Política Al Margen

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logo-jaime0612Por Jaime Arizmendi

 

*Muere Corrales Ayala, Último Gobernador Priísta de Guanajuato

Argonmexico / Misión cumplida… Este martes 27 de enero, a sus 89 años de edad, falleció Rafael Corrales Ayala Espinosa, último gobernador de Guanajuato surgido del PRI quien se vio obligado a darle paso a las luego famosas concertacesiones, estrategias mediante las cuales el PAN asumía mandos estatales por “arreglos” con el Ejecutivo Federal, aunque no ganara los comicios.

Rafael Corrales Ayala inició su larga carrera política desde muy joven cuando a fines de 1951 su padre, del mismo nombre y apellidos, lo presentó ante Adolfo Ruiz Cortines, quien emprendía su campaña como candidato del PRI a la Presidencia de la República.

Don Rafael Corrales Ayala padre, era entonces director del Instituto Científico y Literario del Estado de Guanajuato (antecedente de la Universidad de Guanajuato), y dispuso que su hijo realizara ante el candidato presidencial un discurso improvisado. Tras escucharlo, Ruiz Cortines no dudó en designarlo de inmediato en su orador (jilguero), y se lo llevó a la campaña por todo el país.

Al concluir la campaña presidencial, Rafael continuó sus estudios en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde se desempeñó como Jefe de Prensa y de Extensión Universitaria; después, en el Gobierno Federal, fue nombrado Administrador de los Bienes Alemanes intervenidos en México durante la Segunda Guerra Mundial.

A los 25 años de edad, el 26 de abril de 1956 (meses antes del término del mandato de Ruiz Cortines), se convirtió en el secretario General del CEN del PRI más joven, cuando presidía el PRI el General Agustín Olachea. Después se hizo cargo de la Dirección General de la Lotería Nacional; Jefe del Departamento de Turismo y Oficial Mayor de la Secretaría de Gobernación, entre otros cargos.

En lo que él llamaba la “Escuela de la Política Nacional”, la Cámara de Diputados dos veces ocupó una curul al ganar ambos la elección en el Distrito I de Guanajuato: a la XLI Legislatura (1949-1952) y a la LI Legislatura (1979-1982); además, como Senador suplente le tocó responder al Cuarto Informe de Gobierno de Adolfo Ruiz Cortines.

En 1985, a sus 59 años de edad, Corrales Ayala fue postulado candidato del PRI al Gobierno del estado de Guanajuato, cargo que asumió el 26 de septiembre de ese año. En los primeros dos años de su gestión tuvo que enfrentar a enemigos políticos que impulsaron una dura campaña en medios de comunicación donde aseguraban que él estaba muy enfermo, y que por su “avanzada edad”, pronto renunciaría al gobierno del estado.

Pero a su buena salud, Don Rafael le añadió su firmeza de continuar hasta el final su mandato. Era el cargo que había anhelado toda su vida y estaba decidido a no dejarlo. Aprovechando la realización del Festival Internacional Cervantino, primero que a él le tocaba encabezar, enfrentó un incendio en un lugar muy próximo a la Refinería de Salamanca.

Por el grave peligro que significaba dicha conflagración y para difundir que la planta de Petróleos Mexicanos estaba a salvo, Corrales Ayala se enfundó en camisa y pantalón de campaña, y se dirigió a encabezar personalmente las acciones de control del fuego.

Las noticias con los videos e imágenes de un gobernador de Guanajuato sano y fuerte, se publicaron no sólo dentro del país, sino hasta en el extranjero, por parte de los periodistas nacionales e internacionales que cubrían el evento cultural. Con ello, no sólo se contuvo una posible baja en el exterior en la imagen de Pemex; también se acabaron los rumores y chismes de su supuesta enfermedad.

Poco a poco, su administración demostró de qué estaba hecho Rafael Corrales Ayala. Hizo crecer la red carretera del estado, reubicó en buen lugar la posición turística de Guanajuato a nivel nacional e internacional. Al tiempo que realizó diversas y significadas obras como el Aeropuerto Internacional del Bajío y la Autopista de Guanajuato a Silao.

Pese a todo, él fue el último gobernador del estado de Guanajuato surgido del Partido Revolucionario Institucional, pero no haber tenido un mal gobierno, sino porque le tocó ceder el mando estatal al panista Carlos Medina Plascencia en calidad de interino, cuando el gobernador electo Ramón Aguirre Velázquez, quien había ganado la elección por el PRI, presentó inesperadamente su renuncia días antes de tomar posesión.

Aunque los comicios de aquél primer domingo de julio de 1991 que protagonizaron el priísta Ramón Aguirre, el panista Vicente Fox y Porfirio Muñoz Ledo entonces candidato perredista (quien logró ese derecho amparado en el “Jus Sanguinus”, porque no nació en Guanajuato, pero sí tuvo antecesores allí), los ganó el PRI, Acción Nacional acusó al tricolor de haber cometido fraude electoral.

De nada sirvió que cuando Fox presentaba 40 actas de escrutinio con su “claro triunfo”, el presidente estatal del PRI, José de Jesús Padilla, ofrecía ante la prensa 250 actas donde no sumaba ni el 30 por ciento de la votación a su favor.

Lo más que llegó a exponer ante los medios el panismo en la ciudad de León fueron menos de 300 actas con la mayoría de sufragios a su favor; mientras que Pepe Chuy Padilla tapizó la eventual sala de prensa montada en un hotel de la capital del estado, con casi el total de actas firmadas por los representantes partidistas de casillas electorales, incluidos, por supuesto, los de Acción Nacional.

A esa guerra de cifras, que finalmente perdió el panismo guanajuatense, le siguió la singular difusión de un cable de Notimex donde se indicaba que “fuentes de Los Pinos” adelantaban que Ramón Aguirre renunciaría al gobierno del estado de Guanajuato” antes de rendir la protesta constitucional.

Sí, la tarde del mismo día en que Aguirre Velázquez recibiría su Constancia como Gobernador Electo por parte del organismo estatal electoral, lo cual ocurriría por la noche, se dio a conocer el “cable” de Notimex, agencia de noticias oficial.

Enseguida, las huestes priístas guanajuatenses, y hasta no militantes del tricolor como el maestro Sergio Cárdenas, tamaulipeco director de la Orquesta Sinfónica del Bajío, repudiaron la decisión de impedir que llegara al poder estatal Ramón Aguirre Velázquez; y tomaron por asalto el Palacio del Congreso del Estado.

En tanto, un subsecretario federal, de la Secretaría de Gobernación, Arturo Núñez Jiménez (ahora gobernador perredista de Tabasco), buscaba afanoso reunir a los diputados locales para que en un “recinto alterno” una mayoría legislativa designara al panista Carlos Medina Plascencia como “Gobernador Interino”.

Finalmente, con sólo 13 de los 29 legisladores locales cumplió la orden presidencial y ahí empezó la nueva vida política y partidista en Guanajuato. Rafael Corrales Ayala cumplió su gestión y entregó el mando a su sucesor. Ya no había más qué hacer.

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