PLANTEA SENADOR MONREAL OBLIGATORIEDAD DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR

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david_monreal_reformas_buroDe frente a las pocas posibilidades de los jóvenes mexicanos de ingresar a una universidad y estudiar una carrera, el senador David Monreal Ávila presentó una iniciativa de ley para hacer obligatoria la educación superior.

No se ha respetado, protegido, ni garantizado un derecho humano fundamental como la educación, y eso vulnera los tratados internacionales, y Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

La educación es un derecho consagrado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su Artículo tercero, que establece que todo individuo tiene derecho a recibir educación y que el Estado impartirá los niveles de preescolar, primaria, secundaria y media superior.

Sin embargo, el país tiene una característica muy singular, la educación superior no es obligatoria, por lo tanto el Estado no se encarga de atender y promover la cobertura total en uno de los niveles más altos, en cuanto a educación se refiere, dijo.

Lamentó que el acceso y aprendizaje para gran cantidad de alumnos aún se determinen por el origen socioeconómico y procedencia geográfica, la baja calidad y escasez de opciones educativas para los más necesitados hacen del sistema educativo un reproductor de las desigualdades sociales, un ejemplo claro es la educación superior.

En todos los estado s existe una creciente demanda social de educación superior, y las universidades públicas enfrentan serios problemas para absorber la matrícula, esto trae consigo que se hagan esfuerzos extraordinarios con resultados poco satisfactorios.

Generalmente, añadió, esta situación grave obliga a los aspirantes, en el mejor de los casos, a pagar colegiaturas altas en escuelas privadas, pero si hay imposibilidad económica, estarán obligados a abandonar los estudios ya que nadie tiene la educación superior asegurada por parte del Estado.

Esto último es de debatirse, aseveró, debido a que uno de los principales problemas por los cuales los estudiantes no asisten a la universidad o a una institución que imparta educación superior, es precisamente por la falta de recursos.

Con el salario mínimo vigente, un mexicano percibe cuatrocientos tres pesos setenta y cuatro centavos semanales y mil seiscientos catorce pesos, noventa y seis centavos mensuales, para poder asumir los costos más importantes que son la inscripción y la colegiatura, y se ven cuesta arriba y más cuando estos costos oscilan entre los veinte mil hasta los ciento diez mil pesos semestrales.

Ante estos costos, cabe preguntar, ¿Qué está haciendo el Estado por otorgar educación superior a todos los mexicanos? Sí bien el desarrollo de la cultura y ciencia de un país, generalmente se encuentra en las instituciones de educación superior, entonces, ¿Por qué no apostar para que todos los mexicanos tengan acceso universal a este nivel académico?

Si la situación educativa y la economía del país no fueran tan precarias, los jóvenes tendrían un real abanico de opciones sobre qué y dónde estudiar. Pero en México se le apuesta más a la burocracia del Estado que a la educación.

Un ejemplo de ello fue el presupuesto para el ejercicio fiscal 2012, al Instituto Federal Electoral se le otorgaron 15 mil 958 millones de pesos, superando por más de 12 mil millones de pesos los recursos destinados a la Universidad Autónoma Metropolitana. Con ese dinero podrían haber estudiado en esa institución educativa 179 mil 571 alumnos.

Ante este panorama, Monreal Ávila dijo que considerando que la demanda para ingresar a la educación superior no es acorde con las opciones, se plantea un cambio completo en la educación que imparte el Estado.

Por tal razón, “es necesario e impostergable que el Estado garantice la educación superior a los estudiantes deseosos de seguir con su preparación académica. La educación superior es un factor determinante en el desarrollo de la sociedad. Un pueblo educado es un pueblo con una mejor calidad de vida, es claro que el derecho a la educación trae consigo múltiples beneficios como un buen desarrollo sustentable, bajos índices de pobreza, seguridad social, mayor participación ciudadana y por supuesto el fortalecimiento del Estado”.

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