*Línea Dorada, Suspensión Temporal que no Termina
*Brenda, Entre 450 mil Pasajeros, sin Pasaje
Argonmexico / No todo lo que brilla es oro… Desde el grupo NotiDF de Yahoo Grupos, que comanda nuestro entrañable amigo Armando Ramírez, el colega Jorge Francomárquez nos envía una interesante crónica en torno a la Línea 12, inaugurada con bombo y platillo en los últimos días del mandato de Marcelo Ebrard, exjefe de Mancera quien hace un año la suspendió “unos meses”.
Leamos: La vida de Brenda cambió radicalmente a raíz del cierre parcial de la Línea 12 del Metro… Ahora hace el doble del tiempo para llegar a su trabajo, paga más del doble; y en muchas ocasiones hasta más de cuatro veces de lo que le costaba trasladarse cuando funcionaban las 20 estaciones de la “Línea Dorada”.
Las 20 estaciones de la Línea 12 van de Mixcoac a Tláhuac. Hoy solo funcionan nueve estaciones, y no al cien por ciento de su capacidad. El gobierno del DF estableció un servicio gratuito de autobuses RTP que recorre las 11 estaciones que suspendieron el servicio. Va de la estación Atlalilco a Tláhuac.
Brenda tiene 25 años, estudió en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, y vive en la colonia Santa Ana poniente, en la delegación Tláhuac. Cuando funcionaba en su totalidad la Línea 12, se levantaba a las 6:30 de la mañana, se bañaba, se arreglaba, tomaba un desayuno ligero y salía de casa a las 7:45 para llegar tranquilamente antes de las nueve al trabajo.
Caminaba de su casa a la estación del Metro Zapotitlán, antepenúltima de esta línea del Metro, a tres minutos de su hogar. El tren llegaba rápido. Cada dos minutos pasaba uno. Recorría prácticamente toda la línea, pues bajaba en la estación Insurgentes Sur, penúltima al otro extremo, una antes de Mixcoac.
A diario recorría en media hora 16 estaciones de la Línea 12. Al llegar a la estación Insurgentes Sur con tiempo de sobra, caminaba 10 minutos hasta su lugar de trabajo, en la colonia Del Valle. Ese era su recorrido día a día que le costaba 10 pesos: cinco de ida y cinco de vuelta.
Pero desde que dejó de funcionar completa la Línea 12, Brenda se tiene que levantar a las 5:30 de la mañana, una hora antes de lo que acostumbraba. Sale de su casa a las 7:00 en punto, para llegar rayando a las 9:00 horas. En la estación Zapotitlán sale el camión al Metro Atlalilco, donde empieza a funcionar la Línea 12 de nuevo. Este trayecto dura una hora, o un poco más.
A las 8:05 llega a la estación Atlalilco. Una vez ahí, el tren tarda en llegar 10 minutos, ya no pasa cada dos minutos. Ahí, el tren tarda en avanzar otros cinco minutos mientras el chofer espera se llenen los vagones para cerrar las puertas. El tránsito en las siguientes estaciones es igual de lento; sobre todo en horas pico, pues las puertas no cierran bien y el flujo de gente retrasa el avance.
De Atlalilco a Insurgentes Sur son siete estaciones; el recorrido tarda de 15 a 20 minutos. De ahí, si Brenda llega con tiempo, puede caminar. Pero si ya va apurada tiene que tomar un taxi. Antes de que existiera la Línea 12, usaba la estación Constitución de 1917 del Metro, o Taxqueña. No le quedan tan cerca como la Línea 12; pero antes hacía 45 minutos, máximo una hora.
Previo a la construcción de la Línea 12 no había tráfico. Había cuatro carriles en avenida Tláhuac y era rápido llegar. Ahora, con la famosa Línea Dorada, hay tramos de la avenida que de cuatro carriles se redujeron a sólo dos para instalar las columnas que sostienen el tren que se eleva por encima de esta avenida.
Ahora que no funciona totalmente, tampoco hay cuatro carriles, y el tráfico se convirtió en pesadilla. Más aún, con la proliferación de desarrollos habitacionales en ese lado de la ciudad, ahora hay mucha más gente, y no hay alternativas viales. En esos tramos se hace un tapón, porque se redujo la vialidad a dos carriles. Ni usar coche propio es buena idea. Sólo dos carriles hasta San Andrés Tomatlán, donde se despeja y se vuelve a reducir al llegar a avenida Taxqueña.
En la estación Constitución de 1917 hay mucho más flujo de personas, por toda la gente que viene de Tláhuac, Milpa Alta y Chalco, que usaba la Línea 12 y ahora se tiene que ir a esta estación, con más demanda. Hubo un crecimiento desproporcionado que generó una demanda mucho mayor de transporte público.
Los camiones RTP que suplen temporalmente la Línea 12, servicio gratuito que va de Tláhuac a Atlalilco, son insuficientes y “de nada han servido”, pues no satisfacen la demanda. El servicio se presta en la estación del Metro Taxqueña. En ese trayecto se hacen de dos a dos horas y media. A veces hay que bajarse del transporte público en los tramos donde se hacen embotellamientos.
Y a caminar para “brincar” el tráfico, y volver a abordar otro camión hacia Atlalilco. En ese tramo caminando, la última vez hizo 25 minutos. Estos son los tramos que se redujeron de cuatro a dos carriles.
Por el tráfico, en la estación Culhuacán, que entronca con avenida Taxqueña, la gente también se baja. Aunque el tramo no es tan largo, la gente camina hasta 10 minutos, para librar el estancamiento vehicular. En total, Brenda llega a pasar cinco horas al día en el trasporte público, cuando antes hacía por mucho dos: una hora de ida y otra de vuelta.
Antes le costaba transportarse 10 pesos por día: cinco de ida y cinco de vuelta. Ahora paga un camión de cinco pesos, y si se baja por el tráfico, tiene que pagar otros cinco pesos cuando vuelve a abordar el camión, más cinco del Metro, van 15 pesos. Y si saliendo del Metro va tarde porque tuvo que caminar 25 minutos, tiene que pagar un taxi que le cobra 20 pesos.
Esto sucede de tres a cuatro veces por semana, más 10 pesos del trayecto de regreso. Sus transportes del día le cuestan 45 pesos; 350 por ciento más de lo que habitualmente gastaba. Brenda no usa el RTP pues, aunque es gratuito, es más lento, y solo se puede bajar en paradas autorizadas. O sea que en los tramos de tráfico pesado, el chofer no tiene permitido pararse para bajar pasaje. Por eso prefiere tomar un camión o microbús. ¿Reabrirá la Línea 12?…