Lamentamos que el dirigente del Comité Directivo Estatal del PRI en Zacatecas, Julio César Flemate, no haya aprendido aún que en política hay que dirigirse a las personas por su nombre, pues el lenguaje trasnochado del viejo priismo al que recurre en su alegato para defender la actuación del gobierno de Miguel Alonso Reyes sólo es útil para aquellos personajes en el que la abyección siguen siendo la única forma de entender las relaciones entre miembros de un partido.
Debe quedar claro que su servidora no tiene “Jefa”, pues en mi partido, el PRD, sólo existen compañeros y compañeras en las que las relaciones existentes al interior se dan entre compañeros y compañeras, por muy importante que sea el cargo que se nos haya conferido. Lo verdaderamente importante es el posicionamiento que como secretaria general del PRD he fijado respecto al uso político de la justicia que lleva a cabo el gobierno priista en Zacatecas en contra de la exgobernadora y algunos de sus colaboradores.
Miente el PRI cuando dice que el PRD se opone a la rendición de cuentas y le tiene miedo a la revisión del pasado. Nadie debe tener duda de que el Partido de la Revolución Democrática siempre estará a favor de la rendición de cuentas y la transparencia en los gobiernos de todo nivel en nuestro país, siempre que se haga con apego a la ley.
A lo que nos oponemos tajantemente es a la forma en que el contralor del estado de Zacatecas, Guillermo Huizar, ha utilizado la información que tiene a su disposición para erigirse en juez y parte de una investigación que se encuentra en curso, en la que antes de notificar a los presuntos involucrados, ha preferido litigar ante los medios de comunicación de todo el país, ante los cuales ha condenado de antemano a los involucrados.
Lo que Miguel Alonso Reyes, por conducto de Guillermo Huizar lleva a cabo en contra de Amalia García, se conoce aquí y en China como linchamiento mediático, que no cejaremos en denunciar mientras no exista un verdadero compromiso del Revolucionario Institucional con la legalidad y persistan las viejas prácticas del avasallamiento político que se han convertido en lugar común entre los gobiernos priistas a lo largo de más de 81 años de existencia de dicho partido.
Contrario a lo que pasa en el Partido Revolucionario Institucional, donde los personajes que han sido señalados por la justicia como delincuentes han sido protegidos y solapados por sus dirigentes, en el PRD se aplican las medidas conducentes que marcan nuestros estatutos para separar de sus filas a quienes han sido relacionados con algunos ilícitos, como es el caso de René Bejarano, al que en su momento se le expulsó de por vida como miembro de nuestro partido.
Desgraciadamente, Miguel Alonso Reyes está caminando en sentido contrario de la necesaria justicia que precisan los zacatecanos, al privilegiar el ajuste de cuentas a las necesidades básicas de la mayoría, que lo ha llevado al extremo de suprimir programas que fueron parte medular de la política social de su antecesora a favor de los más necesitados.
A T E N T A M E N T E
Hortensia Aragón Castillo
Secretaria General
Partido de la Revolución Democrática