Gabriela García
Desde su fundación, hace casi 50 años, el Movimiento Antorchista Nacional desempeña su actividad organizativa acudiendo a comunidades rurales y también a las colonias urbanas para plantear la vigencia y necesidad de la organización popular en México, pues en los cinco años que lleva en el poder el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, lo problemas han empeorado en todos los ámbitos de la vida diaria.
La labor que desempeñan los activistas de la organización antorchista no es de coyuntura ante la proximidad de alguna elección a cargos públicos, sino que buscan despertar en la conciencia de la gente que la salida para acabar con los problemas que vive México es formar un partido proletario único con metas claras: ganar el poder federal para ponerlo verdaderamente al servicio del pueblo.
En cada reunión de trabajo que se desarrolla en las comunidades, a los antorchistas se les impulsa en la lectura y politización buscando que sean analíticos y críticos de las causas y de las consecuencias por las que López Obrador no fue la salvación del país, porque el discurso de acabar con la corrupción y primero los pobres resultó un engaño, pues a cambio de las becas no existen recursos económicos para desarrollar proyectos trascendentales para los zacatecanos, como son los de construcción de carreteras o la presa Milpillas y por destinar el dinero a las obras del sur del país donde se están aplicando gastos que no estaban proyectados por una mala planeación y ejecución.
Pues bien, el activismo permanente de Antorcha se desarrolla dentro del marco legal, y como la gente tiene tantas necesidades materiales expone lo que se pueda resolver mediante la gestión en su alcaldía o gobierno del estado para lo cual hay que llevar la solicitud ante la autoridad, entregarla y esperar a que se destinen recursos para atender la carencia de agua potable, drenaje, alumbrado público o pavimentación.
Y cuando el problema es sencillo y está al alcance de los integrantes del grupo organizado se decide una cooperación económica o en especie para apoyar a alguien con problemas de dinero, y lograr la compra de alimentos o medicinas, etc., con lo que se da solución inmediata a alguna situación particular como una muestra de la hermandad que el núcleo ha alcanzado.
Otras veces el asunto se puede resolver con el trabajo voluntario o faena como en el arreglo de un camino, acondicionar una escuela o centro de salud comunitario, etc., sin embargo, la mayoría de las veces se debe acudir a la gestión y a la consecuente lucha para que sea la autoridad quien asuma la responsabilidad, esto es lo que lleva finalmente a la gestión en alguno o en los tres niveles de gobierno que es donde existen los medios y recursos públicos para su solución.
Como es sabido, en el país existe una gran desigualdad y pobreza que afecta a la mayoría de mexicanos a pesar de la política de entrega de ayuda monetaria que implementó el gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador y eso está bien, pero nunca existió en el programa de gobierno acabar con la pobreza, sino sólo administrarla, como el mismo presidente lo ha declarado, porque teniendo muchos pobres que reciben ayudas está garantizado el respaldo a su partido Morena.
Por lo analizado tanto a nivel nacional como local y con lo que se puede observar en el día a día, se deduce que el incremento en la pobreza tiene que ver en buena medida, con la grave crisis económica por la pandemia de covid-19 provocando el desempleo, aumento del ambulantaje y en los semáforos de la ciudad se multiplican limpia parabrisas y malabaristas, mientras que otras personas se dedican a reciclar latas, PET o cartón con tal de asegurar un ingreso económico para su familia.
¿Y ante esta problemática qué se debe hacer? Los Antorchistas consideramos que los grandes cambios que requiere México no pueden derivarse de ocurrencias o de la creencia de que el problema principal de este país es la corrupción y que se pueden eliminar por decreto y para eso hemos planteado un modelo resumido en cuatro puntos:
1. Generación de empleo para todos los mexicanos que quieran trabajar; de esta manera generamos riqueza que podrá ser mejor distribuida e impulsaremos el crecimiento económico y el consumo.
2. Que los salarios recibidos por los trabajadores sean remuneradores; es decir, que alcancen para satisfacer las necesidades de los mexicanos; sin lujos, pero que alcancen con suficiencia para ti y para tu familia.
3. Para que el Estado se haga de recursos se propone una reforma fiscal progresiva, es decir, que paguen más impuestos quienes tengan más dinero, pues hasta hoy todos los gobiernos, incluido el de la 4T, han favorecido a las grandes empresas nacionales y trasnacionales no cobrándose los impuestos que deberían; pero al pueblo sí que le cobran impuestos de todo tipo.
4. De lo recaudado se requiere una reorientación del gasto social, de manera que se beneficie a las clases más desprotegidas, pero no dándoles dádivas, dinero en efectivo o limosnas oficiales, como hace la 4T sino, por el contrario, dirigiéndose a obras y servicios que beneficien al pueblo: hospitales, vivienda, carreteras, transporte público, etc., que darán empleo a muchos mexicanos y activarán el desarrollo.