Más allá de su obra, la vida e influencia de un artista puede —y debería— ser medida también por el impacto y trascendencia que tuvo no sólo en su contexto, sino fuera de y en la vida de las personas.
El reciente y sorpresivo fallecimiento del actor Robin Williams invita a hacer una reflexión y revisión de ello. Porque si bien es un hecho que fueron unos cuantos personajes y filmes los que le dieron fama mundial y reconocimiento, también lo es que existen trabajos menos populares que ayudaron a cimentar la figura de un cómico que poseía una versatilidad considerable y que fue, antes que nada, un formidable actor.
Factores como ese, su gran capacidad de improvisación, carisma y personalidad fuera del set fueron los que finalmente hicieron de Robin Williams uno de los actores más visibles del cine norteamericano durante las últimas décadas del siglo XX. Adorado por las masas y respetado y querido por su gremio.
De su vasta y, hay que decirlo, dispareja filmografía es fácil escoger varios títulos que dan pistas sobre su versatilidad y que dibujan parte de la identidad que forjó Williams a lo largo de casi 40 años de carrera. Rehuyendo a filmes engañosos y sobrevalorados como Patch Adams, va aquí un homenaje con once esenciales que sí exponen su talento.
1. El mundo según Garp. (1982)
Dir: George Roy Hill.
Curioso que ya siendo un cómico con reconocimiento en televisión y con la fama de haberle dado vida a Popeye en la incomprendida versión de otro célebre como lo fue Robert Altman, fue esta película la que ayudó a que Williams comenzara a trabajar más en el cine.
Basada en la novela homónima de John Irving, la historia de un hombre buscando su lugar en el mundo a través de relaciones fallidas, amistades bizarras y llevando a cuestas una fuerte influencia de su madre, fue el primer vehículo que mostró que Robin Williams no era todo risas y aspavientos. Nota: The World According to Garp también vale la pena por apreciar la tragicómica interpretación de John Lithgow como el transexual Roberta Muldoon.
2. Good Morning, Vietnam. (1987)
Dir: Barry Levinson.
La primera nominación al Oscar como protagónico para Robin Williams llegó de la mano del gran Barry Levinson. Su interpretación de Adrian Cronauer, un irreverente locutor que hace la guerra de Vietnam más “llevadera” para las tropas pero que al mismo tiempo no puede evitar involucrarse en ella, se volvió un todo un icono de la década de los ochenta. No es el mejor filme de Levinson, pero la pura presencia de Williams y Forest Whitaker vale la revisión.
3. Dead Poets Society. (1989)
Dir: Peter Weir.
Tan sólo dos años después llegaría la segunda nominación de Williams a un premio de la Academia por este filme. Si el personaje de Cronauer lo había impulsado como comediante, el profesor John Keating cambió toda percepción del actor. Lo trascendente de esta película no es tanto el resultado (es apenas aceptable) sino que su increíble y extraño éxito fue lo que afianzó a Robin Williams en la categoría de súper estrella.
4. Hook. (1991)
Dir: Steven Spielberg.
Cuando el Rey Midas decidió hacer su versión de Peter Pan eligió a Robin Williams como ese niño eterno que se decidió a madurar volviéndose un adulto neurótico y amargado. La apuesta fue extraordinaria. Hook es un gran filme por la interpretación inversa y nata de Williams. Y a ello se le suman varios factores como una excelente narración, reparto (Dustin Hoffman como el Capitán Garfio no tiene desperdicio), efectos, música, etc. Sin duda una de las esenciales en cualquier niñez y ahora también para recordarlo.
5. The Fisher King. (1991)
Dir: Terry Gilliam.
Es cierto, “en gustos se rompen géneros”, pero poniendo la carrera de Robin Williams en una balanza cualitativa, esta película (y sólo eso) bien podría ocupar los primeros lugares. La fama de un locutor da un giro infortunado cuando un loco se toma demasiado en serio sus palabras y comete una masacre. Años después y en desgracia se topa con una de las víctimas indirectas de aquel evento, Parry (Robin Williams), un indigente que, aventuras de por medio, lo llevará a recuperar su vida.
Este filme le valió a Robin Williams su tercera nominación al Oscar y también un tercer Globo de Oro (los anteriores por Mork & Mindy y Good Morning, Vietnam). A su vez es uno de los trabajos más accesibles, reconocidos y entrañables del cineasta Terry Gilliam, quien a pesar de que ya había dejado atrás al Monty Python, metió con gusto las referencias.
6. Mrs. Doubtfire. (1993)
Dir: Chris Columbus.
Durante la década de los noventa pocos directores estaban tan encendidos como Chris Columbus. Filme que dirigía o producía; éxito seguro. Mrs. Doubtfire no fue la excepción, pero independientemente de su buena historia, fue el formidable trabajo de Robin Williams lo que hizo de ésta una película familiar de culto. Basta buscar el nombre del actor en cualquier lado e inevitablemente aparece alguna imagen de él bajo la piel de la señora Doubtfire, la niñera refinada que asiste a sus propios hijos con tal de no dejar de verlos.
Si alguien por alguna extraña e inexplicable razón no ha visto Mrs. Doubtfire se ha perdido de uno de los mejores trabajos de Robin Williams en su carrera. Este es uno de los papeles por los que siempre será recordado. Y está bien; sí lo vale.
7. Good Will Hunting. (1997)
Dir: Gus Van Sant.
Una de las características de la filmografía de Robin Williams es que tuvo la fortuna (bien ganada) de trabajar con grandes directores. A la lista de Spielberg, Levinson, Allen, Altman, Gilliam et al, se suma el nombre de Gus Van Sant.
Uno de los mayores éxitos del cine independiente y pilar de la entonces atractiva productora Miramax fue también el medio para que Robin Williams tomara un segundo aire en su carrera como un actor de carácter. Si bien cientos de anécdotas alrededor de este filme han terminado por ser más relevantes, Sean Maguire es indudablemente una de las mejores construcciones dramáticas que realizó Robin Williams en toda su carrera, al grado de que fue ese personaje el que por fin le mereció su primer y único Oscar por mejor actor de reparto. No sólo eso, Good Will Hunting dejó constancia de su ingenio y capacidad de improvisación, y la prueba es que una de las líneas más memorables de la película fue producto de ello. Podría decirse que el «Son of a bitch, he stole my line» es su “You talkin’ to me?”.
8. The Birdcage. (1996)
Dir: Mike Nichols.
Siguiendo con la línea de grandes directores, Robin Williams se puso bajo las órdenes de Mike Nichols para esta versión estadounidense de la renombrada farsa “La cage aux folles”. Acompañado por un gran elenco que incluyó a Hank Azaria, Nathan Lane y Gene Hackman, The Birdcage es una fina y divertida comedia que permitió a Williams mostrar matices hasta ese entonces desconocidos. Lamentablemente es una película que no en todos lados tuvo buena recepción, pero eso no impidió que se convirtiera en uno de los filmes más recaudadores de su carrera.
9. Deconstructing Harry. (1997)
Dir: Woody Allen.
En la industria de Hollywood, cuando un actor es llamado por Woody Allen representa una especie de graduación o escalón en su carrera. Para Williams ese momento llegó en 1997 con Deconstructing Harry. Es cierto que no es la mejor película de Allen ni tampoco Mel es un personaje mayor para Williams, sin embargo, su participación sí es muestra de una comedia más contenida y simbólica, muy a la Allen. Algo de lo que hubiera sido bueno haber visto más en su filmografía.
10. Hamlet. (1996)
Dir: Kenneth Branagh.
Tarde o temprano en la vida de todo actor, Shakespeare se presenta como una obligación. Y para Robin Williams la mejor oportunidad llegó con el Hamlet de Kenneth Branagh. Nadie ha adaptado y comprendido mejor el lenguaje de Shakespeare para el cine que Branagh, de tal forma que este papel también fue una especie de reconocimiento a su calidad histriónica, la cual Branagh ya constatado por su anterior trabajo juntos de 1991: Dead Again. Aunque el personaje de Osric es pequeño (más tomando en cuenta las casi cuatro horas de duración), Hamlet es una obligada para apreciar un lado que tristemente fue poco explotado en Robin Williams.
11. Insomnia. (2002)
Dir: Christopher Nolan.
La diversidad y rango de Robin Williams afortunadamente también hicieron eco en los antagónicos. En el mismo 2002 ya había llamado la atención con el notable personaje de un psicópata que se obsesiona con la vida de una familia en One Hour Photo (Mark Romanek, 2002), pero fue en Insomnia de Christopher Nolan donde Williams sorprendió con su papel de asesino.
Si bien la película es un remake en el que Nolan aún estaba madurando, tiene el atractivo de una buena historia que juntó a Williams con otro grande como Al Pacino. Insomnia fue, posiblemente, una de las últimas verdaderamente buenas películas en las que estuvo Robin Williams antes de que su carrera se fuera estancando.
MENCIONES ESPECIALES:
Aladdin. (1992)
Dir: Ron Clements.
Robin Williams puso su voz y registro al servicio de la animación en varias ocasiones. Por historia, calidad, fama y personaje, Aladino sería la primera y más segura recomendación.
Jumanji. (1995)
Dir: Joe Johnston.
Sin lugar a dudas una de las películas más memorables en la carrera de Robin Willliams. Aunque siendo justos, los verdaderos protagonistas son la trama y los (para ese entonces) innovadores efectos especiales. Sus espectaculares secuencias son la razón del éxito, pero por otro lado, tal vez Jumanji no sería lo mismo si Alan Parrish, el niño atrapado por un mágico juego de mesa durante 26 años, hubiese sido interpretado por otro actor. La respuesta es un casi seguro no.
Awakenings. (1990)
Dir: Penny Marshall.
Sobre nominaciones y premios, llama mucho la atención que la Academia haya dejado sin reconocimiento a Robin Williams por su actuación en Despertares. Mucho más si tomamos en cuenta que la película y Robert De Niro por su papel de enfermo catatónico sí hayan conseguido nominación. Aún así la película vale la pena precisamente por mostrar a un Williams que estuvo a la altura de un todavía glorioso De Niro.