Un López Velarde de López Obrador

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Por Marco Antonio Flores Zavala 

Desde 2016 circula Dos revolucionarios a la sombra de Madero. La historia de Solón Argüello Escobar y Rogelio Fernández Güell de Beatriz Gutiérrez Müller (Ariel, 2016). 

El documento describe las trayectorias de dos periodistas próximos a Francisco I. Madero en su faceta de espírita y presidente de la República. 

La escritora hace recorrido por periódicos, escritores, sociabilidades, contenidos defensivos y propagandistas para hacer sucumbir al gobierno del general Porfirio Díaz.

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El libro es un apasionado relato sobre dos escritores centroamericanos, a quienes instala como intelectuales. Así los define; ese es su concepción de intelectual.

 “Ambos [Argüello Escobar y Fernández Güell] fueron luchadores incansables y partidarios de la doctrina espírita. Al igual que Madero, abrazaron las causas más justas y se adhirieron a las acciones por la ineludible revolución del pensamiento democrático –así son las expresiones en la cuarta de forros”.

El volumen, de un poco más de 200 páginas, cuenta con un prólogo de don Andrés Manuel López Obrador. 

Su texto es de 40 páginas; una cuarta parte del libro. 

Al prólogo le llamó “Definiciones”. Allí da opinión sobre intelectuales y periodistas del porfiriato; señala a quienes se opusieron a Madero. Va de don Justo Sierra –el don se lo pone él- a José Juan Tablada. 

López Obrador da cuenta de quienes estuvieron en los gobiernos y regímenes de Díaz, Madero y Victoriano Huerta.

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Aparece a López Velarde

López Obrador escribió: “De los poetas famosos metidos a la política durante la revolución, son pocos los que pasan la prueba del juicio histórico. Con excepción de Ramón López Velarde, la mayoría le dio la espalda a Madero y se adhirió al huertismo. 

En cambio, el autor de Suave Patria ayuda a la causa democrática con editoriales, en 1911, en El Diario de Zacatecas –dirigido por el periodista hondureño Matías Oviedo- y, en pleno gobierno maderista, de manera elegante y consciente, explica a un amigo, el abogado católico Eduardo J. Correa: ‘me dice en su carta que la Revolución sólo ha servido para cambiar de amos. Medite tranquilamente cómo vivíamos hoy y cómo vivíamos antes… No estaremos viviendo en la República de ángeles, pero estamos viviendo como hombres y ésta es la deuda que nunca pagaremos a Madero’” [la carta es de noviembre de 1911, cuando el jerezano todavía es estudiante de derecho en San Luis Potosí].

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El entonces político opositor -es 2015 2016-, en un párrafo, pone a López Velarde como el escritor comprometido a una causa –la de la revolución y Madero-. 

Por cierto, en sus referencias no pone las fuentes básicas para su párrafo. No están Obras. Ramón López Velarde (de José Luis Martínez, FCE) y Correspondencia con Eduardo J. Correa y otros escritos juveniles (de Guillermo Sheridan, FCE). 

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La invención

Gutiérrez Müller promete estudiar y publicitar al hondureño Oviedo (p. 84). 

Pero va una inquietud: los autores de Dos revolucionarios a la sombra de Madero… juntan al estudiante de derecho Ramón López Velarde, entonces residente en San Luis Potosí, a un periódico editado en la vetusta Zacatecas.

Hay nota: no revisaron los ejemplares de El Diario de Zacatecas o tienen el acervo privado de Matías Oviedo Pardo para fabular sobre el jerezano en tal periódico.

Otra nota: López Obrador inventa sobre el jerezano.

Voy señalando: Los dispersos acervos de El Diario de Zacatecas y las investigaciones sobre el tercer diario publicado en la vetusta ciudad no coinciden con el entonces tabasqueño: en poesía y política López Velarde no escribió en Zacatecas. Menos en El Diario.

Por cierto, el texto lo escribió cuando una arremetida de opositores al hoy presidente de la República cuestionaban sus libros.

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Para no inventar

El Diario de Zacatecas inició su circulación en julio de 1911. El 8 de septiembre disminuyó sus dimensiones por “problemas tipográficos”. 

El 30 de diciembre de 1911 suspendió su circulación por problemas económicos. Esto sucedió a pesar de la presunción de que el tiraje se agotó varias veces “a la hora después de haber visto la luz pública”. 

En la primera página estaba la información política nacional, recibida vía telegráfica – las notas eran compradas a Manuel Vinuesa -. En la segunda y tercera insertaban la editorial, la información política local, textos literarios y una prolija gacetilla. Los avisos comerciales y judiciales estaban en la página cuatro.

Los días domingo, la página tercera estuvo destinada para los textos literarios. Esta ubicación permite postularle como parte de las primigenias secciones culturales en la prensa zacatecana. En esa área publicaron poemas de Amado Nervo, las memorias de Sebastián Lerdo de Tejada y La vieja salvaje de Guy de Maupassant.

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Venga pues: en el semestre de El Diario de Zacatecas no aparece el jerezano López Velarde. No existe.

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