PROTESTA POR AGRESIÓN A COMUNICADORES

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comunicadores-por-la-unidadLICENCIADO MIGUEL ÁNGEL OSORIO CHONG

SECRETARIO DE GOBERNACIÓN

Presente.

Los integrantes de Comunicadores por la Unidad AC, organización nacional, le expresamos nuestro más enérgico repudio a las acciones cometidas por elementos de la Policía Federal quienes la mañana de este lunes 31 de octubre de 2016 golpearon absurda, salvaje e ilegalmente a nuestros compañeros David Deolarte, reportero gráfico de El Sol de México; Gabriel Ortega, video reportero de Milenio Televisión y Leonardo Sánchez, también reportero gráfico del diario Metro por hacer su trabajo; es decir, tomar imágenes de los cruentos hechos que suceden día con día, en este caso, la aparición de cuatro personas asesinadas en el kilómetro 38.5 de la carretera México-Toluca.

Como resulta elocuente en los videos difundidos de manera profusa en redes sociales, que anexamos a esta misiva, si bien no se alcanza a apreciar el momento en que golpean a nuestros últimos compañeros, sí se advierte que derivado de esta acción deleznable, uniformados integrantes de la Policía Federal roban la cámara y una mochila al compañero de Milenio y ante el hecho de que David Deolarte captaba las gráficas, con lujo de prepotencia se van sobre él sujetándolo entre cuatro uniformados, lo golpean, esposan e intentan quitarle su cámara fotográfica y treparlo en una patrulla que debería estar a nuestra disposición para darnos seguridad. Craso error.

El yerro monumental de los policías federales fue recurrir, nuevamente, a prácticas deleznables como la intimidación, o de plano, a la represión para intentar tapar el solo con un dedo: nuestros compañeros no estaban violando el operativo policiaco ni mucho menos, pues no es la primera ni será la última vez que cubran información de esta naturaleza. Saben hacerlo.

Pero lo que más sorprendió y desnudó el accionar de los policías fuera de la ley, que juramentaron respetar y acatar en cualquier instancia, es que tales uniformados nunca pensaron que las redes sociales y los medios electrónicos en forma instantánea los exhibirían ante la opinión pública nacional y que, en vivo, Señor Secretario, millones viésemos con estupor cómo se violaban los más elementales derechos humanos de nuestros compañeros.

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