Para el rector de la Universidad Autónoma de Zacatecas Armando Silva Cháirez la única salida que tiene la UAZ a su impagable deuda es la condonación de ésta. No hay otro camino. En tanto, la sociedad continúa sin conocer cómo, en dónde y en qué se gasta la institución los recursos públicos que recibe. El presupuesto para 2013 supera los mil millones de pesos. Ahora mismo, la opaca institución requiere de 400 millones de pesos para sacar adelante los compromisos. No exageramos cuando decimos que la universidad se ha convertido en un barril sin fondo y que sus finanzas están en su peor momento. Dirían los clásicos en quiebra. Por lo pronto, el Gobierno del Estado tuvo que prestar dinero y ahora se anuncia que entrará al rescate solicitando el perdón de la impagable deuda.
¿Y la transparencia y la rendición de cuentas? Bien gracias.
En México, de acuerdo con las empresas que se dedican a evaluar el buen desempeño de las universidades públicas como Transparencia Mexicana y el Centro de Información para el Desarrollo Económico (CIDE), entre otras, sólo hay dos universidades públicas que año con año transparentan su información sin regateos: La UNAM y UAM. Si comparamos la información, el volumen y presupuesto que maneja la UAZ con respecto a estas universidades nos daremos cuenta que no es nada comparado contra las instituciones en mención. La lógica indica que la universidad no debería tener complicaciones para ser transparente. La información que le obliga la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública para el Estado de Zacatecas debería estar al alcance de la sociedad. No es así. Sólo hay esfuerzos. ¿Cómo entender esa impagable deuda?
La UAZ, el discurso de siempre…
A lo largo de su historia, la Universidad Autónoma de Zacatecas ha transitado por problemas de toda naturaleza, en la mayoría de ellos ha podido librar la realidad que le impone el propio contexto histórico. Sin embargo, en la universidad actual, los problemas financieros han sido un distintivo. Los rectores no han encontrado la cura a la enfermedad que ya es crónica. Ante esta cruda realidad, la sociedad zacatecana se ha mostrado desconfiada hacia la institución y hacía las medidas implementas en cada crisis financiera que anuncia. No hay año en que la universidad no anuncie a la opinión pública que mantiene una millonaria deuda con el ISSSTE, FOVISSSTE y el SAR, pero tampoco hay un año que ofrezca una “solución real” al añejo problema. ¿Y qué hay con los proveedores?
Evidentemente, el problema es complejo para la institución, sentimos que llegó la hora de pensar en una solución de raíz, de fondo. En descargo de ésta y otras universidades públicas, el modelo neoliberal ha afectado a las universidades públicas en el mundo, sin embargo, llama la atención que en otros países han encontrado la cura al tema financiero, aquí no. La caótica situación financiera de la UAZ ha frenado el desarrollo, la consolidación de la calidad académica, la acreditación de los programas y el fortalecimiento de la infraestructura de la institución, entre otras cosas.
Encontrar a los culpables de la caótica situación financiera que vive la UAZ sería complicado, porque habría que probarlo, lo que sí, es que universitarios como: Jesús Manuel Díaz Casas, Jorge Eduardo Hiriartt Estrada, Virgilio Rivera Delgadillo, Francisco Flores Sandoval, Rogelio Cárdenas Hernández, Alfredo Femat Bañuelos, Francisco Javier Domínguez Garay y ahora Armando Silva Cháirez, en su calidad ex rectores y rector deben una explicación a la sociedad y a la historia sobre el porqué de esta impagable deuda. Desde luego cada contexto histórico fue diferente, pero sí se deben ofrecer una explicación.
El camino para recobrar la confianza radica en buena parte en la transparencia que, sin duda contribuirá a los buenos resultados. En descargo de la institución, es innegable que muchas cosas han cambiado para bien en la universidad, pero a un costo muy alto. El nuevo modelo de universidad debe tener el distintivo de ser una universidad transparente que de confianza hacia adentro y hacia fuera. Sí otras universidades del país han comenzado ese esfuerzo de transparentar su información, el destino de los recursos públicos, nos vemos porqué la Universidad Autónoma de Zacatecas no lo pueda hacer. El sociólogo Pablo González Casanova la describe muy bien en su libro: “La nueva universidad”. La nueva universidad, no es otra cosa que la construcción de una moderna universidad hecha de varias universidades ya existentes.
Si nuestra universidad, en la visión de Armando Silva Cháirez quiere trascender ante la historia, la opinión pública y la comunidad universitaria debe tener más compromiso en el tema de la transparencia y rendición de cuentas, este es buen momento para comenzar con un cambio de actitud. Para entender lo que estamos diciendo, el órgano garante de la transparencia en Zacatecas, la CEAIP realizó en noviembre de 2012 la última evaluación a todos los sujetos obligados, entre ellos a la Universidad Autónoma de Zacatecas. La evaluación arrojó que la UAZ tenía 7 de calificación en transparencia, la mejor calificación en las últimas evaluaciones. Calificación es que baja si entendemos que es la universidad, la institución de educación superior pública más respetada.
Pero entonces quién llevó a la UAZ a está impagable deuda: el modelo económico imperante, las ineficaces medidas tomaron quienes en momento tuvieron la oportunidad de dirigir la institución, el Estado mexicano incapaz de asumir su rol frente a la educación pública y la sociedad que no ha exigido transparencia y rendición de cuentas como una forma cultural de estar informada y desde luego los universitarios que no hacemos valer el derecho a estar informados.
A manera de conclusión:
1) Los cambios que ha sufrido la UAZ son innegables como innegable la opacidad mostrada en la información pública. A la universidad le urge sanear sus finanzas y también fortalecer sus mecanismos de control. Históricamente la UAZ ha sido la principal crítica de la conducción del Estado mexicano, hoy es momento que en un papel de autocrítica sea transparente frente a la historia y la sociedad.
2) Si la UAZ aspira a recuperar la confianza de la sociedad debe ser transparente. No fue nada agradable saber, que por no dar información a un ciudadano en julio de 2012, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) mandató a la institución a proporcionar la información solicitada. La institución debe aspirar a ser democrática y transparente, sino no es así habrá un “doble discurso” que contrasta contra lo que estamos viendo en la realidad: la opacidad. En el Segundo Congreso Latinoamericano de Ciencias Sociales de la UAZ fue parte de nuestra propuesta que pusimos a consideración de los asistentes.
3) Exigir cuentas claras a la actual administración se vuelve indispensable. Es impostergable que Zacatecas conozca cómo se ejercen los presupuestos en la UAZ y el porqué de las crisis financieras. Quien no entienda que la transparencia llegó para quedarse aquí y en cualquier parte del mundo vive en el error y fuera de la Ley, en la mayoría de las sociedades modernas la transparencia es parte de la vida cultural de la gente, cultura que aquí no termina por aterrizar. Aún y con todo los esfuerzos no han sido inútiles.
Para el anecdotario:
1) El próximo domingo son las elecciones. Es importante acudir a votar.
* Sino votan no se quejen.
Es mi opinión.
(*) Periodista.
gdavilagzac@gmail.com