Durante una reunión de su gabinete, el expresidente estadounidense Donald Trump sorprendió al lanzar elogios hacia la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, a quien calificó como “una mujer fantástica y muy buena”. A pesar de las diferencias políticas históricas entre ambas naciones, Trump aseguró tener un aprecio personal por México y destacó la forma en que Sheinbaum ha manejado la relación bilateral.

Sin embargo, el tono conciliador contrastó con un anuncio contundente: tres fábricas automotrices que estaban en proceso de construcción en territorio mexicano detendrán sus obras y serán reubicadas en Estados Unidos. Según Trump, esta decisión responde a los aranceles aplicados por su gobierno. “No estoy buscando hacerle daño a México, pero esas fábricas ahora reiniciarán operaciones en nuestro país”, afirmó.

El exmandatario argumentó que la pérdida de fábricas en EE. UU. es un problema que arrastra desde la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). “Hemos perdido 90 mil fábricas desde el TLCAN. Eso nunca debió haber pasado”, lamentó Trump, quien mantiene su discurso proteccionista y busca revitalizar la industria manufacturera estadounidense.

Pese a este nuevo episodio de tensiones económicas, Trump evitó críticas directas al gobierno mexicano actual y más bien destacó la diplomacia de Sheinbaum frente a sus medidas. La mandataria, aunque no ha respondido públicamente a estas declaraciones, ha sido reconocida por su enfoque diplomático frente a temas comerciales con su vecino del norte.