Ramón, un maderista

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Notas sobre las olas civiles del escritor jerezano

Por Marco Antonio Flores

Agosto de 1910

Ramón López Velarde acude diario a sus clases de derecho en el Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí. Pese a la denominación positivista de su escuela, él no es un filial voluntario.

El jerezano es un católico militante que colabora en El Regional, el periódico de mayor distribución en el occidente de México. El impreso lo dirige uno de los mentores de Ramón. En el impreso, el jerezano presentó uno de los primeros artículos que abordan a Francisco I. Madero y su libro: La sucesión presidencial.

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Por cierto, en el verano de 1910, Madero está en San Luis, la estadía es obligada: es un indiciado en el sistema judicial federal, igual situación tiene el zacatecano Roque Estrada. Ambos tienen una acusación penal.

Francisco y Roque conocieron a Ramón la noche del domingo 27 de marzo de 1910. Entonces Ramón era un chaval de 21 años que participaba en un club antirreeleccionista.

Al día siguiente de su presentación, Ramón habló en un mitin, a él asistieron cerca de 500 personas. Otro orador en el acto fue un pastor protestante. A Roque le pareció que lo dicho por el paisano fue “enérgico y sereno”.

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Madero sintió satisfacción por la concurrencia clasemediera del mitin; pues para estar ahí se debió enfrentar a las autoridades que obstaculizaron el acto, al grado que detuvieron al organizador, el médico masón Rafael Cepeda. La reunión fue en la calzada Guadalupe, frente a la penitenciaría del estado.

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En los días de la libertad bajo caución de Francisco y Roque, Ramón convivió con ellos. Dialogó, pero no fue tan influyente como Cepeda o Pedro Antonio de los Santos, el líder estudiantil antirreeleccionista de San Luis. Con Roque sí quedo huella de Ramón, ambos se siguieron leyendo con buena fe.

Para Ramón, el mitin fue determinante. Tanto que consideró pertenecer a la estirpe maderista. El abolengo lo formó desde que pronunció su fe antirreeleccionista en un trascendido para El Regional. En el mensaje pidió publicidad para el círculo estudiantil opositor. El novel poeta escribió en junio de 1909:

Estudiantes de derecho se han organizado para intervenir en su esfera de acción en el problema político del país. Trabajarán, entre otras cosas, por la no reelección de los actuales presidente y vicepresidente de la República, y en juntas habidas últimamente se ha acordado hacer propaganda a la idea antirreeleccionista por medio de la imprenta y conferencias de viva voz al pueblo.

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Dos años después

El 27 de marzo de 1912 se registra la disolución de los vínculos forjados en el hotel Sainz de San Luis Potosí. Allí se reunían, en el verano de 1910, antirreeleccionistas católicos, protestantes, masones, liberales, socialistas, anarquistas…

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Entre ellos estaban Roque Estrada Reynoso y Ramón López Velarde. Pero en la primavera de 1912 son parte de los opositores al maderismo hecho gobierno. La distancia se debe, según Roque (29 años, abogado, residente en Guadalajara y originario de Moyahua, Zacatecas) a la desaparición de la “causa unificadora”: el fin del gobierno de Porfirio Díaz.

Roque escribió el libro La revolución y Francisco I. Madero. El texto lo concluyó en marzo de 1912. El libro fue impreso en Jalisco.

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Ramón López Velarde (28 años, abogado, residente en la Ciudad de México y originario de Jerez) leyó el libro de Estrada Reynoso. La constancia del performance lo asentó en el artículo “Por Zacatecas”. Éste texto apareció el 3 de junio de 1912, en la columna “Instantáneas” del periódico católico La Nación.

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Ramón escribió con el cumplimiento de un amante del lenguaje: “De buena fortuna para el actual presidente de la República ha sido el estado de Zacatecas. No nos queremos referir a la conducta observada con el señor Madero por el buen viejo (Francisco de Paula) Zárate, como despectivamente lo llama Roque Estrada en su última obra.”

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Hay dos razones subjetivas que obligan al jerezano para iniciar su artículo así, y citar al moyahuense en el periódico católico.

Uno: Ramón está intentando ser candidato a diputado federal en Zacatecas. Quiere congraciarse con los electores de los nombramientos.

Lo segundo: Velarde es citado en el libro de marras. Roque refiere a Ramón en la página 182. Escribió: “López Velarde (como orador fue) enérgico y sereno”.

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En marzo de 1912, Roque vive soltero en Guadalajara. Allí escribe y rumia en torno a la política.

Casi igual está Ramón. Vive soltero, escribe y rumia su nueva aventura: la Ciudad de México. Por cierto, de estos días es el poema El adiós:

Fuensanta, dulce amiga,

blanca y leve mujer,

dueña ideal de mi primer suspiro

y mis copiosas lágrimas de ayer;

enlutada que un día de entusiasmo

soñé condecorar…

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