no extraña que alguna panistas disten del prototipo de la mujer mexicana. A diferencia de éstas, hoy las aspirantes de siempre a todos los cargos de elección popular representan más la imagen de una actriz de telenovela, porque privilegian la lipo, el bisturí y la dentadura impecable, que los desafíos para abrazar una trayectoria objetiva sustentada en un desempeño público reconocido por la sociedad.

Antes de pedir la caminera, los parroquianos que estábamos en la mesa del rincón, después de una larga y amena charla coincidimos en que pese al escenario terrible al que el priismo ha arrastrado al país, difícilmente el PAN podrá remontar en el ánimo del elector, porque en el imaginario popular son tan parecidos uno al otro, que los ven como gemelos; además, la mayor participación ciudadana que en antaño otorgó el voto de confianza a los panistas, hoy solo es un espejismo, inclusive, ya no garantiza victoria al panismo, tal como sucedió en Coahuila, que teniendo a uno de los peores gobernantes tricolores del país y con la deuda estatal hasta el tope, simplemente les aplicaron el zapato. Ni una diputación de mayoría  en disputa.

Para despedirnos, les dejé bien claro a mis estimados amigos panistas que de ninguna manera es bueno para México ni Chihuahua que el PRI sea gobierno, pero con el PAN como relevo no van ser mejores. No se trata de que lo crea yo, sino de que la vox populi ya no cree en ninguno, les da lo mismo con uno o con otro. A pesar de ellos, la esperanza subyace en la renovación total del sistema político mexicano.

P.D. Google, tú también clonas las malas mañas dela censura.

 

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