Por Marco Antonio Flores Zavala
Noviembre 29 de 1914. Es día domingo. Se labora y no. El gobierno ahora brega para conseguir tranquilidad social.
La raíz de las dificultades está, entre otras causas, en las promesas dichas en campaña rebelde: ofrecieron tierras para los hombres armados y ahora, cotidianamente, al gobernador Trinidad Cervantes le solicitan que satisfaga la promesa.
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Desde hace semanas circula la solicitud que presentaron unos vecinos de Tlaltenango, Tepechitlán y Teul, para hacer una presa (en los años porvenir será la presa de Excamé).
Los promotores requieren autorización federal y estatal. Pero no hay gobierno federal que complazca el hacer de la iniciativa privada. Se entiende que el estatal dará la venia.
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Gilberto Vázquez del Mercado, secretario general del despacho de gobierno, hace constar lo posible legal. También confirma las indicaciones del ejecutivo, que labora con tacto porque no existe ley que lo legitime.
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Sea el mismo día 28, o el 29, el joven abogado constató el contenido del Periódico Oficial. La curiosidad de la lectura, del cotejo y la asimilación es porque un documento lo compromete.
El Periódico Oficial trae inserto un listado de libros que pasaron de la Biblioteca Pública al acervo de la librería del Instituto de Ciencias. El ir de los libros fue una orden del exgobernador Manuel Carlos de la Vega.
Gilberto Vázquez del Mercado entregó los documentos a mediados de octubre. Eran 289 volúmenes, de 119 títulos. Los más fueron literatura y jurisprudencia.
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Destaco el libro El hombre de Estado, de Nicolás Donato. Los tres tomos fueron publicados en 1904, en la Tipografía Popular de México [L’uomo di Governo. tomado de la edición de 1860, Venezia]. El texto permite situar la percepción sobre el político, del hombre que tantea para ejercer el poder y que lo hace por el bien público.
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Pero no ignoremos: el político tiene vida privada. Gilberto Vázquez del Mercado asistió a la boda de su hermana, el viernes 27 de noviembre. Su hermana Carmen se casó con el profesor Gregorio López.
Hijos de la boyante clase media que se forjó en el porfirismo, los novios contaron con testigos dedicados al comercio en la ciudad. El acto ocurrió en la casa paterna de Gilberto (sita en callejón de Juan de San Pedro).
Imagen: portada de la primera edición al español, del libro de Donato.