SE LES VOLVIÓ A PELAR EL JAGUAR

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Por Manuel Narváez Narváez

Email: mnarvaez2008@hotmail.com

Urge modificar la legislación federal para prohibir la posesión de animales salvajes  y exóticos en nuestro país.

Por años, las páginas informativas han dado cuenta del escape de animales salvajes y exóticos de domicilios particulares que provocan psicosis entre la población. Prácticamente en todos los estados de la república existen miles de jaguares, leones, tigres, reptiles, aves y una gran variedad de especies nativas de otros continentes, y en peligro de extinción, que son adquiridos como mascotas.

De por sí hay muchos casos fatales de ataques, sobre todo de perros de razas muy agresivas, que se cobran la vida de infantes y ancianos, como para que todavía traigan grandes mamíferos provenientes de África o sustraídos de su hábitat natural para satisfacer el ego de personas o familias poco convencionales, como si eso fuese sinónimo de estatus o valor.

En su gran mayoría, las crías de esas bestias son arrancadas de sus madres a las que generalmente sacrifican, para comercializarlas sin ningún remordimiento en redes sociales, por una industria, mayormente clandestina, que genera cientos de millones de dólares anuales.

En ese afán de llamar la atención o simplemente para alimentar el delirio de grandeza, hay personas que adquieren cualquier tipo de especies ajenas a la fauna silvestre de México. Infinidad de fotografías circulan en la web de  especies cuyo hábitat natural se encuentra en África o Asía.

Desconozco cuáles sean las razones para que la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y las de Desarrollo Urbano y Ecología estatales (SEDUE), no han impulsado la prohibición de poseer como mascotas animales potencialmente mortales para los humanos y especies domésticas.

El caso que ilustra la peligrosidad de animales de naturaleza salvaje es el de un Jaguar que tienen como mascota en un fraccionamiento urbano de Chihuahua capital. El felino escapó del domicilio de sus dueños por ¡tercera ocasión en dos meses!, y sucedió lo que tenía que pasar, lesionó a una persona que realizaba trabajos en el lugar. Milagrosamente solo sufrió heridas que no ponen en peligro su vida.

Pagar las fuertes sumas de dinero que piden por ejemplares como felinos africanos no es impedimento para adquirirlos, cualquier persona con estrecho criterio o sensatez puede hacerlo.

El comercio legal o ilegal de ese tipo de especies no se circunscribe a animales vivos, ya que también existe la comercialización de carne para su consumo. Por internet es muy fácil encontrar distribuidores carniceros que enlistan cortes de camello, león, antílopes, reptiles, elefante, caimanes, osos, etc.

Aunado al peligro que representa tener de mascota a un animal salvaje para exhibirlo como falso trofeo de poder, es que son sometidos a condiciones ajenas a su hábitat natural, y eso es maltrato animal. Así de simple y llano.

Por otra parte, puede llegar a ser un grave problema que afecte a otras especies domésticas o nativas de nuestra región. Las autoridades y aquellos con gustos extravagantes de esta índole deberían informarse de lo que sucede en la Florida y en varios estados de la unión americana, para ver si obtienen un pizca de raciocinio.

Florida tiene graves problemas con serpientes invasoras de gran tamaño, importadas de Asía y de Sudamérica, que han provocado la muerte de decenas de personas. La sobrepoblación mantiene en alerta  varios condados, ya que los dueños de esas “mascotas” las dejaron escapar por su peligrosidad e ignorancia para tratar esas especies.

Hace apenas unos días se dio una alerta por la invasión de anfibios venenosos, conocidos como ranas y sapos. Una gran zona tuvo que ser evacuada antes de que las autoridades sanitarias las capturaran.

Igualmente los cerdos ferales representan un grave peligro para Estados Unidos. Millares de esos cerdos salvajes han afectado cientos de miles de acres de cultivos desde California y Texas hasta Nueva York y Michigan. Además, se les considera un grave peligro para los humanos y otras especies animales.

Para evitar sufrir las mismas consecuencias de nuestro vecino del norte, procede solo una cosa: PROHIBIR LA POSESIÓN DE CUALQUIER ESPECIE ANIMAL NO NATIVA DE MÉXICO, ASÍ COMO AQUELLAS QUE SEAN CONSIDERADAS EXÓTICAS Y REPRESENTEN UN PELIGRO PARA LA POBLACIÓN. ADICIONALMENTE, SE REVOQUEN TODOS LOS PERMISOS EXISTENTES Y SE REMITAN ESOS ANIMALES A SANTUARIOS Y ZOOLÓGICOS.

Me parece que ya tenemos suficiente con tanto animal depredador investido de legislador, funcionario o servidor público, o gobernante, como para preocuparnos porque no se nos vaya a atravesar en el camino un jaguar, leopardo, león o serpiente. 

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