Respuesta a Toño Chávez.‏

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Días atrás, recibí esta breve misiva, que hago pública porque así procedió en primer lugar su autor:

 

Luis,

Me parece interesante tu análisis reflexivo acerca de la carta escrita por Carlos Borruel, sin embargo aun siento y percibo en tus palabras un dejo de resentimiento y frustración, me da tristeza que navegues por este mundo con esa intranquilidad y alta carga de amargura, eres una persona que vales mucho, cuando defiendes lo que crees, pero no así cuando demeritas a quien por mucho tiempo te dio un lugar, te brindo reconocimiento y sobre todo te otorgo la oportunidad de representar y poner en alto el nombre de Acción Nacional, gracias a esos a quienes hoy denigras y despedazas con tus «reflexiones» llegaste a ser diputado…y que por cierto en su momento también pisoteaste esa envestidura cayendo en el falso espejismo del poder, cuando prepotentemente al conducir en estado de ebriedad pretendiste pasar por alto y usar tu fuero para evadir la justicia y tu irresponsabilidad…No mi estimado Luis, lo que pasa en el PAN no es solo responsabilidad de los que nos quedamos, también los que se fueron hicieron lo suyo y no eres la exepción, hoy tenemos las consecuencias de nuestros actos de ayer…Te invito a reflexionar sobre estas palabras y sobre todo me viene a la mente una cita bíblica que bien sirve para meditar acerca de ella ‘Aquel que este libre de pecado, que arroje la primera piedra…’ Nos tratamos poco pero creo que siempre nos hablamos de frente.

Te mando un sincero saludo y espero en algún momento de nuestras vidas volver a coincidir y dialogar sobre estos temas que siempre será interesante discutir contigo. Saludos. Antonio Chavez”.

 

Va mi contestación:

 

Estimado Toño:

Antes que nada, un saludo. Agradezco tus palabras en lo que valen y, por eso mismo, es preciso un análisis de las mismas. Gracias por el cumplido respecto a que soy una persona que valgo mucho, ‘cuando defiendo lo que creo’; pero me llama la atención que des a entender que dejo de ser esa persona valiosa cuando ‘demerito’ a quien por mucho tiempo ‘me dio un lugar’ o ‘me brindó’ reconocimiento y sobre todo ‘me otorgó’ la oportunidad de representar y poner en alto el nombre de Acción Nacional.

A ver, Toño, vayamos por partes. Yo valgo en lo que soy -mucho o poco- cada segundo, de cada minuto, de cada hora, de cada día, que Dios me brinda la oportunidad de existir. No soy, ni valgo mucho, ni poco, por lo que pueda defender; valgo por quien soy; una persona como tú… bueno, parecida; con creencias, convicciones, anhelos, talentos, etcétera, así que equiparar o vincular el ‘valor’ de una persona a la causa que defienda -o denosta- demerita a la persona y demerita la causa. Quien vincula una persona a un hecho y no comprende que las personas cambian o los hechos son posibles de interpretarse de modos distintos es un enano intelectual, incapaz de concebir el mundo como lo que auténticamente es: Una oportunidad de ser, a diario, por razones y motivos distintos, a partir de hechos y motivos múltiples. Las personas que vinculan su ser a una idea fija o, peor, a un individuo, son fanáticos y, por ende, seres irracionales. En cuanto a que, ‘gracias a esos a quienes hoy denigras y despedazas con tus ‘reflexiones’ llegué a ser diputado’, ten cuidado con tu dicho; no sé a qué te refieres: Lo bueno y lo malo en mi vida me lo debo a mí y a nadie más: A mi trabajo, a mi esfuerzo, a mi talento (poco o mucho), a mi dedicación, a mi entrega, a mi debilidad, a mi estupidez. Así que no acepto la insinuación de que yo le deba a alguien, con nombre y apellido, haber llegado a ser cualquier cosa en mi vida -excepto a mi mamá, por supuesto, en todo lo bueno que pueda ser-. Peor aún, das a entender que yo tengo deudas con Carlos que DEFINITIVAMENTE NO TENGO y que te reto, es más, te exijo, demuestres. A Carlos Borruel no le debo nada que en consciencia no le haya pagado por anticipado: En 2007 quien más defendió su postulación, su candidatura y su triunfo, fui yo, como panista, como ciudadano, como abogado y como Secretario de Acción Electoral.

         Y no, dispénsame, en mis palabras no existe ningún dejo de resentimiento o frustración ni navego con ninguna intranquilidad a cuestas; el que debería estar intranquilo por solapar y estar conforme con un fraude electoral de proporciones inauditas, en el seno del PAN, eres tú. Tú, sí puedes, con razón, estar agradecido con una serie de personas, con nombre y apellido, pues tu vida en el PAN, tu breve trayectoria en el quehacer público, tu militancia, en fin, lo que eres como panista, se lo debes a otros. Si tuvieras poquita dignidad y vergüenza, pedirías cuentas a los responsables y luego entrarías en defensas gratuitas, ociosas e inútiles, de delincuentes electorales. No denigro ni ‘despedazo’ a nadie; ahí está la sentencia de la Sala del TEPJF que es la que dice Y DEMUESTRA, Toño, DEMUESTRA, el fraude electoral ocurrido al interior del PAN el 19 de febrero de 2012.

La referencia a mis yerros pasados no me enorgullece y jamás he intentado justificarlos. JAMÁS. De nuevo te reto, es más, te vuelvo a exigir, que busques una sola línea escrita por mí -o por algún inútil defensor gratuito-, en donde intente defenderme a mí mismo de mis equívocos y mis errores. Ahora y en su momento, los asumí como tales. Ojalá tú y tu defenso, pudieran tener la mitad de la dignidad necesaria para asumir las propias culpas y obrar en consecuencia.

Y no, tampoco acepto, Toño, la insinuación vil de que el PAN de esta hora, es responsabilidad de los que se fueron; porque, por si no lo sabes, o no te acuerdas, la razón de intentar expulsarme del Partido fue que por años, cuestioné los vicios, excesos, trampas, malos manejos e incompetencia de sus dirigentes; lo que también hice, tiempo atrás, en contra del PRI, del PRD y de una lista interminable de personajes de la vida pública que excede por mucho el propósito de estos párrafos. Aquí, de los dos, de ti y de mí, el único que ha tenido pantalones para escribir, expresar, acusar, atacar o cuestionar aquello que no comparte o con lo que no está conforme, soy yo. Y por cierto, de nosotros dos, también soy el único que escribe sin insultantes faltas de ortografía.

Y, dispénsame, Toño, pero las invitaciones a reflexionar la acepto de alguien que muestra -ni siquiera que demuestra-, de alguien que muestra un poquito más de valor, integridad o coherencia que yo; en ningún momento, jamás, nunca, he percibido en ti, ninguno de esos atributos en cantidad tal que te permita ir por ahí haciendo invitaciones de esa índole. La reflexión, en cualquier cantidad y especie, es evidente que es un sustantivo que te es ajeno. Termino: Ojalá y te percates de que la única defensa que pudiste esgrimir a favor de Carlos Borruel fue atacarme e intentar descalificarme; ni una línea, ni un párrafo, ni una idea, ni una insinuación, para negar las faltas de que es reo o las afirmaciones gravosas de que le hice objeto. Sin duda, la mejor defensa (y la única posible de ustedes dos, en sus circunstancias) es el silencio; así que, mi buen Toño, calladito te verías más bonito.

Por otra parte, confío en haber hablado lo suficientemente de frente.

Saludos, con divertido afecto”.

 

Luis Villegas Montes.

luvimo66_@hotmail.com
luvimo6608@gmail.com

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