Osvaldo Avila Tizcareño
Desde hace más de 49 años cuando surgimos como organización política quedó muy preciso el objetivo de nuestra lucha: buscar una redistribución más equitativa de la riqueza social, y dada la pobreza de la gente se promovió la mejora de la calidad de vida de la mayoría de los mexicanos favoreciendo los medios para la satisfacción a plenitud de las necesidades de alimento, vestido, educación y vivienda con el anhelo de bienestar y paz social.
Sabíamos que lograr tal propósito implicaría desafiar lo preestablecido, porque el estado de cosas implica la concentración de la riqueza en unas cuantas manos dejando en la indefensión a la mayoría de la población, por ello desde el principio enfrentamos circunstancias adversas que implicaron enfrentar el poder económico, político e ideológico que se empeñaba en mantener el status quo.
En el terreno ideológico sufrimos una avalancha de acusaciones encaminadas a distorsionar la imagen de nuestro movimiento, se hizo creando una percepción negativa de la labor para evitar que el pueblo trabajador se acerque; la campaña no se ha detenido, por el contrario, con la llegada de López Obrador al poder arrecia el ataque calificándonos de intermediarios y otras bajezas por el estilo.
En el ámbito económico mejorar la calidad de vida de la gente implicaba la pelea de obras de orden material como agua entubada, drenaje o mejoras a la vivienda, y alcanzarlo resultaba por demás difícil pues existía una estrategia encaminada a cerrar en absoluto la solución a los problemas de la gente para evitar se acerquen a nosotros como alternativa de atención a sus males.
En lo político las dificultades han sido muchas, desde los obstáculos para acceder al poder, que una vez logrado fueron empleados todos los medios para dificultar la labor de gobierno y así generar desencanto. Tales circunstancias han hecho desde siempre difícil nuestra actividad, en consecuencia buscaremos los medios para alcanzar nuestro objetivo, porque no desistiremos jamás de nuestro propósito.
Actualmente estamos inmersos en un proceso a nivel nacional para estrechar nuestra unidad y patentar nuestro compromiso con la lucha, por ello hago un llamado a todos los plenistas y líderes de colonias para que se mantengan unidos y dispuestos a acudir a la convocatoria de la organización, el estar presente implicaría ratificar nuestros ideales y plantearnos continuar con nuestra labor diaria con el pueblo, esta actividad se efectúa en un momento particularmente complejo pues acontecen hechos inusitados como los siguientes.
Primero. La cerrazón absoluta a resolver los problemas se ha casi generalizado, así sucede en la federación, el estado y la mayoría de los municipios generando desencanto entre la gente que espera a través de la lucha lograr mejoras inmediatas.
Segundo. Enfrentamos una embestida en el COBAEZ Trancoso; desde hace 70 días permanecemos a las afueras de esta institución defendiendo este proyecto integral y los derechos laborales de la Ing. Martha Delia González Olivas sin tener ninguna respuesta, sólo cerrazón y desdén.
Tercero. La embestida mediática no ha frenado y la persecución sigue en marcha a grado tal que en algunos lugares funcionarios de gobierno realizan una labor de zapa sistemática. En suma, las adversidades son muchas y a nadie pueden asombrar, pues como dije al principio la naturaleza de nuestra lucha lleva aparejada tales adversidades.
Pero tales circunstancias no pueden ser razón para desalentarnos o dar marcha atrás, porque las razones de nuestra lucha como movimiento social siguen presentes, hoy la inequidad e injusticia se ciñen sobre los mexicanos a pesar de los intentos por negarlo, por eso ahora más que nunca se requiere que nos mantengamos unidos.
Por lo expuesto, hago un llamado a la unidad y que acudamos gustosos a nuestros eventos próximos sabedores de que nos asiste la razón y tarde o temprano venceremos, no olvidemos lo que dijo el poeta Salvador Díaz Mirón: “el ave canta, aunque la rama cruja, cual sabe lo que son sus alas”. Así que vamos a la lucha.