REFLEXIÓN AL INICIAR EL AÑO 2023. «LA INDIGNACIÓN NO BASTA». COMUNICADO DE LA DIOCESIS DE ZACATECAS

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A todas las personas de buena voluntad que transitamos por los caminos de

Zacatecas:

En la mañana del 28 de diciembre de 2022, cuando la liturgia de la Iglesia conmemora el asesinato de los Niños Inocentes, la noticia de la muerte del seminarista José Dorian Piña Hernández comenzó a circular en las redes sociales.

Poco a poco supimos que fue acribillado en un vehículo junto a su familia, entre los cuales un menor más falleció y otros continúan gravemente heridos.

Parece increible, el corazón se resiste a creerlo. Pero es verdad, es la realidad que vivimos no solo hoy, ni con este hermano nuestro, sino todos los días, con muchos de nuestros seres queridos, vecinos, compañeros, conocidos. Todos los días en nuestra diócesis los ciudadanos se enfrentan a la injustica, a la violencia en todas sus manifestaciones, al crimen organizado, al cobro de piso, al cierre de sus negocios, a la extorción, al narcomenudeo, a desplazamientos forzados, entre otros muchos más fenómenos que se han vuelto insostenibles para nuestra sociedad.

Vivimos inmersos en el miedo y por lo tanto en el silencio. La sociedad ya no se inmuta, la sociedad ya ni siquiera lo comenta, ni se duele, ni busca la justicia.

Lamentablemente nos hemos acostumbrado. ¡Pero cómo acostumbrarnos si han matado a un hermano nuestro, a una madre, aun padre, a un hijo, a un amigo!

Nadie llora hasta que le toca, pero quizá mañana el que muera seas tú o alguien de los tuyos. ¿Cómo transitar libremente por nuestras calles, cómo seguir disfrutando la vida con esta incertidumbre? ¿cómo continuar?

Con profundo dolor y con coraje en nuestras entrañas queremos alzar la voz por aquellos que ya no viven más entre nosotros, por las familias que lloran la muerte de sus seres queridos; queremos replicar el grito y el reclamo de justicia y de paz a la sociedad en general y en especial a nuestras autoridades, si es que aún siguen ahi.

Vivimos en una barbarie sin ocaso, que cada día crece como un cáncer que nos acaba casa por casa, no vemos un estado de derecho, no vemos garantías para las personas, ni siquiera para sus derechos fundaméntales como la vida y la libertad.

Por momentos parece que nuestras autoridades se han olvidado de los verdaderos problemas que viven los zacatecanos todos los días, zacatecanos que se quedan mudos ante la impotencia e injusticia, zacatecanos que se sienten y están solos por el miedo a las represalias.

Nos duele y nos pesa vernos impotentes e incapaces de hacer algo por aquellos que perdimos, nos da miedo salir a la calle y a las carreteras, tememos por la vida de nuestras familias y la de nosotros mismos. El gobierno es el encargado de proporcionar seguridad, paz, justicia y reconciliación, sin lo cual no es posible ni el trabajo ni el desarrollo. Sin justicia es imposible la paz y sin paz no habrá progreso ni prosperidad.

Exigimos y suplicamos a nuestras autoridades civiles, que hagan su trabajo y no permitan la impunidad, que hagan justicia y nos consigan la paz; que dejen a un lado sus intereses particulares y egoístas con los cuales pierden tiempo, esfuerzo y dinero público en cosas que no son urgentes ni importantes para nuestro pueblo; que se apliquen verdaderamente en voltear a ver el rostro de la madre que sufre porque ha perdido a su hijo, a las familias que se han quedado sin padre, sin hijo, sin hermanos, a empresarios que han tenido que cerrar y despedir a sus empleados. Es momento de que nuestras autoridades realmente vuelvan sus ojos a los zacatecanos que han puesto sus esperanzas en ellos y comiencen a trabajar eficiente y eficazmente por salvaguardar lo más valioso de nuestra entidad: su población.

Estamos dispuestos a colaborar por construir un futuro mejor para nuestro Estado.

La paz es tarea de todos: gobierno, universidades, asociaciones civiles, iglesias, empresarios y ciudadanos. Juntos, desde el ámbito y misión de cada uno.

Que nuestras palabras no sean en vano y, rogamos, sean escuchadas por nuestras autoridades; y que quienes lean o escuchen este comunicado no permanezcan indiferentes ante la muerte de ninguno de nuestros hermanos zacatecanos.

Indignarse no basta, juntos podemos alcanzar la justicia, la paz y la reconciliación.

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