Jacobo Cruz
Con una votación superior a los 30 millones de sufragios, el triunfo del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fue indiscutible, lo que lo llevó en el año 2018 a la silla presidencial y confiado en el respaldo popular arrancó el sexenio con discursos y acciones desafiantes hacia instituciones públicas y con persecución a oponentes políticos por considerarlos causantes de la corrupción.
Luego puso en marcha los programas de entrega monetaria que llegan a alrededor de 36 millones de mexicanos a estas fechas, los beneficiarios son personas de los grupos vulnerables como adultos mayores, madres solteras, estudiantes y personas con capacidades diferentes. Las becas, la pensión del bienestar y otros afines, representan la plataforma de la popularidad del presidente que se mantiene en cerca del 70%, lo que le sirvió para asegurar el triunfo de su partido Morena en los comicios intermedios de 2021 y aseguró a Claudia Sheimbaum, presidenta electa, sucesora del tabasqueño.
Pero en todo este tiempo, AMLO se ha caracterizado por la incongruencia, la mentira y la persecución política olvidando los principios rectores de la 4t, dejando claro que el no mentir, no robar y no traicionar al pueblo fueron propaganda de la campaña de 2018 que ya no le interesan, porque ahora sólo importa ganar elecciones en medio de la tragedia y el caos que provocó quien pretendía hacer una cuarta transformación del país al concentrar los recursos que son de todos los mexicanos y destinarlos esencialmente a dos rubros: los programas del bienestar y las obras millonarias que se construyen en el sur del país como el Tren Maya y la refinería Dos Bocas, dejando sin dinero para proyectos prioritarios en otras regiones que se encuentran en una situación desastrosa a causa de la sequía y falta de cosechas, etc.
Así estamos llegando al final del sexenio del morenista que consideró como innecesario que la Cámara de Diputados destinara recursos para obras de infraestructura pública como redes de agua potable, drenaje sanitario y para el arreglo y construcción de nuevas carreteras en otras entidades. Por esa causa, en los municipios de México, los alcaldes se han convertido en administradores de nómina y la mayoría se dedicó a acompañar a los servidores de la nación que entregan los programas monetarios gente por gente, se toman fotos y aplauden, pero las presidencias municipales no tienen recursos para atender problemas elementales de los ciudadanos.
En las elecciones intermedias de 2021 los candidatos a gobernadores por Morena aprovecharon la popularidad de AMLO y ofrecieron que de llegar al poder por el partido guinda sus estados recibirían todo el respaldo presupuestal para transformar la vida de los ciudadanos, así lo hizo David Monreal Avila, por lo tanto la gente ya no votó por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), dando paso a la cuarta transformación, pero como lo demuestran los hechos fue mentira, los gobernadores y presidentes municipales se han quedado sin recursos y están peor que antes.
El mandato de López Obrador finalizará el 1 de octubre de 2024, es decir, estamos a meses para que termine el sexenio, pero en Zacatecas las cosas no salieron como se esperaba, pues la federación ha dejado solos a los ciudadanos al negarse a destinar recursos para proyectos vitales porque los recursos de todos son aplicados en los proyectos emblemáticos del sur de México.
Ricardo Olivares Sánchez, secretario de Finanzas (Sefin), del gobierno del estado, se dijo optimista ante la próxima administración federal de Sheimbaum y recordó lo vivido el año pasado, cuando hubo una caída de 2 mil 911 millones de pesos, “fue terrible y aun así resistimos”.
Recordemos que el 13 de septiembre el mandatario zacatecano lamentó que ni la autopista a Aguascalientes, ni la presa Milpillas tenían asignados montos porque la federación destina todos los recursos económicos a las obras del sur, dejando de lado también la nómina educativa con un gasto de tres mil 300 millones de pesos, de los cuales tocarían dos mil 300 millones al gobierno federal.
Con Sheimbaum, ¿cambiará el trato a los zacatecanos y se aprobarán los proyectos de desarrollo en el estado?
Aun con la sequía extrema, el gobierno de México no asignó recursos a la presa Milpillas en el presupuesto de egresos del 2024 notándose un trato desigual y de desprecio hacia la entidad para un proyecto que busca asegurar la demanda futura de agua potable en el corredor Fresnillo-Zacatecas y que desde el 2017 está en la cartera de proyectos de la Secretaría de Hacienda por un monto de alrededor de tres mil 500 millones de pesos.
Ya se vio que AMLO engaño a los zacatecanos, pues Germán Arturo Martínez Santoyo, director general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), dio a conocer hace una semana que se construyen 18 proyectos hídricos que incluyen presas, acueductos y plantas potabilizadoras en Durango, Coahuila, Sinaloa, Aguascalientes, Jalisco, Nuevo León, San Luis Potosí y Nayarit, pero ninguno en Zacatecas.
Nuestro estado es de los más afectados por el clima cambiante de los últimos años y urge que la continuadora de la transformación haga esa diferencia que el mandatario saliente sostuvo, al parecer por diferencias políticas, primero con el priista Alejandro Tello y luego con Ricardo Monreal, aspirante a la silla presidencial que incomodó al autoritario López Obrador que ya había decidido quien le cuide sus intereses, mantenga con buenos contratos a las empresas de familiares y amigos con la sombra del segundo piso de la 4T.