Por el delito de privación ilegal de la libertad, en modalidad de secuestro, desde enero del 2019 y en los primeros seis días de febrero, 13 personas fueron sentenciadas; en el 2017, 55 y, en 2018, 81, informó el subprocurador de investigaciones y procesos penales, Jesús Manuel Valerio Pérez.
En 2018 el cierre fue de 131 personas detenidas por ese delito, en 2019 hay 20 detenidos, y de septiembre de 2016 a la fecha son de 350 personas, pero en el estado no existen grupos delictivos dedicados a eso.
Dijo que un secuestro era altamente probable que no se denunciara por temor, por desconfianza, u otros factores, pero está documentado el avance en el tema de la recuperación, “por cualquier vía nos enteramos, se genera un proceso dinámico de información, atendemos a los familiares y esto tiene resultados muy positivos”.
Lo anterior, porque más del 90 por ciento de las personas víctimas de secuestro fueron reintegradas a sus hogares por una denuncia oportuna.
En el 2018, abundó, hubo 41 secuestros, y hay disminución, porque en dos años y meses hay 350 personas detenidas; en enero de este año fueron cuatro, ya en proceso de investigación, con 20 detenidos, abundó, el balance de secuestro es de cinco detenidos por evento.
El secuestro en Zacatecas tiene una característica muy peculiar, no existen células delincuenciales dedicadas a eso, no son profesionales, muchos están vinculados con un grupo de la delincuencia organizada, y las líneas de investigación son narcomenudeo, delincuencia organizada u homicidio, no por quienes se dediquen a secuestrar.
En el estado puede ser secuestrado un empresario de alto poderío económico, o un asalariado, pero cuando el perfil de la persona no es estrictamente económico, cuando secuestran a una de ingresos medianos, o muy inferiores, la investigación revela un tema secundario: El trasiego y consumo de drogas”.
Dividió en dos el secuestro, uno el estrictamente patrimonial, pretende un beneficio económico, y otro. por venganza, común entre grupos delictivos vinculados al trasiego de drogas, y aceptó que hay un incremento sustancial narcomenudeo y eso trae aparejado el secuestro por venganza.
El 35 por ciento de los secuestros atienden a la venta y consumo de enervantes, el resto es patrimonial.