Por: Magdalena Y. Díaz Chacón
Hace algún tiempo, bueno para ser específica dos años me volví madre, a mis 29 años de edad, de dos fabulosas niñas; soy una madre joven, trabajadora, con sueños, anhelos e ilusiones.
Cuando te vuelves madre, nunca piensas el trabajo que te implica serlo, tienes una o dos horas para ser tú, las demás eres la mujer de los seres encantadores que llegaron a tu vida ¿No sé en qué momento?, pero llegaron sin aviso ni código postal.
Voy a este pequeño recorrido, porque el mundo exterior es irreal, la sociedad me refiero a nuestras abuelas, abuelos, padres, madres, hermanos, hermanas, primos, primas etc., nos enseñaron y nos hicieron creer que las mujeres tenemos poder para ser amas de casa, mujeres trabajadoras, cocinar, escuchar, bailar, reír, llorar, enojarnos, amar, hacer ejercicio, leer, socializar, etcétera.
Pero voy a esta reflexión, ya que durante el año 2014, dedique parte de mí tiempo a examinar ¿Porque la mujeres no tenemos una participación equitativa en muchas cuestiones de la vida actual en nuestro país?, como en la principal “La Política”, de donde se rigen un sinfín de decisiones y soluciones.
En alguna ocasión me topé con una columna que hablaba del porqué de la baja participación de la mujer en el sector político en el Estado de Zacatecas, y antes de leerla me imagine algunas situaciones como: ¿Porqué no nos dejan participar?, ¿Porqué no pertenecemos a algún partido?, ¿Porqué no somos hijas de un político?, entre otros cuestionamientos.
Pero al adentrarme más en la columna, no se refiere a ninguna de mis posturas sino más bien a una que en ningún momento imagine y que era parte yo de ese sector, el columnista citaba que la poca participación de la mujer en el ámbito social es debido a la maternidad, porque no permite disponer de mucho tiempo para permanecer actuando de manera activa y visible en el ámbito público.
Entonces cruzo por mi mente la pregunta si la mujeres estamos estereotipadas de esta manera, por la fecundidad, es una realidad, pero nos damos el tiempo para realizar demasiadas actividades, ¿Porqué las pocas mujeres que están dentro del ámbito político no crean políticas públicas?, donde las mujeres tengamos nuevas oportunidades y se valore el trabajo realizado por todas aquellas mujeres, que trabajan, mantienen un hogar, luchan, crean proyectos de reactivación y SON ACTIVISTAS SOCIALES, y ¿aun así se dice que no tenemos tiempo para una función pública?.
Lo que observo es un fallo en nuestro Estado, es una desproporción de genero irreal, lo observo en los presídiums de los eventos, en el gabinete del gobierno, en las calles donde la mujer aún en este siglo es sumisa y gris, donde el valor de la mujer agrícola no se menciona, donde la mujer de las comunidades es abandonada y es la que mantiene activo su entorno, cuando la mayoría de la población somos mujeres, y el llamado partido en el poder iba a ser renovado y sigue siendo sedentario, las mujeres y los hombres somos iguales, y se luchó por una llamada “EQUIDAD DE GENERÓ O PARIDAD”, pero está muy lejos de la realidad actual.
Acabar con la inequidad es romper el círculo vicioso de los políticos en el poder, aquella tradición de respeto y conformismo, en donde las mujeres que participan en el sector político son pocas y las mismas durante años luz, valoremos el trabajo femenino, demos oportunidad a las mujeres preparadas, escuchemos las propuestas de las mujeres de la academia, hagamos un cambio estructural este año en la asignatura de puestos públicos, este es un llamado a la creación de oportunidades y POLÍTICAS PÚBLICAS, por todos aquellos funcionarios que siguen creyendo que la respuestas las tienen ellos y siguen aplicando las mismas tácticas obsoletas durante uno o dos o hasta tres sexenios.
Demos inicio a foros de mujeres madres de familia, eliminemos los programas de comunidades donde se enseña a la mujer a ejercer un oficio (esos oficios han sido los mismos desde que yo tengo noción), las mujeres madres de familia necesitamos impulso, pensamientos positivos, para destinar a nuestras hijas e hijos a un futuro prometedor, donde puedan finalizar sus estudios (no como en la actualidad donde los hijos deciden hasta que año seguir con sus estudios), renovemos esos programas, hagamos de la lectura un oficio.
Que en estas próximas elecciones no sea una o dos mujeres las que nos representen en las curules nacionales, que sean 5 o 10, y que trabajen por los derechos abandonados de un México sin voz femenina y que en Zacatecas, seamos más las voces que opinemos sin temor a las represarías, somos humanos los unos y los otros y tenemos derecho a opinar, demos espacio a la voz joven con propuestas e ideas innovadoras, recuperemos la palabra FUNCIONARIO, que debe ser descrita como persona que trabaja por el Estado, no para sí mismo.