Unos mexicanos avanzan para atacar; otros se preparan para defender

Share on FacebookTweet about this on TwitterShare on Google+Pin on PinterestShare on TumblrShare on LinkedInEmail this to someone

Marco Antonio Flores Zavala

El martes 16 de junio de 1914 la vetusta ciudad de Zacatecas manifestó la lejanía del asedio en que la mantuvieron las fuerzas constitucionalistas bajo el mando de Pánfilo Natera.

Ocurrió que los defensores federales soportaron los embates por casi una semana. Hubo inteligencia: la ciudad estuvo bien custodiada.

Ambos grupos hicieron lo que pudieron: atacar y resistir.

*

Para las fuerzas políticas que se enfrentaban en la guerra civil, Zacatecas significa una manzana de la discordia.

Los constitucionalistas debían ocupar la plaza, para tener otra vía de acceso al interior del país.

Los federales debían sostener la ciudad, para impedir que avanzaran los constitucionalistas.

*

Al interior de la comunidad las actividades sociales siguieron al punto donde la normalidad fue evidente y el orden se mantuvo.

Lo del orden se manifiesta en la detención de ebrios escandalosos y sospechosos políticos.

*

En los días siguientes, antes del arribo de la División del Norte, en la vetusta ciudad de Zacatecas la algarabía fue un tono que puede situarse en los ebrios y rateros que fueron apresados y conducidos a la autoridad administrativa de la ciudad.

*

El 16 de junio de 1914, fueron detenidos 10 individuos. Unos eran operarios, otros comerciantes, carpinteros, jornaleros y comerciantes. La autoridad los condenó a estar en la cárcel, también los liberó.

A los sospechosos políticos de ese día, y los siguientes, los detuvo el agente secreto Jesús Santibañez. Los detenidos quedaron a disposición del gobernador.

Signifiquemos: la ciudad mantiene su ritmo, es martes 16 de junio de 1914.

Llegan trenes militares

En la tarde del miércoles 17 de junio de 1914 arribó un contingente de soldados federales. Eran un grupo de más de 5 mil soldados.

*

El grupo de federales llegaron en 14 trenes. Procedían de San Luis Potosí. Estaba al mando el general Antonio G. Olea.

Olea era un veracruzano de 1859; él obtuvo el grado de general de división en mayo de 1914. En febrero y marzo de ese año se desempeñó como gobernador del estado de Guerrero.

*

Ignacio Muñoz, uno de los oficiales que llegó con Olea, escribió: “Numerosas personas, casi en su mayoría vestidas de negro, transitaban por las calles, dando a la ciudad el aspecto de esas poblaciones visiblemente religiosas, de inconfundible característica.

Junto a las aceras, en las calles empedradas de guijarros, muchas mujeres tenían puestos en donde hacían la venta de diversos artículos, especialmente viandas, alumbrándose con hachones sujetos en bases de hoja de lata.

Era esta una de las formas también características de los tianguis nocturnos que en aquel tiempo se verificaban en la vía pública y en casi todas las poblaciones de la mesa central…”

*

En otro párrafo, Muñoz expresó:

“Y la ciudad, lejos de presentar el aspecto que era fácil suponer en una ciudad en vísperas de contemplar una de las más furiosas batallas de nuestra historia, presentaba el aspecto de las poblaciones que no han sufrido alteraciones en sus costumbres.”

*

Tal aserto lo podemos afirmar con la lista de detenciones de la cárcel de hombres. Ese miércoles 17 de junio de 1914 fueron apresados 10 individuos. La mayoría fue por ebrios escandalosos. Uno llegó tan alcoholizado que lo pasaron al hospital civil.

Dos hombres fueron detenidos como sospechosos políticos. Uno quedo libre y otro pendiente.

*

Por cierto, mientras eso sucede en la vetusta ciudad de Zacatecas, Está en camino a ella la División del Norte. Partieron temprano de Torreón. Viajaron bajo la lluvia.

Imagen:

Estación del ferrocarril, ciudad de Zacatecas.

Deja un comentario