Política Al Margen

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logo direccionesPor Jaime Arizmendi

 

*Van Seis Derrames de Tóxicos en Afluentes de Sonora

*Vendedores de Agua Purificada Hacen su Agosto

 

Argonmexico /Dónde están los ecologistas… La semana pasada abordamos el espinoso tema del ecocidio derivado del alarmante derrame de tóxicos al Río Sonora. Este lunes, la misma “Grupo México” repitió su agresión contra la naturaleza cuando uno de sus trenes, cargado con casi 240 toneladas de ácido sulfúrico, descarriló y volcó a solo unos metros de otro río, el Santa Cruz, también en el estado de Sonora.

A partir del anterior “incidente”, cuando desde la Mina de Cananea fluyeron 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico hacia el Río Sonora, la Red Mexicana de Afectados por la Minería (Rema), señaló con índice flamígero al Organismo de Cuenca Noroeste, de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), de ser cómplice de Grupo México, por dejar pasar al menos otros cinco derrames tóxicos ocurridos en ese mismo afluente.

Jorge Tadeo Vargas, también fundador del Colectivo Revuelta Verde, aseguró entonces que “para nadie es un secreto en la región, que la mina Buenavista del Cobre, aprovecha la época de lluvias para desaguar sus presas de jale en el afluente, del que dependen 22 mil habitantes de siete municipios.

No se tiene un estimado de qué tan grandes han sido estos derrames, porque es lo que la gente nota en el río, y Conagua-Sonora no ha hecho un estudio, y hasta oculta toda información. Uno de los problemas con Grupo México es que no tiene la vigilancia adecuada, y por eso vive en una total impunidad.

Lamenta que antes de la fuga del pasado 7 de agosto, de ácido sulfúrico, hubo otro incidente cuatro meses antes, del cual tuvo conocimiento el Organismo de Cuenca Noroeste de la Conagua, que encabeza César Lagarda Lagarda; pero no se actuó en consecuencia, ni hubo un plan de remediación.

En los últimos años, organizaciones de la sociedad civil: pobladores, asociaciones de ganaderos y de los propios trabajadores mineros, han denunciado el vertido de contaminantes al río Sonora; pero no han prosperado.

Ahora, el Organismo de Cuenca intenta lavarse las manos, pero es obvio que faltó vigilancia y monitoreo de lo que está haciendo la minera, y son tan culpables de la catástrofe ambiental como el propio Grupo México, porque de haber hecho su trabajo bien, esto no hubiera ocurrido.

El 18 de septiembre de 2013, el presidente municipal de Arizpe, Vidal Vázquez Chacón, solicitó personalmente una audiencia con el Organismo de Cuenca Noroeste de la Conagua, por tener reportes de que la mina había soltado agua contaminada al afluente del río Sonora. También pidió recorrer las instalaciones de la empresa, para constatar que los represos que se construían tuvieran todas las medidas de seguridad y, con ello, evitar un derrame, como el del 7 de agosto.

Lamentablemente, la respuesta fue un “no rotundo” a conocer la información sobre los trabajos que se hacían en Buenavista del Cobre, pese a que Arizpe es uno de los siete municipios que se ubican en la ribera del río Sonora, y que son vecinos de la mina propiedad de Grupo México.

Este lunes, se dio a conocer que un tren cargado con 240 toneladas de ácido sulfúrico, se descarriló y volcó a escasos metros del Río Santa Cruz, en el municipio fronterizo de Nogales, Sonora; aunque según Protección Civil no hubo derrame, se trata de residuos tóxicos provenientes de la minera Grupo México.

Carlos Arias, titular de la Unidad Estatal de Protección Civil, dijo que los químicos tenían como destino Estados Unidos, y podrían provenir de la mina de Cananea, Buenavista del Cobre, o de La Caridad, en Nacozari; ambas pertenecen a la misma empresa responsable del mayor desastre ecológico en la historia regional: el derrame al Río Sonora de 40 millones de litros de ácido sulfúrico.

Según Ferromex, el tren se descarriló antes de llegar a Nogales, al filo de las 3:00 ó 3:30 horas de la tarde del domingo. La Unidad Municipal de Protección Civil en la región precisa fue 10 kilómetros al suroeste de Santa Cruz, en ‘El Cajón’ o ‘La Canasta’, donde los contenedores volcados quedaron a 10 metros del Río Santa Cruz.

Denuncia que seis vagones se descarrilaron, tres venían cargados a su máxima capacidad con 80 toneladas de ácido sulfúrico que el Grupo México utiliza en la operación de las minas de Cananea y Nacozari. El Río Santa Cruz nace en Estados Unidos y fluye hacia México, cruza las ciudades homónimas de Nogales, Sonora y Arizona, para continuar su trayecto hacia el vecino país del Norte.

Se acusa que en comunidades aledañas al río Sonora comerciantes subieron el precio de 10 a 150 pesos de garrafones de 19 litros de agua purificada, por lo que la Profeco reforzó sus operativos para evitar abusos, expuso el delegado de la Procuraduría Federal del Consumidor en Sonora, Rolando Gutiérrez Coronado.

Y es que vecinos de los municipios de Banámichi y Arizpe, acusaron que los garrafones de agua se vendían hasta en 150 pesos. Se invitó a los comerciantes de la región: no hagamos leña del árbol caído. No hay ninguna razón para que suban los precios”; pero que si se detectan irregularidades, se aplicarán multas.

Por su parte, el director de la Comisión Estatal del Agua (CEA), René Luna Sugich, expuso que tras la restricción a la cuenca del río Sonora implementada debido a la contingencia, buscan nuevas fuentes de abastecimiento para las comunidades del río Sonora. Pretenden perforar al menos dos nuevos pozos, para garantizar el abasto a dichos poblados a través de los sistemas de agua potable.

Peor aún, desde que se registró el derrame de químicos en la mina de Cananea, productores de leche de este municipio, se han visto obligados a tirar tres mil litros diarios del lácteo. Jesús Lauro Escalante Peña, alcalde de Banámichi, acusa que en esa situación se encuentran los habitantes de las otras siete comunidades ubicadas en las inmediaciones del río Sonora.

Debido a la contingencia, las actividades primarias quedaron paralizadas, “el pueblo anda muy confundido, no saben qué van a hacer ni qué va a pasar. Es su único patrimonio”. En esta población de tres mil habitantes, al noreste de Sonora, “la gente se levanta a ordeñar las vacas y tirar la leche”.

Parcelas familiares para cultivo de calabaza, frijol y maíz, de consumo propio y venta de excedentes en el mercado regional, no son regadas desde hace 15 días, pues el agua del afluente está restringida. Juan Manuel López, agricultor en pequeño de esas milpas, con extensión de entre un cuarto y media hectárea, afirma que muchos productores se quedaron sin sustento. Paren esa masacre ecológica…

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