Marco Antonio Flores Zavala
El buque Morro Castle arribó al puerto de Veracruz los primeros días de marzo de 1915. El Morro Castle era un armatoste que navegaba en el Golfo de México. Hacía la ruta Veracruz, La Habana, Nueva York.
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Antes de arribar al puerto subió a los sobrevivientes de un buque mexicano que fue incendiado en un enfrentamiento naval. En este viaje el Morro trasportaba una inmensa cantidad de armamento para los carrancistas.
El buque portaba el número 93055 de la Ward Line. El Morro navegó 24 años. En el promedio de su existencia trasladó a La Habana a cientos de clasemedieros mexicanos que decidieron marchar al exilio.
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Los mexicanos se fueron porque estaban hartos y preocupados por el porvenir de sí y de la comunidad donde laboraban. México entonces padecía una guerra civil.
No sobra señalar que el puerto era controlado por fuerzas carrancistas, en cuyo mando aduanero estaba el que será el afamado cardenista Francisco J. Mujica.
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Hay tres pasajeros que van al exilio y nos interesa fichar: Luis G. Urbina, Manuel M. Ponce y Pedro Valdés Fraga.
Luis Gonzaga Urbina, antes de abordar el buque, fue detenido el 9 de marzo de 1915. El acto fue por órdenes del general Mujica. Lo encarcelaron en el edificio Allende. El acto fue para indagar el motivo del viaje. También para humillar a un huertista distinguido. Durante la usurpación, el poeta Urbina fungió como director de la Biblioteca Nacional.
Urbina era un regordete cincuentón con varias publicaciones en prensa y libros. El libro reciente era la poética Lámparas en agonía (1914, Casa Bouret).
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Por cierto, en las primeras horas de detención de Urbina, en el teatro Principal del puerto, la compañía de Virginia Fábregas presenta una obra de Alejandro Dumas.Laid down for Plant Line in 1899;
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Pedro Valdés Fraga era un coahuilense cincuentón. Antes del viaje laboraba como profesor del Conservatorio Nacional. Es reconocido como compositor y violinista.
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Manuel María Ponce Cuéllar era un fresnillense soltero de 1882. En su hoja de vida hay estudios en Europa y la Ciudad de México; hay docencia y conciertos que merecieron reseñas y reconocimiento.
Ponce es uno de los primeros compositores que miraron los sonidos del México profundo. En 1912 dio un concierto con expresiones “genuinamente mexicanistas”.
El fresnillense marchó al mediar marzo de 1915. Fue con sus amigos artistas. Los tres reconocieron el huertismo y en los años por venir serán parte de artistas orgánicos al régimen posrevolucionario.