Por María Isela Sánchez Valadez
Mi periodismo sin periódico. Todas las uaces la UAZ… Y llegó el día en que los espantapájaros uaztecos se empezaron a dar con todo. Y utilizaron a los docentes, que a la vez son alumnos de los posgrados como balas de cañón para centrar uno de sus disparos. Y se quedaron tan panchos lavándose sus espantapajarezcas caras… pero las balas de cañón son humanas (y hemos algunas demasiado humanas) y reaccionaron ante el insulto, la burla y la desacreditación moral, social, laboral, estudiantil, etc., y decidieron no jugar el juego de bala, y acudieron a la Defensoría Universitaria donde un tal Lic. de la Cruz les dijo, que lo sentía, que ahí no podían hacer nada al respecto, a pesar que ese organismo se creó para resolver asuntos problemáticos internos entre alumnos y maestros, entre maestros y maestros, entre maestros y funcionarios, etc. No, no hubo la mínima posibilidad de muestra de apoyo. Los espantapájaros uaztecos se cuidan las espaldas entre sí.
Luego siguió un largo camino en un largo día, en el que por alguna razón se recordó un poema de la infancia que decía «Día de sol, día de sol, hay una mariposa en cada flor» y cuya paráfrasis «Día de sol, día de horror, hay un escarabajo en cada rincón», sirvió de aliento porque todavía faltaban otras instancias por consultar. Entre ellas ir hasta el periodiquillo que se presta a causar daños publicando listas que no investiga, y en el periodiquillo un pobre periodista echado al ruedo para atender nuestro malestar se contradijo todo, que si la información les llegó por Infomex, que luego hubo fallas en el sistema y entonces se las hizo llegar un propio, que entonces no era cierto, bla, bla, bla, ¿en qué forma les afecta «señoras»?
Pues mira chico, a mí me afecta porque yo no le he incumplido a la UAZ porque como apenas, todavía, en este momento, para que me entiendas, estoy cursando el último semestre del doctorado y entonces no entiendo cómo es que no he entregado un título de algo que no está terminado. Y sí, soy señora, madre, hija, hermana, compañera, amiga, colega, maestra, trabajadora y sí, estudiante también, y en todos esos roles convivo con muchos otros en los, que como verás y comprenderás mi dignidad queda dudada. Porque pareces listillo no tengo que explicarte más ¿o sí?
Y dijo el juguete de los espantapájaros uaztecos, pues entonces mañana sacaremos una «notita» aclarando su situación. Y las balas, ya hartas, entre la risa y la alegría que da por primera vez andar defendiéndote de lo que no de deberías de andarte defendiendo: de tu derecho a estudiar para mejorar, ya agotadas: pues bueno esperamos que tu «notita» esté a la misma altura y en las mismas condiciones que fue generanda la incomodidad, porque eso se llama derecho de réplica ¿o no?, ¿o ya tampoco eso nos queda?
Los espantapájaros uaztecos tiemblan cuando se les empieza a mover el piso. La tierra se les sacude cada 4 años en los que sienten desprotegida la parcela en la que tienen que instalarse, cual estaca, para seguir quietecitos sin hacer nada, cobrando la mesada del patrón, a cambio de no permitir que se acerquen las aves a comerse lo que consideran su maíz. Extrañamente los únicos que los rondan son los cuervos, porque la mayoría de las aves del paraíso que nos dedicamos a hacer lo que tenemos que hacer, no tenemos tiempo de andar acompañando cuervos a inquietarle la cara al espantapájaros acordado.
Hoy me usaron de bala en una guerra que ni comprendo, y me convertí en Ave del Paraíso, de ese paraíso que no está perdido del todo que también es la UAZ, mi UAZ. Y en espera de una «notita» despido la noche pensando en que, si yo fuera una periodista aunque fuera de un periodiquillo encabezaría una buena nota investigada más o menos así: Víctimas de maltrato psicológico, misoginia y violación de sus derechos adentro de la UAZ. Injustamente tratadas y menospreciadas por la Defensoría Universitaria un grupo de… sí, la lista de las afectadas son 95% mujeres, ¿raro no?
Pero como no lo soy, utilizo mi muro, mi muro, para desahogarme un poco el acalorado día en el que aprendí, que tarde o temprano uno habla… Hoy se puso a mi persona en situación de escarnio público. Hubo falsedad de declaraciones lo cual es un delito tipificado, se violó la ley orgánica de la UAZ, que según tengo entendido tiene prohibido revelar información que sólo le compete a la institución, es decir que también se violó el derecho a la privacidad de mis datos dentro de mi casa de trabajo. Incluso si fuera verdad que yo le debiera a la UAZ un grado académico, ésta no tendría por qué hacerlo público. Así es, todas las uaces: la UAZ.
P.D. Los espantapájaros uaztecos se niegan a decirse las cosas a la cara, en su lugar, mandan cuervos. La Secretaría Académica aparece como filtrante de la información. Alguien muy ruin tiene que estar ahí detrás pretendiendo convertir a su capricho a cada docente en víctima de su antipatía. Pero yo soy una bala perdida y no me presto para dañar a otros que ni conozco, ni en tiempos revueltos ni en tiempos de paz, yo sólo sirvo para trabajar, ave que vuela en libertad aunque ellos quieran cortarme las alas y cuyo mal rato no me quitará las ganas de continuar, a pesar de todo, estudiando un doctorado y algún día defendiendo una hermosa tesis.
Chao, gente. Suerte en los meses que vienen, suerte porque andan sueltos.