*Estadounidenses en el Exterior, Derrotarían a Trump
*Ayotzinapa, el Dolor de no Tenerlos
Argonmexico / A votar, Latinos en el Gabacho… Con movilizaciones y actos de protesta en diversos países del orbe contra el republicano Donald Trump, la organización civil Avaaz busca que los ocho millones de estadounidenses que viven fuera de la Unión Americana (como México, Reino Unido, Alemania, Francia, Israel y Filipinas), voten a favor de la demócrata Hillary Clinton.
De acuerdo a la última encuesta publicada este domingo por ABC News y The Washington Post la candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, tiene el respaldo del 46 por ciento de los votantes; mientras que su rival republicano la sigue de cerca, con 44 puntos porcentuales en las intenciones de voto.
El viernes pasado, estadounidenses integrantes de Avaaz radicados en Alemania construyeron con cartón un “Muro del Odio de Trump” en la Puerta de Brandenburgo, y luego le prendieron fuego en señal de repudio a la estrategia anunciada por el candidato presidencial republicano, cuyo retrato se encontraba dibujado en una parte de la enorme obra.
Este domingo, activistas de la misma organización encabezados por Joseph Huff-Hannon, hicieron lo propio en México. Al pie del Ángel de la Independencia, muy cerca de la sede de la Embajada de Estados Unidos, colocaron un muro simbólico con la caricatura de Donald Trump, acompañado del lema: #GringosAVotar.
Al señalar que la campaña está enfocada hacia países donde vive la mayor cantidad de estadounidenses, a quienes convocan a sufragar en las elecciones presidenciales de su país, y contribuir así a derrotar al candidato republicano. En el caso de México, se afirma radican un millón de norteamericanos.
Se busca que con su voto, los estadounidenses que viven fuera contribuyan a detener a Trump, porque por sus políticas xenofóbicas y racistas, representa no sólo una amenaza para México, sino para Estados Unidos y el resto del mundo.
“Trump ha llamado a los mexicanos: violadores y criminales. Ha llamado a los refugiados: terroristas; y ha dicho que no cree en el cambio climático. Es una amenaza global, por lo que es preciso evitar que llegue a la Casa Blanca, y los ocho millones de votantes pueden hacer la diferencia”.
Con carteles en mano con la leyenda “soy gringo en México. Mi voto puede frenar el muro”, Huff-Hannon define que los ciudadanos norteamericanos, al igual que los mexicanos con derecho a sufragar en la vecina nación, pueden ingresar a la página de Internet de Avaaz en la sección: gringos a votar. “El trámite solo dura cinco minutos, y en una semana reciben la boleta (electoral)”.
Previo al debate que sostendrán este lunes la candidata demócrata Hilary Clinton y el republicano Donald Trump, el también coordinador de la campaña Avaaz aclaró que el objetivo es “despertar” al hasta ahora bloque silencioso de votantes. Para que Trump nunca llegue al poder…”
Durante la inusual protesta, decenas de personas y deportistas expresaron su simpatía a dicha movilización, incluso un espontáneo, quien dijo llamarse Pedro, repuso: los mexicanos no podemos permitir que un “personaje como Trump llegue a la Casa Blanca”. De ahí la importancia de que mexicanos y demás latinos radicados en el gabacho, salgan a votar…
Daños directos y colaterales… Los lamentables sucesos ocurridos hace dos años en Iguala, Guerrero, cuando desaparecieron 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Isidro Burgos”, escalaron de un problema de inseguridad en ese municipio, que puso en la cárcel al alcalde, su esposa y más de un centenar de policías y criminales; a dejar sin chamba al gobernador Ángel Aguirre Rivero; y hundir la hasta entonces muy buena imagen presidencial.
Quizá para entender esto sería oportuno revisar lo sucedido tras las masacres de Aguas Blancas y de Acteal. El 28 de junio de 1995, al pasar por el vado de Aguas Blancas, municipio de Coyuca de Benítez, región de la Costa Grande de Guerrero, tras una balacera resultaron muertos 17 campesinos y 21 más quedaron heridos.
Agentes del agrupamiento motorizado de la policía guerrerense fueron alertados que supuestos guerrilleros iban fuertemente armados. Cuando vieron pasar a decenas de hombres a bordo de camionetas les dispararon; pero solo eran integrantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), quienes iban desarmados a un mitin para exigir la liberación de Gilberto Romero Vázquez, desaparecido un mes antes en Atoyac de Álvarez.
Semanas después, tuvieron que renunciar al cargo: el gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa Alcocer y el secretario de Gobernación. Sin embargo, el asunto marcó la historia de las masacres de inocentes en el país.
Dos años y medio después, el 22 de diciembre de 1997, en la localidad de Acteal, en el municipio chiapaneco de Chenalhó, región de Los Altos, un grupo de paramilitares atacaron a indígenas tzotziles de la organización “Las Abejas”, quienes oraban en una pequeña iglesia cristiana pentecostal (protestante) de la localidad.
El saldo fue de 45 muertos, incluidos niños y mujeres embarazadas. Y aunque para el gobierno mexicano fue “una masacre derivada de un conflicto étnico entre comunidades”; por el lamentable suceso renunciaron: el gobernador de Chiapas, Julio César Ruiz Ferro, y el secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet.
Mientras que, aparte de decenas de integrantes de “Las Abejas” que fueron encarcelados por el estridente y lamentable suceso; Jacinto Arias Cruz, presidente municipal de Chenalhó también paró en prisión, bajo la sospecha de haber proporcionado el armamento necesario para la comisión de la matanza. Pese a todo, al expresidente Ernesto Zedillo lo siguen culpando de ello.
Ahora, el panista Javier Bolaños Aguilar, presidente de la Cámara de Diputados, urge poner punto final al penoso caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, porque ha dañado la imagen internacional del país. Y exhorta al gobierno federal a centrar todos los esfuerzos institucionales y cerrar filas para esclarecer los tristes acontecimientos del 26 y 27 de septiembre de 2014.
Incluso opina que en instancias encargadas de procurar justicia, pareciera que existen resistencias a esclarecer el caso, lo que obliga a las autoridades federales del más alto nivel a ordenar una más amplia investigación que conduzca al paradero de los normalistas.
“Se trata de que en las pesquisas no quede ningún cabo suelto, de modo que se puedan conocer los motivos que llevaron a los responsables -sean de la delincuencia organizada o de alguna instancia de gobierno- a desaparecer a los jóvenes”. De otra manera, aunque el Ejecutivo federal no fue el responsable, el asunto lo mantendrá preocupado…