Por: Manuel Ibarra Santos

Inició la cuenta regresiva para que el gobernador Alejandro Tello, presente ante el Poder Legislativo, hacia finales del mes en curso, como lo mandatan las leyes locales, la propuesta de paquete económico para el ejercicio fiscal  2017. Y el reto, de acuerdo a la difícil circunstancia financiera que se vive, será no solamente gastar más, sino gastar mejor, con calidad, con orden y disciplina, a fin de atender las prioridades del desarrollo de Zacatecas.

El presupuesto es una herramienta racional de la administración pública que debiese considerar tres fines primordiales: 1).-Detonar y activar la economía; 2).- Promover el desarrollo humano; y 3).- Responder a las necesidades de la gente. Si no se atienden dichos objetivos, entonces, el gobierno  incumplirá sus compromisos frente a la sociedad.

Para avanzar en el logro de tales fines, se requerirá actuar con visión estratégica, con un plan específico y  un programa preciso, para evitar la improvisación que tantos daños y obstáculos han generado al progreso de Zacatecas.

La pregunta que al respecto hay que hacernos es sencilla: ¿si los recursos públicos autorizados a través de los presupuestos anualizados han aumentado exponencialmente, porqué estos no se han traducido en el mejoramiento de los niveles de bienestar de la población?

En los más recientes seis años, el presupuesto público para Zacatecas se incrementó en más de un 50 por ciento y pasamos en el 2010, de un ejercicio de 17 mil 600 millones de pesos, a casi 27 mil millones, en el 2016.

En el sexenio que acaba de transcurrir, el gobierno del Estado dispuso en conjunto de un presupuesto multi/anual superior a los 120 mil millones de pesos para atender las necesidades de los zacatecanos. Sin embargo, la aplicación de estos recursos públicos no se observa, porque persisten los  problemas de la pobreza

Aun cuando  se han incrementado los recursos públicos para Zacatecas, prevalecen, no obstante eso, los bajos niveles de productividad, una economía poco dinámica y rezagada, con crecimiento incluso bajo cero, con elevados indicadores de marginación y de miseria.

LA DISCRECIONALIDAD Y LA OPACIDAD EN SU APOGEO:

Efectivamente los presupuestos públicos anualizados para nuestro Estado han aumentado sustancialmente, pero ese hecho no ha repercutido positivamente en la reducción de la pobreza y en el mejoramiento del bienestar de los ciudadanos. ¿Por qué se ha mantenido esa lógica de la negación y el círculo de la pobreza?

La respuesta es sencilla: En Zacatecas los recursos públicos se ejercen con bastante discrecionalidad, opacidad, sin transparencia, alejados de políticas rigurosas de evaluación, con la ausencia de mecanismos efectivos de rendición de cuentas, lo que estimula la endémica corrupción y la deshonestidad en el uso de los dineros del pueblo.

Pero hay algo adicional que tenemos que destacar: persiste la impunidad para castigar a los funcionarios ladrones que disponen  arbitrariamente de los dineros de la sociedad.

EL SHOCK ECONÓMICO DE ZACATECAS.

Ante el colapso económico y el shock financiero que padecen las administraciones públicas de Zacatecas y México,  la prioridad para el 2017, no será gastar más, sino gastar con calidad, gastar mejor – con orden, disciplina y honestidad-, los recursos del pueblo.

El paquete económico para el ejercicio fiscal 2017 en Zacatecas tendrá que privilegiar al menos tres propósitos: combate a la pobreza, la reducción de las carencias sociales y detonar el crecimiento y el desarrollo económico.

El equipo técnico y de especialistas del Secretario de Finanzas, Jorge Miranda, tendrán que esmerarse en diseñar un presupuesto 2017 con rostro social.