Marco Antonio Flores Zavala

Hace días miré la película El Comediante (México, 2021. Dir. Rodrigo Guardiola y Gabriel Nuncio. Guion Nuncio y Alo Valenzuela. Personificadores: Nuncio, Cassandra Ciangherotti y Adriana Paz, 2021). En el transcurrir, en varias ocasiones escuché referencias a Ararat, me emocionó tanto que provocó releer mi Libreta de viaje del 2003.
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Ararat (Canadá, 2002. Escrita, coproducida y dirigida por Atom Egoyan. Personificadores: Charles Aznavour, Christopher Plummer…) la miré en una sala de cine de arte en Madrid -de esos lugares donde no venden palomitas o gaseosas, pero sí sándwich y cerveza; el auditorio no es amplio y no hay conversaciones en alta voz… venga, la civilidad plena.
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Antes de ingresar a la sala estuve en una tienda de saldos. Requería un par de camisas o playeras -era el verano y la temperatura me era insoportable; debía mudar constantemente de ropa-.
Encontré una polo verde soldado. Atrevida por el color, el estampado -nunca descifré la figura y el sentido- rojo en el lado izquierdo. Dos botones estaban sujetos con hilo rojo. 
Sí, hace 20 años usaba playeras atrevidas.
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Aquel verano usé la polo más de cinco o tres veces. En ocasiones especiales la usaba, hasta que pasó a uso de pijama o para estancia casera -lo hice hace cinco años, en la temporada de confinamiento y el #Quédateencasa, por la pandemia-.
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Ayer, luego de portar la playera, decidí que era momento de hacer el adiós: despedir mi primera compra allá; pensar en Ararat y desbaratar el hilo rojo.
Quité los botones de las bolsas, los del cuello y el repuesto -uno no sabe cuándo se requiere ese tipo de artefactos. Luego hacer pedazos con la tela, para limpiar los muebles.
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Sorprendentemente en este adiós no concurrió el dolor, sino la alegría de descubrir el mundo con Ararat, Madrid y los hilos rojos de una playera atrevida.