Escribe Juan Villoro “en la hora actual no hay sensación más generalizada que el hartazgo” (Reforma; 5 de diciembre). Coincido con él. Existe en las calles, en los hogares y en el ambiente en general una impresión de cansancio, de hastío.
La crisis por la que atraviesa México o, mejor scrito, en la que se encuentra atorado el país os tiene con cierto grado de desilusión, al menos a la gran mayoría. A poco más dos meses de los terribles hechos de Ayotzinapa, a un par de semanas del escándalo de la Casa Blanca en las Lomas, propiedad de la Sra. Angélica Rivera, ciudadanía manifestándose constantemente en las calles, redes sociales con hashtag como #Yamecansé7, #TodossomosAyotzinapa y una respuesta presidencial a través de un discurso frío, violento y muy ajeno a la realidad, nos mantiene con ese sentimiento.
En las calles del Distrito Federal, en las oficinas, en los bares, en el cine, las palabran común entre las conversaciones es corrupción, impunidad y violencia. No existe reunión o sobremesa n donde no se toque la situación que vivimos. El hartazgo está logrando unirnos a pesar de las diferencias. Así lo he vivido, así lo he sentido desde Septiembre a la fecha.
No pretendo con esta colaboración esta profunda crisis, para eso ya están los noticiarios, periódicos y redes sociales. Lo que quiero es intentar hacer frente a esa situación. Si bien, considero importante cualquier tipo de manifestación pacífica para demostrar la inconformidad ante un gobierno necio en resaltar el endeble Mexican Moment indispensable es el debate y la discusión en cualquier foro, también considero elemental buscar y encontrar espacios para descansar de ese hartazgo; espacios donde se resalte la belleza de la vida a través de imágenes o lecturas.
Recuerdo con agrado las palabras de Denisse Dresser en su libro “El País de uno” (Aguilar, 2011) “México es, sobre todo, los murales de Diego Rivera. Las mariposas de Michoacán. El cine de Alfonso Cuarón. El valor de Sergio Aguayo. Los huevos rancheros y los chilaquiles con pollo. La sonrisa de Carmen Aristegui. El mole negro de Oaxaca…”
La película Solo los amantes sobreviven (Only lovers left alive’, Jim Jarmusch, 2013) film que muestra personajes entrañables desenvueltos entre libros y música underground, que buscan entre las calles de Italia un motivo para seguir existiendo a pesar de la contaminación y destrucción que ha provocado el ser humano. Protagonistas que encuentran fascinación por el arte y lo resaltan en su manera de vivir. Un argumento sólido que nos deja sin palabras: solo el amor es el capaz de sobrevivir en tiempos de crisis. Por ningún motivo se la pierdan.
“Chicos y Guillermo, ¡a comer!” película que formó parte del Tour de Cine Francés 2014 y con una propuesta bastante interesante que a pesar de ser un verdadero drama no pararán de reír. La película aborda la discriminación que sufre Guillermo debido a que su familia lo considera homosexual desde pequeño y a pesar de ello busca la manera de sortear situaciones vergonzosas. Largometraje fresco, honesto, valiente y real que resulta indispensable ver en estos días.
Ahora que si lo de Usted, no es el cine, entonces busque todos los viernes al escritor Alberto Ruíz Sánchez en el portal Sinembargo,n cuya video columna habla del amor, las sensaciones, erotismo y de los detalles cotidianos que podemos convertir en algo placentero y así no padecer la injusticia y desigualdad con la convivimos día a día.
De hacer las tres sugerencias arriba mencionadas, créame que encontrará un especie de apapacho, una palmadita en el hombro para enfrentar el hartazgo generalizado en el que se encuentra sumergido nuestro país.