COMUNICADO DE HORTENSIA ARAGÓN
Felipe Calderón anunció la creación de 880 mil empleos permanentes durante 2010, muy cerca, según él, de la “cifra mágica” de un millón de empleos que muchos gobiernos han tratado de obtener, aunque en su perorata omitió citar coincidentemente el más de millón de empleos formales perdidos durante los pasados dos años que las nocivas políticas laborales de su gobierno han dejado tras de sí.
A menos que dentro de sus cuentas alegres Calderón Hinojosa esté considerando como empleados a los cientos de miles de sicarios que han creado las numerosas bandas del crimen organizado que operan en nuestro país, así como el paulatino aumento de plazas burocráticas dentro de la estructura gubernamental federal (que este año se ubica en poco más de 660 mil puestos, la mayoría con decorosos salarios), no podemos menos que dudar de la veracidad de dichos datos, que sólo responden al oportunismo electoral que lo caracteriza.
No hay duda, los únicos beneficiados de la política laboral calderonista a lo largo de más de cuatro años de su gobierno han sido los altos funcionarios de su gabinete, que no tienen que preocuparse por aparecer en las estadísticas de empleo del Seguro Social, pues las canonjías que cada año propone Calderón para sí y para su gabinete por conducto del presupuesto de Egresos de cada año, están a la vista de todos, por más que quieran convencernos de un supuesto adelgazamiento del aparato burocrático panista y de la disminución de sus ingresos.
Felipe Calderón propuso un aumento de 24 por ciento a su salario y los diputados lo aprobaron, aunque funcionarios como el secretario de Hacienda se empeñen en tratar de convencernos de lo contrario. Dicha medida ubicará las remuneraciones del Presidente en 198 mil pesos mensuales como base, que con prestaciones ubicarán los ingresos anuales del presidente en 2 millones 964 mil 963 pesos. En total, el gasto del gobierno calderonista se ubicará en 2011 en 862 mil 147 millones, la mayor parte para el pago de sueldos y diversas prestaciones a altos funcionarios.
Si de por sí el sueldo que Calderón es ya insultante, en comparación con las raquíticas percepciones que la mayoría de los mexicanos recibe, lo peor es que el presidente y demás funcionarios federales se allegarán durante todo el año entrante bonos por desempeño, bonos de riesgo, seguros de vida y otros estímulos que en conjunto representarán una erogación superior a los 9 mil 168 millones de pesos.
Como ejemplo, Calderón percibirá seguro de vida institucional y pago extraordinario por riesgo de 813 mil 427 pesos. El auditor superior de la Federación, Juan Manuel Portal, recibirá 791 mil 711 pesos por el mismo concepto, más su sueldo base de 436 mil pesos y su compensación por 1.9 millones de pesos. Los ministros de la SCJN obtendrán 688 mil 284 pesos anuales por riesgo, 1.1 millones de pesos por prestaciones “inherentes al cargo” una compensación por 2.4 millones de pesos y un salario base de 562 mil 567 pesos.
Con estos datos, será difícil que Calderón nos convenza de que él y funcionarios de su gabinete no se incrementaron sus salarios. Más difícil será que nos sintamos satisfechos con el presupuesto aprobado cuando a pesar de las cifras engañosas, en 2011 habrá más dinero para la ineficaz lucha contra el crimen organizado, más recursos para la Secretaría de Gobernación (que destinará la mitad de su presupuesto al apoyo de tareas de seguridad), más ingresos para un IFE que este año no organizará elecciones federales y que a la fecha se encuentra incompleto, y en contraparte un nulo incremento a los recursos para el combate a la pobreza, en el que 57 por ciento de las familias mexicanas no tienen acceso pleno a la alimentación, cifras deberían ser motivo de total preocupación.