Prensa, apuntes de lectura

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Marco A. FloresZavala (Febrero de 2022)

Siempre tengo presente: los periódicos, los portales y los blog con información, análisis y bla, son medios que ofertan y son medios que se adquieren. Cada uno sabe el medio -la empresa- y los mensajeros que desea.

Es obvio también lo siguiente: un lector es un consumidor, no es el final de la red que se genera desde el creador que hace contenido, están antes los cientos de intermediarios que se involucran para que uno tenga los mensajes, sean vía impresos, a través de la Internet o en sociabilidades de habla presente.

La lectura no es un hecho cultural aislado, involucra economía, lo social y lo político.

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Hoy es domingo, el día de fin de semana intermedio del siempre breve febrero. Qué publicará como unánime la prensa, ahora que casi están controlados la pandemia y los sindicatos impagados, ¿la lucha contra los delincuentes? quizá, es muy obvio. Sería una estrategia medida.

¿Quién llevará los efectos de la boda Gordillo-Lagunes? ¿Será en política o en sociales? Hola México ¿será capaz de ofertar ese hecho privado?

La edición mexicana de Hola se abrió en los años de la transición democrática, pero a diferencia de la española, no oferta lo de las elites –viejas y aristócratas-, acá son lo del cotilleo en los espectáculos.

La primera familia presidencial que abrió puertas y ventanas de casa y vida fue la de Vicente Fox, antes lo de casa e hijos eran asuntos de Estado. Hoy son de política, donde el mismo presidente se enfrenta a desniveles con quien sea.

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Por cierto, otra nota qué dará estos días será la ruptura Nodal-Belinda. Cabalgará entre lo del SAT, el uso del cuerpo –por los tatoo– y la todavía permisibilidad de la misoginia y el machismo… Nodal volverá a sus tradicionales letras de borracho adolescente.

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Hace días falleció don Alberto Bailléres González, un millonario mexicano que tenía presencia en la ropa –me gusta revisar el catálogo de El Palacio de Hierro-, la comida y la minería –todos los inversionistas en minas mexicanas conviven con lo mejor de la tecnología y el acero; también lo hacen con lo deplorable perviviente del colonialismo depredador-. Era el dueño en Fresnillo y alrededores.

La nota de información llamó mi atención: estuvo presente en todos los periódicos elaborados en la capital del país. Todos destacaron su riqueza y empresas. Poco de don Alberto.

En Zacatecas, salvo El Diario NTR, llevaron el caso a portada. No hubo esquelas ni obituarios –tan hermoso género textual, literario-; nadie lamentó la muerte de uno de los inversionistas que movía la economía de la región y otras partes del país vía los trabajadores precarios de la minería. No hubo agradecimiento ni despedida.

A don Alberto yo lo miraba como al último conde de San Mateo [Juan Nepomuceno María Guadalupe José Joaquín Miguel de Moncada y Berrio, (1781-1859), marqués del Jaral de Berrio, conde de Villafont y conde de San Mateo de Valparaíso; caballero de la Orden de Carlos III; Gran Cruz de Isabel la Católica; de la Orden Imperial de Guadalupe; coronel de los reales ejércitos del Regimiento de Moncada]: millonario ausente, no residente en Zacatecas, aunque de aquí se obtiene lo indecible en dinero, tecnología y lo que conlleva en las jerarquizadas relaciones de dominación –sindicatos, intermediarios, política y políticos, consecuencias de la explotación…-

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Estoy ojeando a Bibiana Camacho, en Lobo [Almadía, 2017]. Es una novela cuyos escenarios son la vieja capital del país y Lobo, la comunidad de Loreto, que antes fue de Pinos y Villa García. Es una historia de mujeres, recuerdos y del desierto.

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