*Trump, Otro Terminator del 2015 Antimexicano en EU
*Irongate, Trump-Inmobiliaria Defraudó en Tijuana
Argonmexico / ¡Hasta la vista Baby!… En noviembre de 1993 el gobernador de California, el republicano Pete Wilson lanzó un ataque brutal contra la comunidad latina. Al promover la Ley 187 y vetar así por primera vez el otorgar licencia de manejo a indocumentados. La propuesta antiínmigrantes levantaron la dignidad y unidad del pueblo hispano, pasando factura a ese partido estadounidense en las urnas.
La propuesta denominada Ley “187”, prohibía dar educación a niños de padres indocumentados, seguros de salud, licencia de manejo y cualquier servicio social que tuviera que ver con recursos de California para inmigrantes no documentados. Despertó al gigante dormido.
Por ello, la euforia, la alegría de cientos de líderes que sienten en carne propia cuando no se cuenta con un documento que les dé el derecho de manejar, de conducirse con la confianza de estar dentro de la ley; de poder llevar a sus hijos a la escuela, e ir a su trabajo con la seguridad de poder regresar con su familia; les cerraba el paso a experimentar que se es libre.
Muchos levantaron el estandarte de la comunidad indocumentada, y abrazaron las esperanzas de esta gente, cuya lucha de casi 20 años por esa causa humana, vetó a Pete Wilson y Schwarzenegger. En un intento desesperado de Gray Davis por mantener la gubernatura y no ir a elecciones extraordinarias, firmó la ley para otorgar licencias a esta comunidad, llegando Arnold a vetarla.
Entonces, Schwarzenegger olvidó que él también fue inmigrante. No nació allá como muchos de los hijos de los latinos a quienes quiso privar de sus derechos. Él provino de una pequeña ciudad cercana a Estiria, Austria, y migró a Estados Unidos en septiembre de 1968 con 21 años de edad.
Ahora, en México se promociona su nueva película: “Terminator Génesis”, como si no hubiera memoria; o como si todo hubiese sido parte de uno de sus filmes de héroe multinacional. Hace menos de dos semanas saltó a los medios otro Arnold. Esta vez es Donald Trump, un estadounidense de 69 años de edad.
Desde hace 15 años, Trump aspira de forma cíclica por la candidatura presidencial vía Partido Republicano. Y como acostumbra, se declaró furibundo enemigo de México; aunque en sus negocios inmobiliarios no prevalece su actitud racista. Vende sus inmuebles a quien se los compre, aunque sea mexicano.
Durante su monólogo, el Schwarzenegger del 2015 repuso que de llegar a la Presidencia de EU –lo cual está más lejano de la realidad que Plutón–, levantaría un “gran, gran muro” para evitar que México siga enviando gente. Más aún, dijo que lograría que el Gobierno mexicano pague la construcción.
En su discurso señaló: “México manda a su gente, pero no manda lo mejor. Está enviando a gente con un montón de problemas (…) Están trayendo drogas, el crimen, a los violadores… para recalcar contundente:“México no es nuestro amigo”.
Para The Washington Post y The New York Times, la declaración de Donald Trump sobre su posible política contra México, es parte del discurso explosivo y conservador que maneja desde siempre. Es, dicen, el mismo tono con que pretendía postularse en 2000, 2004 y 2012.
Desde México, el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, contestó a Trump al calificar de «prejuiciosas y absurdas» sus declaraciones contra los inmigrantes mexicanos. Busca llamar la atención mediática y «no sabe ni conoce la aportación de todos los migrantes de prácticamente todas las naciones del mundo que han llegado a respaldar el desarrollo de los EU”.
Más aún, «parece que a Trump le cuesta demasiado separar los hechos de la ficción», declara a la revista Forbes Arturo Vargas, Director Ejecutivo de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados. «Desarrollar una política exterior racional para el vecino y socio comercial de EU más importante no es un ‘reality show’ de la tele», agregó en referencia a que Trump presenta el programa de televisión ‘The Apprentice’.
Pablo Manriquez, director de Medios Hispanos del Comité Nacional Demócrata, anota: la absoluta falta de respeto a los mexicanos e inmigrantes de Trump, no son más que la estrategia antiínmigrante a que acuden los republicanos en vísperas de elecciones…
Por cierto, su racismo ha servido para recalcar el desagrado que sectores del pueblo estadounidense menos conservador siente hacia él. Aunque también ha vuelto a poner en la mesa de la discusión la estafa cometida en 2009 a 190 compradores en Tijuana, por una empresa asociada a Donald Trump: Irongate.
Se trataba de condominios por construir en la carretera que va de Tijuana a Rosarito. Tendrían una vista fantástica a la playa y serían de lujo. Cuando la construcción apenas se encontraba en obra negra, Irongate comenzó a promover la venta con enganches de 300 mil a más de tres millones de dólares.
No obstante, Irongate comunicó en febrero de 2009 que la construcción no podría finalizarse, y que no contaba con dinero suficiente para devolver los pagos realizados. En octubre de 2012, el magistrado Anthony Mohr, de la Corte Superior en Los Ángeles, cerró el caso obligando a Irongate a pagar 7.25 millones de dólares a los compradores.
Peor aún, el estadounidense reporta tener el mayor número de seguidores en Facebook de los candidatos actuales a la Presidencia de EU; no obstante, menos de la mitad de sus seguidores (42%) son estadounidenses; mientras que los demás son extranjeros que viven en países en desarrollo. El segundo lugar lo ocupan mexicanos.
Aunque Filipinas, India e Indonesia (lugares 1º, 4º y 8º en la lista de países extranjeros que más siguen a Trump), con Bangladesh, lideran el mercado del fraude en Facebook, según la revista The Week. Allí, prosperan las ‘granjas de likes’; es decir, servicios ilegales que, a través de perfiles falsos dan mucho a ‘me gusta’ en las páginas de aquellos que les pagan.
Michael Fire, quien analiza Perfiles Falsos en Redes Sociales, expuso que de los dos años de actividad de la página de Trump en Facebook, una «parte significativa» de sus seguidores no son reales. Según Google, no se registró un incremento en el interés hacía Trump; así que resulta «extraño» el crecimiento de los ‘me gusta’ de su página.
«Es más, el patrón de actividad figura como si alguien tratara de evitar la detección de los sistemas de protección de Facebook», ya que después de un día de crecimiento repentino de la cantidad de ‘me gusta’, luego aumenta constantemente, aunque de manera gradual, y posteriormente se detiene lentamente. Es imposible que a Trump y a Terminator Génesis les den like los mexicanos…