El diputado Pedro Martínez Flores presentó una iniciativa de punto de acuerdo para llamar al Instituto de la Juventud del estado, Secretaría de Educación y Secretaría de Salud, a implementar medidas de prevención y atención de la depresión juvenil.

La propuesta se presentó en la sesión ordinaria de este martes en la Comisión Permanente de la Legislatura del Estado, y plantea a las secretarías a elaborar programas que ayuden a los jóvenes a lograr un desarrollo emocional en el marco de un problema de salud pública como el que existe actualmente.

Martínez Flores expuso que en los últimos cuatro años casi cada semana hubo un suicidio en la entidad y la mayoría de las víctimas fueron niñas, niños y jóvenes de entre 11 y 24 años. En este periodo, fueron 182 suicidios, un aumento del 20 por ciento en los casos de depresión.

Reconoció que hay tratamientos eficaces para la depresión, pero más de la mitad de los afectados no los recibe por falta de recursos y de personal sanitario capacitado, las evaluaciones clínicas inexactas y la estigmatización que existe en torno a los trastornos mentales.

El problema de la depresión se agravó con los años y, como muestra, expuso que de 2016 a 2017 en Zacatecas aumentaron 20 por ciento los casos atendidos en la Secretaría de Salud, al pasar de 56 a 67.

Incluso se han atendido pacientes de entre 10 y 14 años. En 2019, por ejemplo, fueron tres los menores de estas edades que se recibieron con episodios depresivos moderados y también, uno de ellos, con trastorno depresivo recurrente.

Consideró que hay cuatro retos actualmente para enfrentar este problema de salud pública que está afectando a la infancia y juventud zacatecana. El primero es lograr que los trastornos mentales sean considerados como enfermedades crónicas con derecho a tratamiento.

También se requiere la creación de políticas públicas que incluyan desde la prevención hasta el tratamiento y la rehabilitación, además de que es necesario que éstas se apliquen de manera coordinada para garantizar el uso eficiente de los recursos.

Como tercer reto mencionó el desarrollo de programas específicos que atiendan a los grupos más vulnerables como la infancia, los habitantes de comunidades rurales e indígenas y la población en extrema pobreza, ya que son los que tienen menos acceso a los servicios de salud mental.

Un cuarto tema que se debe atender es el de la depresión posparto, en el que señaló que es indispensable que se dé información sobre este padecimiento para fomentar una detección oportuna y se evite, así, las consecuencias negativas.