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El presidente Peña no tendrá de qué preocuparse por esta semana. La captura de dos de los capos del narcotráfico más buscados, que cayeron a manos de las fuerzas federales y armadas del país, “sin soltar un solo tiro”, era la frase que le seguía a la nota de ocho columnas en todos los medios de comunicación, como haciendo hincapié de que la inteligencia castrense y la oficina de seguridad nacional operan con tal sigilo y eficacia, que no hay necesidad de armar un enfrentamiento para capturar a tan temibles criminales; allanaron su viaje a Londres.
La coincidencia con la gira emprendida por el mandatario azteca y su familia al Reino Unido, y a la familia Real, con relación a la fina captura de la “Tuta” y el “Z-42”, es mera casualidad. El enfado que pudiese generar los ya frecuentes viajes del presidente mexicano a lejanas y exóticas tierras se diluye, o se despresuriza porque las notas relacionadas con la captura de capos importantes son bien recibidas por la opinión pública, como es el caso de dos de los criminales más sanguinarios que asolaban Michoacán, Nuevo León y Tamaulipas.
Estas dos capturas exitosas y la cercanía entre ambas antojan suspicacias, sin demérito del significado que guardan para la imagen presidencial y el crédito para las fuerzas del orden; ya sea porque los malogrados capos que ahora cantan sin presión alguna, enaltecen y narran, como siguiendo un guión cinematográfico, la estrategia quirúrgica para atraparlos sin detonar un solo disparo, o porque cazarlos resulta tan fácil para esta administración, que provocarían la envidia de los SEALS y la CIA norteamericanos, el Mosad hebreo, la KGB rusa y del M15 británico.
No se trata de poner en tela de juicio el trabajo de inteligencia que desarrollan las fuerzas armadas y la policía federal, ni la cooperación activa de la DEA; de ninguna manera, simplemente que no estamos acostumbrados a ver este tipo de detenciones de alto impacto con la perfección y eficacia con las que se han llevado al cabo, incluida la del “Chapo” Guzmán. Sencillamente sus capturas tan limpias no corresponden a la siniestra actividad que realizan los capos mexicanos y la terrible fama que les precede.
Ahora bien, el trabajo de inteligencia que desarrollan las fuerzas armadas es reconocido internacionalmente porque en los últimos años se ha ido perfeccionando, inclusive, la capacitación que reciben muchos de ellos de otras agencias de inteligencia es de primera calidad. Eso no está en duda. Si este es el perfil actual de los investigadores mexicanos, nos esperan más capturas exitosas, sin detonar un solo tiro.
Por lo que respecta a la captura de criminales VIP vamos bien, pero es imperativo romper con la cadena hereditaria y el complejo organigrama que dificulta reducir al mínimo las operaciones de los principales carteles del narcotráfico que operan en el país, como también es imperativo desbaratar las rutas de trasiego de estupefacientes y las fuentes de lavado de dinero que les siguen garantizando financiamiento para adquirir poder de fuego ilimitado y comprar autoridades. De nada sirve descabezar carteles si la estructura sigue intacta, eso sería como una poda para la foto y apaciguar momentáneamente la desconfianza.
En lo personal reconozco las labores de inteligencia que desarrollan las fuerzas armadas y la policía federal para detener a criminales que tanta daño han provocado a miles de familias en las tierras donde siembran el terror; a la economía de varias estados y a la imagen del país: Sin embargo, mantengo mis reservas porque con una golondrina hay quienes quieren hacer verano.
Quiero creer que la captura de la “Tuta” y el “Z-42” obedecen a ese trabajo inteligencia y que la manera tan limpia y eficaz con la que fueron ejecutadas son consecuencia de la honestidad y concordantes con los lemas de las fuerzas armadas y las agencias de seguridad nacional, y; que la coincidencia entre el viaje de Peña a Londres y el despliegue mediático de detenciones, son obras de la casualidad.
Habida cuenta de lo anterior, no me resta más que felicitar a los mexicanos que hicieron posible la captura de dos de los criminales más buscados en la actualidad y espero que sigan trabajando por el bien del país, al menos en la encomienda de la seguridad porque en lo que concierne a la economía y el combate a la impunidad, la responsabilidad recae en el titular del ejecutivo federal.
Igualmente espero que el presidente Peña traiga de Londres buenas noticias para México en materia de inversiones, no más dinero prestado o firmas de convenios protocolarios que únicamente sirven para justificar una visita al extranjero.
P.D. El sistema anticorrupción aprobado por los legisladores federales no resuelve el problema de fondo que aqueja a este país; sólo satisface un capricho de un dirigente partidista (Madero) y maquilla la profunda impunidad con la que se conducen muchos de sus miembros más encumbrados.