La Zona Arqueológica de Templo Mayor reabrió en su totalidad, ahora resguardada por nuevas techumbres que protegen los vestigios del Huey Teocalli, específicamente los antiguos adoratorios a Huitzilopochtli y Tláloc, datados en la Etapa II (hacia 1390 d.C.). Este esfuerzo fue posible gracias a la colaboración entre la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Gobierno de la Ciudad de México, a través de la Autoridad del Centro Histórico.
Durante la ceremonia de reapertura, que incluyó una exposición de piezas arqueológicas repatriadas de Estados Unidos y la presentación de un cilindro de basalto con la inscripción “Ce ozomatli” (Uno mono), el director del INAH, Diego Prieto Hernández, recordó la atípica granizada de abril de 2021 que afectó la infraestructura de cubiertas en el sitio. Prieto subrayó cómo este evento permitió la consolidación y mejora de las techumbres, diseñadas ahora para resistir mejor fenómenos hidrometeorológicos.
Loredana Montes López, titular del Fideicomiso Centro Histórico de la Ciudad de México, reconoció el esfuerzo coordinado entre el INAH y los equipos de la capital en esta obra. La nueva techumbre facilita que los visitantes recorran plenamente la Plaza Manuel Gamio e ingresen a la zona arqueológica sin afectar los delicados vestigios. Según Patricia Ledesma Bouchan, directora del Museo Templo Mayor, el retiro de la cubierta anterior implicó maniobras artesanales para proteger los frágiles restos arqueológicos.
Como parte de esta reapertura, se inauguró una muestra temporal de piezas recuperadas en Estados Unidos gracias a una operación encubierta del Homeland Security Investigations en 2023. Entre las piezas destaca un portaincensario de estilo maya, entregado por una ciudadana estadounidense, que refleja el importante valor cultural de los artefactos prehispánicos.